Un regalo se mide por quien lo da
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Cuando Alejandro de Macedonia llego a ser un poderoso rey, cierto dia uno de sus antiguos profesores
acudio a el en demanda de ayuda, porque se hallaba en una gran miseria y el rey no estaba
enterado.
El pobre hombre se habria dado por satisfecho con una modesta suma que la hubiese permitido
hacer frente a sus mas urgentes necesidades.
Alejandro reflexiono y no le dio dinero, sino que le confio el gobierno de una ciudad con todos los
provechos que podria sacar de ello. Asustado, el solicitante expreso que era demasiado, que no
era digno de ese don y que ni siquiera le habia pasado por la mente el deseo de semejante cosa.
Pero Alejandro contesto: No se trata de lo que te conviene pedir sino de saber que don yo te
quiero hacer en mi calidad de rey, segun mi rango y mi corazon.
acudio a el en demanda de ayuda, porque se hallaba en una gran miseria y el rey no estaba
enterado.
El pobre hombre se habria dado por satisfecho con una modesta suma que la hubiese permitido
hacer frente a sus mas urgentes necesidades.
Alejandro reflexiono y no le dio dinero, sino que le confio el gobierno de una ciudad con todos los
provechos que podria sacar de ello. Asustado, el solicitante expreso que era demasiado, que no
era digno de ese don y que ni siquiera le habia pasado por la mente el deseo de semejante cosa.
Pero Alejandro contesto: No se trata de lo que te conviene pedir sino de saber que don yo te
quiero hacer en mi calidad de rey, segun mi rango y mi corazon.