Varios Chistes
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TIEMPOS ANTIGUOS
Esposo: Yo quiero saber lo que ha pasado con las muchachas de tiempos antiguos que se desmayaban cuando un hombre las besaba.
Esposa: Yo quiero saber lo que ha pasado con los hombres de tiempos antiguos que las hacían desmayar.
LA BECERRA DEL SEÑOR
Un granjero entró en su casa un día para informar a su esposa y familia de unas buenas noticias. "La vaca acaba de dar a luz a dos becerras - una blanca y la otra roja." Continuó diciendo, "Debemos de dedicar por lo menos una de estas becerras al Señor. Criaremos a las dos juntas y cuando viene el momento oportuno, venderemos la una y nos quedaremos con la ganancia y venderemos la otra y entregaremos la ganancia de esta a la obra del Señor.
Al escuchar esto su esposa le pregunta, "¿Y cuál de las dos dedicaremos al Señor?" El esposo le contestó diciendo, "No hay que preocuparnos con ese detalle ahora. Trataremos a las dos de la misma manera, y cuando llegue el tiempo de hacerlo, decidiré yo cuál de las dos es la de Dios.
Unos días después de esta plática, entró el granjero en la cocina con una cara bien triste. "¿Qué pasó?", preguntó su esposa. "Tengo malas noticias", dijo el granjero. "Murió la becerra del Señor". "Pero espera", dice su esposa. "Tu nunca decidiste cual de las dos becerras era la del Señor". "Si lo hice", dijo el granjero. "Decidí que la becerra de Dios era la blanca, y la blanca murió.
¡La becerra del Señor está muerta!".
UN MILLÓN DE DÓLARES
Un hombre tuvo un ataque de corazón y lo llevaron rápidamente al hospital. Prohibieron que tuviera visitas y por eso estaba un poco deprimido. Mientras que estaba en el hospital, murió un tío muy rico y le dejó un millón de dólares. Su familia no supo como compartirle estas noticias sin excitarle demasiado y causarle peor daño. Así que se decidió llamar al pastor y pedirle compartir estas noticias de la manera más tranquila posible. El pastor preguntó al paciente qué es lo que él haría si acaso viniera a heredar un millón de dólares. El paciente respondió inmediatamente, "Creo que entregaría la mitad a la Iglesia". ¡Con eso cayó muerto de inmediato el pastor!
SI SOLAMENTE TUVIERA
Un hombre una vez dijo desesperadamente, "Si solamente tuviera dinero extra, lo ofrendaría a Dios. Pero ni tengo suficiente dinero para sostenerme a mi mismo, mucho menos mi familia".
El mismo hombre dijo, "Si tuviera tiempo extra lo compartiría con Dios. Pero cada minuto que tengo lo gasto en mi trabajo, mi familia, mi club campestre y lo demás. Cada minuto lo tengo ocupado".
Y el mismo hombre dijo, "Si solo tuviera un talento, lo usaría en la obra de Dios. Pero no tengo ninguna buena voz no puedo dirigir a un grupo de personas no puedo pensar tan rápidamente como quisiera".
Al escuchar esto se quedó Dios bien conmovido y, a pesar de que era contra su manera de ser, Dios entregó al hombre dinero, tiempo y un talento glorioso. Luego esperó Dios… siguió esperando…y esperando…hasta que se cansó Dios de esperar y le quitó su dinero, su tiempo y su talento. Fue entonces cuando el mismo hombre empezó a decir,
"Si solamente tuviera de nuevo ese dinero. Lo entregaría a Dios. Y si solamente tuviera de nuevo todo ese tiempo, lo daría a Dios. Y si solamente pudiera yo redescubrir ese glorioso talento, lo usaría para la obra de Dios.
Fue cuando dijo Dios, "Cierra tu boca, hombre".
De repente el hombre dijo a algunos de sus amigos, "Sabes que, yo ya no estoy muy seguro de que creo en Dios".
"Dios No Es Un Tonto",
BIENVENIDO
Un hombre muere y es trasladado al cielo. Por supuesto que encuentra a San Pedro esperándole a la entrada y dice al hombre, "Así es como funciona. Tu necesitas 100 puntos para poder entrar en el cielo. Tu me vas a decir todas las buenas obras que hiciste, y yo te asignaré una cierta cantidad de puntos por cada cosa, dependiendo de qué tan buena fue. Cuando acumules 100 puntos, entonces podrás entrar."
"OK", dice el hombre. "Pues estuve casado con la misma mujer por unos 50 años y nunca la engañé…ni en mi corazón."
"Magnífico", dice San Pedro. "Eso si que vale tres puntos".
"¿Tres puntos?", pregunta el hombre. "Pues, también asistí a la iglesia toda mi vida y la sostuve con mis diezmos, ofrendas y servicio."
"Maravilloso", dice San Pedro. "Eso por cierto que tiene un valor de un punto."
"¡Un punto!", exclama el hombre. "Pues, ¿Qué te parece esto? Estuve trabajando entre los pobres de mi ciudad, dándoles de comer y ropa también."
"Fantástico", dice San Pedro. "Otros dos puntos a favor de tu cuenta."
"¡Dos puntos!", grita el hombre. Si sigo así será solamente por la gracia de Dios que podré yo entrar al cielo."
"¡BIENVENIDO!", dijo San Pedro.
COLA A LA IZQUIERDA
Algunos hombres acaban de llegar al cielo. Mientras que San Pedro los estaba revisando les dice, "Todos los hombres que vivían en la tierra como mandilones, favor de hacer una fila a mi izquierda. Todos los que vivían en la tierra como jefes de su casa, favor de formarse en fila a mi derecha.
Todos menos uno se formaron rápidamente en una cola a la izquierda de San Pedro. Solo un hombre se atrevió pararse a la derecha.
San Pedro miró a este hombre tan frágil parado a solas en la fila y le preguntó, "¿Y por qué crees tu que mereces estar en este lado?"
Sin demorar ni un segundo el hombre respondió, "¡Porque es aquí donde mi mujer me dijo parar!"
¿SABE COCINAR?
Cuando estaba por nacer nuestro segundo hijo, mi esposa y yo asistimos a unas clases pre-natales diseñadas para parejas que ya tenían por lo menos un hijo. El instructor abordó el tema de como darle la noticia al hijo mayor de la familia. Iba así:
"Algunos padres", dijo ella, "le dicen al hijo mas grandecito, ''''Te amamos mucho y decidimos traer a otro hermanito a la familia.'''' Pero piensenlo bien. Damas, que tal si sus esposos llegaran a casa un día y dijeran, ''''Mi amor, te quiero tanto que he decidido traer a casa otra esposa."''''
Una de las mujeres inmediatamente preguntó. "¿Sabe cocinar?"
¡VUELVE A PEGAR!
Había una Iglesia vieja que necesitaba una remodelación, entonces, durante el servicio, el pastor hizo una apasionada propuesta mirando directamente al hombre más rico del pueblo.
Al final del servicio, el hombre rico se paró y anunció, "Pastor, Voy a contribuir con mil dólares."
Entonces luego, un pedazo de yeso cayó del techo y le pegó en el hombro al hombre.
Rápidamente él hombre rico se paró de nuevo, gritando: "Pastor, Incrementaré mi donación a 5 mil dólares."
Antes de que se pudiera sentar, le cayó otro pedazo de yeso del techo otra vez, y otra vez él realmente gritó, "Pastor, voy a doblar mi segunda promesa."
Se sentó, y de nuevo una gran cantidad de yeso cayó sobre su cabeza.
Se paró una vez más y exclamó gritando, "Pastor, Le daré 20 mil dólares"
De pronto un diácono gritó: "¡Vuélvele a pegar, Señor! ¡Vuélvele a pegar!"
Esposo: Yo quiero saber lo que ha pasado con las muchachas de tiempos antiguos que se desmayaban cuando un hombre las besaba.
Esposa: Yo quiero saber lo que ha pasado con los hombres de tiempos antiguos que las hacían desmayar.
LA BECERRA DEL SEÑOR
Un granjero entró en su casa un día para informar a su esposa y familia de unas buenas noticias. "La vaca acaba de dar a luz a dos becerras - una blanca y la otra roja." Continuó diciendo, "Debemos de dedicar por lo menos una de estas becerras al Señor. Criaremos a las dos juntas y cuando viene el momento oportuno, venderemos la una y nos quedaremos con la ganancia y venderemos la otra y entregaremos la ganancia de esta a la obra del Señor.
Al escuchar esto su esposa le pregunta, "¿Y cuál de las dos dedicaremos al Señor?" El esposo le contestó diciendo, "No hay que preocuparnos con ese detalle ahora. Trataremos a las dos de la misma manera, y cuando llegue el tiempo de hacerlo, decidiré yo cuál de las dos es la de Dios.
Unos días después de esta plática, entró el granjero en la cocina con una cara bien triste. "¿Qué pasó?", preguntó su esposa. "Tengo malas noticias", dijo el granjero. "Murió la becerra del Señor". "Pero espera", dice su esposa. "Tu nunca decidiste cual de las dos becerras era la del Señor". "Si lo hice", dijo el granjero. "Decidí que la becerra de Dios era la blanca, y la blanca murió.
¡La becerra del Señor está muerta!".
UN MILLÓN DE DÓLARES
Un hombre tuvo un ataque de corazón y lo llevaron rápidamente al hospital. Prohibieron que tuviera visitas y por eso estaba un poco deprimido. Mientras que estaba en el hospital, murió un tío muy rico y le dejó un millón de dólares. Su familia no supo como compartirle estas noticias sin excitarle demasiado y causarle peor daño. Así que se decidió llamar al pastor y pedirle compartir estas noticias de la manera más tranquila posible. El pastor preguntó al paciente qué es lo que él haría si acaso viniera a heredar un millón de dólares. El paciente respondió inmediatamente, "Creo que entregaría la mitad a la Iglesia". ¡Con eso cayó muerto de inmediato el pastor!
SI SOLAMENTE TUVIERA
Un hombre una vez dijo desesperadamente, "Si solamente tuviera dinero extra, lo ofrendaría a Dios. Pero ni tengo suficiente dinero para sostenerme a mi mismo, mucho menos mi familia".
El mismo hombre dijo, "Si tuviera tiempo extra lo compartiría con Dios. Pero cada minuto que tengo lo gasto en mi trabajo, mi familia, mi club campestre y lo demás. Cada minuto lo tengo ocupado".
Y el mismo hombre dijo, "Si solo tuviera un talento, lo usaría en la obra de Dios. Pero no tengo ninguna buena voz no puedo dirigir a un grupo de personas no puedo pensar tan rápidamente como quisiera".
Al escuchar esto se quedó Dios bien conmovido y, a pesar de que era contra su manera de ser, Dios entregó al hombre dinero, tiempo y un talento glorioso. Luego esperó Dios… siguió esperando…y esperando…hasta que se cansó Dios de esperar y le quitó su dinero, su tiempo y su talento. Fue entonces cuando el mismo hombre empezó a decir,
"Si solamente tuviera de nuevo ese dinero. Lo entregaría a Dios. Y si solamente tuviera de nuevo todo ese tiempo, lo daría a Dios. Y si solamente pudiera yo redescubrir ese glorioso talento, lo usaría para la obra de Dios.
Fue cuando dijo Dios, "Cierra tu boca, hombre".
De repente el hombre dijo a algunos de sus amigos, "Sabes que, yo ya no estoy muy seguro de que creo en Dios".
"Dios No Es Un Tonto",
BIENVENIDO
Un hombre muere y es trasladado al cielo. Por supuesto que encuentra a San Pedro esperándole a la entrada y dice al hombre, "Así es como funciona. Tu necesitas 100 puntos para poder entrar en el cielo. Tu me vas a decir todas las buenas obras que hiciste, y yo te asignaré una cierta cantidad de puntos por cada cosa, dependiendo de qué tan buena fue. Cuando acumules 100 puntos, entonces podrás entrar."
"OK", dice el hombre. "Pues estuve casado con la misma mujer por unos 50 años y nunca la engañé…ni en mi corazón."
"Magnífico", dice San Pedro. "Eso si que vale tres puntos".
"¿Tres puntos?", pregunta el hombre. "Pues, también asistí a la iglesia toda mi vida y la sostuve con mis diezmos, ofrendas y servicio."
"Maravilloso", dice San Pedro. "Eso por cierto que tiene un valor de un punto."
"¡Un punto!", exclama el hombre. "Pues, ¿Qué te parece esto? Estuve trabajando entre los pobres de mi ciudad, dándoles de comer y ropa también."
"Fantástico", dice San Pedro. "Otros dos puntos a favor de tu cuenta."
"¡Dos puntos!", grita el hombre. Si sigo así será solamente por la gracia de Dios que podré yo entrar al cielo."
"¡BIENVENIDO!", dijo San Pedro.
COLA A LA IZQUIERDA
Algunos hombres acaban de llegar al cielo. Mientras que San Pedro los estaba revisando les dice, "Todos los hombres que vivían en la tierra como mandilones, favor de hacer una fila a mi izquierda. Todos los que vivían en la tierra como jefes de su casa, favor de formarse en fila a mi derecha.
Todos menos uno se formaron rápidamente en una cola a la izquierda de San Pedro. Solo un hombre se atrevió pararse a la derecha.
San Pedro miró a este hombre tan frágil parado a solas en la fila y le preguntó, "¿Y por qué crees tu que mereces estar en este lado?"
Sin demorar ni un segundo el hombre respondió, "¡Porque es aquí donde mi mujer me dijo parar!"
¿SABE COCINAR?
Cuando estaba por nacer nuestro segundo hijo, mi esposa y yo asistimos a unas clases pre-natales diseñadas para parejas que ya tenían por lo menos un hijo. El instructor abordó el tema de como darle la noticia al hijo mayor de la familia. Iba así:
"Algunos padres", dijo ella, "le dicen al hijo mas grandecito, ''''Te amamos mucho y decidimos traer a otro hermanito a la familia.'''' Pero piensenlo bien. Damas, que tal si sus esposos llegaran a casa un día y dijeran, ''''Mi amor, te quiero tanto que he decidido traer a casa otra esposa."''''
Una de las mujeres inmediatamente preguntó. "¿Sabe cocinar?"
¡VUELVE A PEGAR!
Había una Iglesia vieja que necesitaba una remodelación, entonces, durante el servicio, el pastor hizo una apasionada propuesta mirando directamente al hombre más rico del pueblo.
Al final del servicio, el hombre rico se paró y anunció, "Pastor, Voy a contribuir con mil dólares."
Entonces luego, un pedazo de yeso cayó del techo y le pegó en el hombro al hombre.
Rápidamente él hombre rico se paró de nuevo, gritando: "Pastor, Incrementaré mi donación a 5 mil dólares."
Antes de que se pudiera sentar, le cayó otro pedazo de yeso del techo otra vez, y otra vez él realmente gritó, "Pastor, voy a doblar mi segunda promesa."
Se sentó, y de nuevo una gran cantidad de yeso cayó sobre su cabeza.
Se paró una vez más y exclamó gritando, "Pastor, Le daré 20 mil dólares"
De pronto un diácono gritó: "¡Vuélvele a pegar, Señor! ¡Vuélvele a pegar!"