Tu Palabra nos da vida
0
0
Tu Palabra nos da vida, Señor,
nos ayuda a seguir adelante
nos sirve para meditar y aprender,
nos reconforta en la aflicción,
nos orienta en el discernimiento
y en la toma de decisiones.
Tu Palabra es un espejo
que nos revela tu rostro.
Nos permite conocerte,
descubrirte,
amarte con profundidad,
anhelar el encuentro contigo.
Tu Palabra es una ventana
por donde miramos al mundo
que nos rodea,
es una lupa poderosa
que nos revela los secretos
de la historia que vivimos,
dandonos pistas, claves, guías
para vivir con más fidelidad
a tus propuestas de vida.
Tu Palabra es el pozo límpido
donde ir a beber
para apagar la sed
de justicia y de paz
que nos brota de adentro
al contemplar las cosas que vivimos,
la sociedad que hemos hecho,
o tolerado,
por no escuchar tus enseñanzas.
Tu Palabra es el grito
que nos sacude de la tibieza
tan propia de nosotros,
los cristianos,
que hemos hecho de tu voz un libro
de fin de semana
pasivamente escuchado
sin que la letra encarne,
con sus dolores,
la vida nuestra de cada día.
Tu Palabra es cimiento,
roca sólida
donde construir las bases
de nuestro proyecto de vida.
Tu Palabra es tierra fértil,
quien se queda a vivir en ella,
da frutos buenos,
frutos de vida,
frutos de ternura,
frutos de misericordia
y libertad.
Tu Palabra resuena, Señor,
interpelante y firme,
pero a la vez,
cálida y llena de paciencia.
¡Ahoga nuestras sorderas!
Prepáranos para el cambio.
Tu Palabra es vida, Señor,
quien vive según tus leyes
es dichoso,
descubrió la verdad,
pero
¡qué díficil es ser coherente!
Vivir la Palabra que proclamamos,
escuchar para nosotros mismos
lo que a veces decimos para los demás,
empezar por cambiar nosotros
para promover el cambio de los otros.
Tu Palabra es aliento, esperanza, llamada.
Seguí hablando, buen Dios,
necesitamos escucharte a diario,
seguí hablando,
necesitamos seguir cambiando.
Tomado con gratitud de www.buenasnuevas.com
nos ayuda a seguir adelante
nos sirve para meditar y aprender,
nos reconforta en la aflicción,
nos orienta en el discernimiento
y en la toma de decisiones.
Tu Palabra es un espejo
que nos revela tu rostro.
Nos permite conocerte,
descubrirte,
amarte con profundidad,
anhelar el encuentro contigo.
Tu Palabra es una ventana
por donde miramos al mundo
que nos rodea,
es una lupa poderosa
que nos revela los secretos
de la historia que vivimos,
dandonos pistas, claves, guías
para vivir con más fidelidad
a tus propuestas de vida.
Tu Palabra es el pozo límpido
donde ir a beber
para apagar la sed
de justicia y de paz
que nos brota de adentro
al contemplar las cosas que vivimos,
la sociedad que hemos hecho,
o tolerado,
por no escuchar tus enseñanzas.
Tu Palabra es el grito
que nos sacude de la tibieza
tan propia de nosotros,
los cristianos,
que hemos hecho de tu voz un libro
de fin de semana
pasivamente escuchado
sin que la letra encarne,
con sus dolores,
la vida nuestra de cada día.
Tu Palabra es cimiento,
roca sólida
donde construir las bases
de nuestro proyecto de vida.
Tu Palabra es tierra fértil,
quien se queda a vivir en ella,
da frutos buenos,
frutos de vida,
frutos de ternura,
frutos de misericordia
y libertad.
Tu Palabra resuena, Señor,
interpelante y firme,
pero a la vez,
cálida y llena de paciencia.
¡Ahoga nuestras sorderas!
Prepáranos para el cambio.
Tu Palabra es vida, Señor,
quien vive según tus leyes
es dichoso,
descubrió la verdad,
pero
¡qué díficil es ser coherente!
Vivir la Palabra que proclamamos,
escuchar para nosotros mismos
lo que a veces decimos para los demás,
empezar por cambiar nosotros
para promover el cambio de los otros.
Tu Palabra es aliento, esperanza, llamada.
Seguí hablando, buen Dios,
necesitamos escucharte a diario,
seguí hablando,
necesitamos seguir cambiando.
Tomado con gratitud de www.buenasnuevas.com