Vispera Pentecostés
0
0
PRESBITERIO DE MADRID - CULTO UNIDO
VÍSPERA DE PENTECOSTÉS
Preludio
Llamamiento a la adoración
Voz 1: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos tendrán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Voz 2: Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Voz 3: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Oración de Invocación
Voz 4: Dios de Pentecostés, nos hemos reunido todos en este lugar para que nos permitas escuchar un sonido venido del Cielo como una oleada de viento poderoso. Llena pues esta casa con tu Espíritu. Envía tu lengua de fuego a cada uno de nosotros y cantaremos tus alabanzas y haremos según tu voluntad.
Voz 5: Dios de gracia y de sanidad, derrama sobre nosotros en este día tu Santo Espíritu, así como lo derramaste sobre tus discípulos en el día de Pentecostés, para que nuestras oraciones y acciones sean testigos de tu presencia entre nosotros. Queremos ser uno, Señor, para que el mundo crea que somos tuyos. Llénanos ahora de tu amor. Amén..
Himno 121 “¡Gloria, canto, honor!”
Oración de confesión
Voz 6: Presentémonos delante de Dios y tomemos conciencia de lo que somos. Hubo una vez en la que todos hablábamos una misma lengua en la tierra. Y un arco iris venido del Cielo nos sustentaba con una visión del cariño de Dios.
Voz 7: Pero llegó un momento en el que nuestros cuellos se agarrotaron y nuestros corazones se tornaron duros, y movidos por unos sueños llenos de altivez, comenzamos a construir una torre para alcanzar el cielo. Deseábamos tocar las nubes que se arremolinaban alrededor de los pies de Dios. Ladrillo por ladrillo y piedra por piedra nuestros ojos rebosaban orgullo. No veíamos la reptante sombra de la torre que se posaba sobre nuestras cabezas.
Voz 8: Y Dios observaba esta creciente sombra mientras nuestros vecinos desaparecían. El hermano se enfrentó a la hermana, y el padre se peleó con su hijo. El amigo amenazaba al amigo y el aliado se convirtió en enemigo. Toda lengua balbuceaba convulsivamente y todo corazón rebosaba de odio. Nuestra torre se tambaleó y cayó sobre nosotros; huimos cual arena del desierto empujada por un fuerte viento.
Voz 9: Se confundieron en ese día nuestras lenguas que ahora sólo sabían murmurar. Olvidamos como luchar por la paz y la justicia. Olvidamos nuestro común origen y nos dividimos el mundo en un mundo de dominadores y dominados, en lobos y ovejas. Hemos dañado y destruido el mundo creado por Dios. Hemos olvidado como llevar a este mundo en guerra, la palabra de Dios. Hemos olvidado nuestras visiones y no podemos tener sueños. Nos hemos olvidado de seguirte a ti, Señor. ¡Perdónanos!
Declaración de la gracia
Voz 10: Te damos gracias, Señor, y estamos llenos de gozo al descubrir que una tumba vacía no ha sido el acto final de la historia. Te damos gracias porque después del camino de Emmaús y tú a los cielos del todo se evaporó el desánimo, ya que del cielo descendió tu Espíritu, ¡y Tú pronunciaste la última palabra! Te damos gracias porque tu mirada vela por todos los seres de todas las lenguas y de todas las tierras: tus manos alzan a los habitantes de todos los países y de todos los colores. ¡Aliéntanos con ese tu aliento que inspira a los débiles!. Te damos gracias porque Tú pronunciaste la última palabra eterna en el tiempo. Tu amor nos fascina, Señor. Ayúdanos por la presencia de tu Espíritu a vivir la gracia. Amén
Himno 126 “Oh ven, Espíritu de amor”
Lecturas Bíblicas:
- Génesis 11:1-9;
- Hechos 2:1-21 (Lectura al unísono en varios idiomas; más audible el castellano, por ser común a todos los asistentes)
Homilía: Pastor Pedro Zamora
Ofrenda y ofertorios musicales. Himnos o cantos de algunos de los grupos (etnias y/o nacionalidades participantes).
Oración por las ofrendas (todos juntos)
Te damos gracias Señor por el don de las lenguas, por la diversidad cultural de las Iglesias aquí presentes. Te damos gracias por el testimonio de todas las Iglesias de esta ciudad. Ayúdanos a vivir el Evangelio y a proclamar las buenas nuevas de Jesucristo nuestro salvador, en medio de nuestro mundo complejo, un mundo que nos pide discernimiento y que nos exige aprender a vivir el evangelio en medio de una sociedad en crisis y cambio. Acepta, Oh Señor, nuestras vidas como ofrenda viviente a ti. Amén
Himno 121 “¡Gloria, canto, honor!”
Oración de Intercesión (todos juntos):
Dios compasivo, alivia Tú el dolor de los torturados, con tu paz.
Sacia el hambre de los más pobres y necesitados, con tu plenitud.
Cura las heridas de nuestro planeta, con tu sanidad.
Lo muerto, resucítalo con el soplo de tu vida.
A aquellos que te anhelan, concédeles tu presencia.
Venga tu reino, hágase tu voluntad.
Porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria,
por los siglos de los siglos. Amén
Himno de dedicación: “Soplo de Dios Viviente”
Soplo de Dios viviente,
que en el principio cubriste el agua,
Soplo de Dios viviente
que fecundaste la creación.
¡Ven hoy a nuestras vidas,
infúndenos tus dones,
soplo de Dios viviente,
oh Santo Espíritu del Señor!
Soplo de Dios viviente,
por quien el Hijo se hizo hombre,
Soplo de Dios viviente
que renovaste la creación.
¡Ven, hoy a nuestras vidas,
infúndenos tus dones,
soplo de Dios viviente,
oh Santo Espíritu del Señor!
Soplo de Dios viviente,
por quien nacemos en el bautismo,
Soplo de Dios viviente
que consagraste la creación.
¡Ven hoy a nuestras vidas,
infúndenos tus dones;
soplo de Dios viviente,
oh Santo Espíritu del Señor!
Bendición (todos juntos)
Dios, nuestra fortaleza, que el poder de tu Espíritu nos transforme, que la bondad de tu Espíritu nos colme con sus dones, nos guíe, nos inspire y nos envíe al mundo para servir. Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Amén.
Postludio
VÍSPERA DE PENTECOSTÉS
Preludio
Llamamiento a la adoración
Voz 1: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos tendrán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Voz 2: Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Voz 3: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Oración de Invocación
Voz 4: Dios de Pentecostés, nos hemos reunido todos en este lugar para que nos permitas escuchar un sonido venido del Cielo como una oleada de viento poderoso. Llena pues esta casa con tu Espíritu. Envía tu lengua de fuego a cada uno de nosotros y cantaremos tus alabanzas y haremos según tu voluntad.
Voz 5: Dios de gracia y de sanidad, derrama sobre nosotros en este día tu Santo Espíritu, así como lo derramaste sobre tus discípulos en el día de Pentecostés, para que nuestras oraciones y acciones sean testigos de tu presencia entre nosotros. Queremos ser uno, Señor, para que el mundo crea que somos tuyos. Llénanos ahora de tu amor. Amén..
Himno 121 “¡Gloria, canto, honor!”
Oración de confesión
Voz 6: Presentémonos delante de Dios y tomemos conciencia de lo que somos. Hubo una vez en la que todos hablábamos una misma lengua en la tierra. Y un arco iris venido del Cielo nos sustentaba con una visión del cariño de Dios.
Voz 7: Pero llegó un momento en el que nuestros cuellos se agarrotaron y nuestros corazones se tornaron duros, y movidos por unos sueños llenos de altivez, comenzamos a construir una torre para alcanzar el cielo. Deseábamos tocar las nubes que se arremolinaban alrededor de los pies de Dios. Ladrillo por ladrillo y piedra por piedra nuestros ojos rebosaban orgullo. No veíamos la reptante sombra de la torre que se posaba sobre nuestras cabezas.
Voz 8: Y Dios observaba esta creciente sombra mientras nuestros vecinos desaparecían. El hermano se enfrentó a la hermana, y el padre se peleó con su hijo. El amigo amenazaba al amigo y el aliado se convirtió en enemigo. Toda lengua balbuceaba convulsivamente y todo corazón rebosaba de odio. Nuestra torre se tambaleó y cayó sobre nosotros; huimos cual arena del desierto empujada por un fuerte viento.
Voz 9: Se confundieron en ese día nuestras lenguas que ahora sólo sabían murmurar. Olvidamos como luchar por la paz y la justicia. Olvidamos nuestro común origen y nos dividimos el mundo en un mundo de dominadores y dominados, en lobos y ovejas. Hemos dañado y destruido el mundo creado por Dios. Hemos olvidado como llevar a este mundo en guerra, la palabra de Dios. Hemos olvidado nuestras visiones y no podemos tener sueños. Nos hemos olvidado de seguirte a ti, Señor. ¡Perdónanos!
Declaración de la gracia
Voz 10: Te damos gracias, Señor, y estamos llenos de gozo al descubrir que una tumba vacía no ha sido el acto final de la historia. Te damos gracias porque después del camino de Emmaús y tú a los cielos del todo se evaporó el desánimo, ya que del cielo descendió tu Espíritu, ¡y Tú pronunciaste la última palabra! Te damos gracias porque tu mirada vela por todos los seres de todas las lenguas y de todas las tierras: tus manos alzan a los habitantes de todos los países y de todos los colores. ¡Aliéntanos con ese tu aliento que inspira a los débiles!. Te damos gracias porque Tú pronunciaste la última palabra eterna en el tiempo. Tu amor nos fascina, Señor. Ayúdanos por la presencia de tu Espíritu a vivir la gracia. Amén
Himno 126 “Oh ven, Espíritu de amor”
Lecturas Bíblicas:
- Génesis 11:1-9;
- Hechos 2:1-21 (Lectura al unísono en varios idiomas; más audible el castellano, por ser común a todos los asistentes)
Homilía: Pastor Pedro Zamora
Ofrenda y ofertorios musicales. Himnos o cantos de algunos de los grupos (etnias y/o nacionalidades participantes).
Oración por las ofrendas (todos juntos)
Te damos gracias Señor por el don de las lenguas, por la diversidad cultural de las Iglesias aquí presentes. Te damos gracias por el testimonio de todas las Iglesias de esta ciudad. Ayúdanos a vivir el Evangelio y a proclamar las buenas nuevas de Jesucristo nuestro salvador, en medio de nuestro mundo complejo, un mundo que nos pide discernimiento y que nos exige aprender a vivir el evangelio en medio de una sociedad en crisis y cambio. Acepta, Oh Señor, nuestras vidas como ofrenda viviente a ti. Amén
Himno 121 “¡Gloria, canto, honor!”
Oración de Intercesión (todos juntos):
Dios compasivo, alivia Tú el dolor de los torturados, con tu paz.
Sacia el hambre de los más pobres y necesitados, con tu plenitud.
Cura las heridas de nuestro planeta, con tu sanidad.
Lo muerto, resucítalo con el soplo de tu vida.
A aquellos que te anhelan, concédeles tu presencia.
Venga tu reino, hágase tu voluntad.
Porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria,
por los siglos de los siglos. Amén
Himno de dedicación: “Soplo de Dios Viviente”
Soplo de Dios viviente,
que en el principio cubriste el agua,
Soplo de Dios viviente
que fecundaste la creación.
¡Ven hoy a nuestras vidas,
infúndenos tus dones,
soplo de Dios viviente,
oh Santo Espíritu del Señor!
Soplo de Dios viviente,
por quien el Hijo se hizo hombre,
Soplo de Dios viviente
que renovaste la creación.
¡Ven, hoy a nuestras vidas,
infúndenos tus dones,
soplo de Dios viviente,
oh Santo Espíritu del Señor!
Soplo de Dios viviente,
por quien nacemos en el bautismo,
Soplo de Dios viviente
que consagraste la creación.
¡Ven hoy a nuestras vidas,
infúndenos tus dones;
soplo de Dios viviente,
oh Santo Espíritu del Señor!
Bendición (todos juntos)
Dios, nuestra fortaleza, que el poder de tu Espíritu nos transforme, que la bondad de tu Espíritu nos colme con sus dones, nos guíe, nos inspire y nos envíe al mundo para servir. Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Amén.
Postludio