Un gran cerebro sin uncion (Los riesgos de la salida)

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Salir de la “seguridad institucional” al descampado, a caminar solamente con la bandera de la fe en la mano, los pies en el camino y los ojos puestos en el cielo, es una aventura que nos lleva en primera instancia a la inseguridad, para luego aprender a vivir en la verdadera dependencia de Dios, y de ahí a la total seguridad, como fue la experiencia del padre Abraham. Cuando Abraham tomo a su hijo Isaac y lo llevó a Moria para sacrificarlo, estaba en la total seguridad de que Dios se lo devolvería. Hebreos 11: 17-19

En realidad la fe se prueba en la historia, no es un ejercicio solamente intelectual sino de practica, obediencia-acción. La infactibilidad histórica es el obstáculo que puede hacernos retroceder, volver a lo ya andado, o salirnos del camino que de pronto se nos presenta totalmente contrario a lo que nuestra mente nos dice puede venir de Dios.

Una de las experiencias más fuertes en mí peregrinar con Dios es precisamente cuando tengo que decidir algo importante y mentalmente estoy predispuesto hacia lo que me parece mas seguro, menos escandaloso o riesgoso. A veces quisiera tener la fe ingenua de algunos hermanos que no se complican tanto y simplemente actúan sin tanto análisis, sin embargo creo que el liderazgo Dios lo está entregando a personas que saben dar razón de su fe, pero que supeditan su razón a la fe. Dios no quiere gente sin cabeza, lo que el quiere son cabezas sometidas a su sabiduría.

En esta ocasión nos acercaremos a un personaje de la Biblia que lo tuvo todo para ser un gran líder del pueblo de Dios, sin embargo su gran cerebro fue su mayor obstáculo para llevar a cabo lo que Dios puso en sus manos, me refiero a Jeroboam I un prominente personaje de la época de Salomón.

El periodo que vamos a estudiar se encuentra plasmado en los libros de 1° de Reyes 11 – 14: 20 y 2° Crónicas 10 -11: 4. La Biblia nos relata que Salomón consolidó económica y culturalmente el reino de Israel:

Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos desde el Eufrates hasta la tierra de los filisteos y el límite con Egipto: y traían presentes, y sirvieron a Salomón todos los días que vivió.
1° Reyes 4: 21.

Sin embargo la otra verdad es que sus tratos comerciales con otros pueblos, la tolerancia religiosa y su diluimiento moral, le trajeron una infiltración peligrosa que minó la fe en Jehová y terminó corrompiéndolo, razón por la cual Dios decide romper el Reino a su muerte (1° Reyes 11: 1-11). Pero ya en su vida se levantan enemigos políticos, uno de ellos es precisamente Jeroboam quien encabezará la división del Reino.

Es difícil aceptar tal condición en un hombre de Dios de la talla de Salomón, uno no se siente satisfecho al cuestionar a estos escogidos, ¿Cómo puede un hombre de esas características llegar tan bajo? Pero la Biblia no es la narrativa oficial del poder que regularmente esconde o suaviza los aspectos oscuros del gobernante, sino palabra de Dios que muestra la realidad.

Tristemente en ocasiones la historia se repite, grandes hombres de Dios que surgieron con ministerios genuinos nacidos de una relación intima con Dios, que fundaron iglesias sanas dirigidas por el Espíritu Santo, terminan dependiendo para su supervivencia de las modas misiológicas exhibidas en los aparadores de las librerías cristianas, haciendo pactos con tantas propuestas de iglecrecimiento cuando algunas de ellas nos son sino cisternas rotas, donde tratan de saciar su sed los que han terminado enfermos de poder, aferrados a la fama, defendiendo mas su imperio religioso que la obra de Dios.

Cuanta razón tenía aquel viejo patriarca cristiano a quien un joven pastor se le acerco para pedirle un consejo diciéndole: Querido hermano usted que tiene tanta experiencia en el ministerio, me puede decir como alcanzar el éxito en mi vida pastoral. El anciano le contesto: Cuídate de las primeras tres Fs para que no caigas en la cuarta F. El Joven pastor le dijo: explíqueme que me está queriendo decir, el anciano le explicó: Cuídate de la Fama, las Faldas y las Finanzas y así no caerás en el Fracaso.

Un dato clave de gran importancia en la historia que nos ocupa, es que la profecía que durante gran parte del reinado de Salomón había guardado silencio, al final de este vuelve a aparecer. Ahias un profeta de Silo le anuncia mediante un elocuente gesto profético a Jeroboam, la decisión de Dios de ponerlo como líder de diez tribus de Israel.

Y tomando Ahias la capa nueva que tenía sobre si, la rompió en doce pedazos, y dijo a Jeroboam: toma para ti los diez pedazos porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus y el tendrá una tribu por amor a David mi siervo y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel por cuanto me han dejado, y han adorado a Asatoret diosa de los sidonios, a Quemos dios de Moab y no han andado en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, mis estatutos y mis decretos, como hizo David su padre. Pero no quietaré nada del reino de sus manos, son que lo retendré por rey todos los días de su vida, por amor a David mi siervo, al cual yo elegí, y quien guardó mis mandamientos y estatutos. Pero quitaré el reino de la mano de su hijo, y lo daré a ti, las diez tribus. Y a su hijo daré una tribu, para que mi siervo David tenga lámpara todos los días delante de mí en Jerusalén, ciudad que yo elegí para poner en ella mi nombre. Yo pues, te tomaré a ti, y tú reinarás en todas las cosas que deseare tu alma, y serás rey sobre Israel. Y si prestares oído a todas las cosas que te mandare y anduvieres en mis caminos, he hicieres lo recto delante de mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como hizo David mi siervo, yo estaré con tigo y te edificaré casa firme, como la edifique a David, y yo te entregaré a Israel.1° Reyes 11: 30 – 38

Esta palabra provoca que Salomón emprenda una persecución contra Jeroboam a fin de asesinarlo, quien tiene que refugiarse por varios años en Egipto (1° Reyes 11: 40). Aunque parezca descabellada la conducta del gran Salomón, en realidad se trata de una acción lógica de un sistema que se ha endurecido y se ha vuelto ferozmente represivo y lo que menos puede aceptar es que alguien que no sea oficialmente respaldado, levante la bandera en nombre de Dios. La consigna es acabar con todo aquel que discrepa, mucho más cuando lo hace diciendo que Dios le habló. Dios no puede estar sino en las decisiones centrales de la institución, cualquier otra revelación es satánica, cualquier otra opinión es blasfemia.

Salomón gobernó en total cuarenta años, muere en el 922 a.C. Ciertamente deja una institución monárquica muy fuerte, pero con una grave erosión social que se manifestará inmediatamente en el reinado de su hijo Roboam. El descontento proviene de las tribus norteñas cansadas del tributo y el trabajo obligatorio debido a la construcción de los grandes edificios de la monarquía. Estas tribus son encabezadas por Jeroboam el líder nato que recién regresa de su exilio en Egipto para encabezar el movimiento 1° Reyes 12: 1-4).

Por otra parte, la falta de oficio político y sensibilidad social del nuevo monarca, agravada por la consejería insensata de novatos en el poder, da por resultado la rebelión de un sector grande de Israel:

Pero él dejó el consejo que los ancianos le habían dado, y pidió consejo de los jóvenes que se habían criado con él, y estaban delante de él. Y les dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que respondamos a este pueblo, que me ha hablado diciendo: Disminuye algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros? Entonces los jóvenes que se habían criado con él le respondieron diciendo: Así hablarás a este pueblo que te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo, mas tú disminúyenos algo así les hablarás: El menor dedo de los míos es más grueso que los lomos de mi padre. Ahora, pues, mi padre os cargó de pesado yugo, mas yo añadiré a vuestro yugo mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones. 1° Reyes 12: 8-11

Esto no es otra cosa sino el estupor al más alto nivel. Es triste que los hombres de Dios que han guardado la verdadera sabiduría, a veces sean llamados solo para llenar el protocolo y hacer gala de la identidad en los eventos oficiales, cuando las decisiones no son tomadas en base a la cordura de ellos, sino en los intereses de novatos que ciegos y enfermos de poder aplican sin misericordia la ley institucional a los mas pequeños, sin entender las nefastas consecuencias de su forma insensata de decidir los asuntos de la iglesia.

Con todo el escenario se presenta perfecto para que Jeroboam quede establecido legítimamente como primer rey del Norte y ejerza su liderazgo con total seguridad. Proféticamente tiene el respaldo divino y socialmente la mayoría esta con él, ¿Qué más necesitaba para gobernar?

Sin generalizar, muchas de las instituciones religiosas cristianas, que ostentan una gran estructura, poder económico y político, tienen en su interior el descontento de sectores cada vez mayores, que no soportan más la exagerada gerarquización, control y lucha de poder que significan los ministerios oficiales, sobre todo en las cúpulas de dirección. Ciertamente Dios está rompiendo estas estructuras que ya no le sirven para glorificar su nombre y está levantando nuevos líderes que se dejen guiar por el Espíritu Santo.

Es en este escenario donde es pertinente preguntar, ¿que actitudes están asumiendo los líderes de la renovación frente al reto de crear nuevas estructuras viables para la realización del propósito de Dios en este tiempo? Es mi interés en este escrito hacer conciencia en el nuevo liderazgo que Dios está levantando tanto en el interior de las instituciones tradicionales, como en las iglesias de restauración, en ese remanente espiritual portador del fuego de la renovación, sobre la necesidad de cuidar los pasos que damos, no sea que volvamos a repetir los esquemas que Dios ha reprobado y nos quedemos en el mero discurso de la renovación, como quien pretende construir algo nuevo, cuando solo esta poniendo una fachada sobre las varillas corroídas, y las paredes agrietadas del edificio viejo. Recordemos lo que nos dijo Jesucristo nadie pone remiendo nuevo en paño viejo… ni se hecha vino nuevo en odres viejos…

Y bien, volviendo a la historia que nos ocupa. Jeroboam tenía todo para realizar un liderazgo cuya estatura podía llegar hasta la de David. La protección divina era sobre él al grado que le frenó el conflicto armado deteniendo al ejército de Judá. Pero los mayores enemigos de Jeroboam no fueron los externos, fueron los internos, el miedo y su gran cerebro compitiendo por el poder.

Jeroboam actuaba siempre en función de la competencia y esta fue la trampa que le hizo cometer error taras error hasta ser reprobado por el mismo Dios que lo llamó.

Y dijo Jeroboam en su corazón: Ahora se volverá el reino a la casa de David, si este pueblo subiere a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén porque el corazón de este pueblo se volverá a su señor Roboam rey de Juda y me matarán a mi…1° Reyes 12: 26 -27.

El miedo nunca es el mejor consejero, nos hace timoratos, confusos y desconfiados. Desgraciadamente cuando hemos sido reprobados por un superior, nos causa una herida emocional que nos produce la necesidad de demostrarle que se equivocó, y conciente o inconcientemente nos metemos en una carrera de competencia enfermiza para lograr tal objetivo. Perdemos de vista el propósito de Dios y solo enfocamos al contrincante para superarlo. Y con el correr del tiempo venimos a parecernos tanto al enemigo que terminamos frustrados repitiendo las injusticias que otrora nos hicieran.

Regularmente cuando se habla del error o pecado de Jeroboam se resume en la instalación de los becerros de oro, y de facto se interpreta que es un caso claro de idolatría, en el cual difícilmente un evangélico contemporáneo podría incurrir. Sería algo así como que un pastor evangelico instalara una imagen de la Guadalupana en el templo. Pero el caso que nos ocupa es más complejo, realmente los becerros de oro son el símbolo mas visible del carácter de Jeroboam.

Jeroboam es todo menos un ingenuo, las medidas que el toma para lograr el control de las diez tribus del norte obedecen a una estrategia política muy sofisticada, legitimada por una ideo-teología que respalda el nuevo estado Israelita. Sin embargo tales cosas no provenían de la mente de Dios, sino del corazón lleno de miedo y el gran cerebro de Jeroboam, que no pudo descansar en la palabra que Dios le había dado en aquel día en que recibió los diez pedazos del manto.

El camino al descampado fuera de las sendas institucionales, parece ser un camino de aventura que nos trae cierta sensación de inseguridad. Es ahí donde llegan los susurros que nos aconsejan tomar nuestras propias decisiones sin consultar a Dios. Buscamos la seguridad en la edificación de nuestra propia estructura, pero, cuidado, porque al hacerlo podemos estar edificando un becerro de oro y desviando el propósito de Dios en nuestras vidas. Esto fue lo que le pasó a Israel cuando se desespero por que Moisés no bajaba del monte y decidieron tomar las cosas en sus manos. Esto fue lo que le paso a Abram y Sara cuando se desesperaron y vieron en Agar la posibilidad de ver cumplida su expectativa.

Lo que esta detrás de la edificación de un ídolo es el peligro de pretender manipular a Dios. En su afán de competir con la Familia de David, Jeroboam pierde la dependencia de Dios y pretende manipularlo.

Jeroboam establece la cede del nuevo reino en Siquem, no por azares del destino, el sabe perfectamente que Siquem es el antiguo paso de los patriarcas y el lugar donde Josué repartió la tierra. Su cuartada en el fondo es competir con Jerusalem. Si leemos con detenimiento, las decisiones de Jeroboam todas van en la misma dirección: armar una ideología monárquica alterna, afianzada en las experiencias y los lugares de la historia israelita anteriores a David. Aparentemente esta haciendo un gran servicio a Dios recuperando las raíces ancestrales de la fe israelita, sin embargo, su propósito es deslegitimar a la familia de David para que el pueblo no acuda a Jerusalem. Tal obsesión lo llevó a pasar las fronteras de lo permitido por Dios. Jeroboam llegó a parecerse tanto a Roboam amando el poder por el poder.

Aun el texto de: … volveos a las sendas antiguas… puede ser manipulado para nuestro propio interés. Hay nuevos líderes que en su afán de competir con los que los reprobaron se van volviendo pronto viejos, pero hay nuevos líderes que por apresurarse a romper con los que los reprobaron asumen todo lo diferente de los que los reprobaron. Unos equiparándose de donde salieron y otros en su afán de ser totalmente nuevos, ambos se construyen su propia imagen de Dios, su propio imperio, uno repitiendo y otro difiriendo en el discurso, pero al fin y al cabo iguales en las entrañas.

Jeroboam, sin consultar a Dios, hizo cambios en áreas esencialmente sagradas como lo eran los lugares de adoración, las fechas de las fiestas sagradas y el sacerdocio levítico. Estas decisiones aunque estratégica y políticamente correctas, pues significan un excelente cerco “sagrado” y el control de una área central de la vida nacional, la fe, son reprobadas por Dios quien no permite que esas decisiones las tomen por iniciativa propia los seres humanos.

Hay cambios que Dios quiere hacer y esos hay que apresurarnos a realizarlos. Cuando él dice que ya no le agrada algo, nuestro criterio debe menguar para dar paso a la obediencia. Sin embargo hay cambios que por novedosos y atrayentes que parezcan no son aprobados por Dios. Tristemente proyectos que inician siendo precursados por Dios, en los que fundamentalmente necesitamos la dependencia absoluta de él para verlos llegar a su plenitud, terminan siendo estructuras independientes por nuestra tendencia humana a buscar seguridad bajo nuestro propio criterio.


Jeroboam quedó como el ejemplo de lo que un líder nuevo no debe hacer. Si tan solo él hubiera confiado en Dios que lo había escogido para ser Rey de diez tribus, y respetado la soberanía de Jehová sobre su pueblo Israel, todo hubiera salido bien. ¿Acaso Jehová no podía sostener el liderazgo político de Jeroboam, aunque Jerusalén siguiera siendo el lugar de culto y los levitas oficiantes del mismo? Para la lógica humana esto es inadmisible, pero en este caso Dios le permitía a Jeroboam la división política, pero no la división cúltica.

Uno de los síntomas del miedo y la inmadurez en el liderazgo, es la tendencia sectaria y de control. Se esgrimen argumentos de que hay que ser responsables de las ovejas y no dejar que coman cualquier pasto seco, pero en el fondo es nuestro miedo a perder el control y consiente o inconscientemente hacemos lo contrario a lo que recomendó Pedro

…Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey… 1ª Pedro 5: 2-3

Ser escogido por Dios es un gran privilegio pero a la vez una gran responsabilidad. Cuando Dios ve que las cosas van mal el busca a alguien que quiera hacer las cosas bien. Tal es el caso de Noé, dice la Biblia que halló gracia ante los ojos de Dios. ¡Que glorioso es sentir los ojos de Dios complaciéndose en nosotros! Pero el otro lado de la moneda es que Dios le confía a Noe un proyecto que sólo puede llevarse a cabo en total obediencia, un proyecto nada fácil, un proyecto increíble. Si Noé se hubiera tomado la construcción por su cuenta, por ejemplo, cuando Dios le ordenó construir el arca con madera de gofer, el hubiera pensado: creo que la madera de gofer es muy resinosa y difícil de cortar, además es muy pesada, mejor la haré con madera primavera que es mas seca y liviana. Cuando Dios le indico las medidas descomunales para el arca, Noé hubiera decidido: creo que esas dimensiones son una exageración con la mitad es suficiente. Cuando Dios le dijo ponle brea por dentro y por fuera, Noé hubiera dicho desde mi muy particular punto de vista considero que es suficiente calafatearla solamente por fuera. El resultado es que no hubiera soportado el arca para el plan de Dios, y los primeros perjudicados hubiera sido la familia de Noé.

Aunque esta suposición parece infantil, muchas veces así actuamos los escogidos. Nos tomamos la historia por nuestra propia cuenta y las cosas no salen muy bien, pero la clave es ¿Obedecimos al pie de la letra lo que Dios nos ordenó? ¿Consultamos cada día a aquel que nos llamó? ¿Estamos edificando respetando el criterio de Dios?

Querido lector, te invito a depender permanentemente de Dios y a obedecer al píe de la letra sus planes para mirar sus promesas plenamente realizadas en tu vida, tu familia, el ministerio y la iglesia donde estas sirviendo al Dios que te escogió.

Artículo escrito para la Fraternidad internacional de pastores autónomos. Por Adoniram Ibarra Silguero. Licenciado en Teología y Pastor pentecostal en Coatzacoalcos, Veracruz, México. Tel. 921 21 05492 Ce. 921 2653549. Correo adoniram_ibarra@yahoo.com.mx Julio del 2008





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