Testimonio

0
Me encontraba en un profundo pantano;
no tenía nada de donde asirme.
Cualquier esfuerzo mío era vano;
por mí mismo no podía salirme.

Cada vez me hundía más y más;
yo sólo no me podía salvar.
Estaba lejos de sentir la paz
que reina en lo profundo del mar.

De repente veo que alguien me ayuda:
Él extiende sus manos hacia mí.
En ese momento me entra una duda:
¿Qué respondo a su propuesta: no o sí?

¿No lo acepto y muestro mi espalda a Él?
Sé que yo sólo no puedo salvarme.
Entonces: ¿Tomo las manos de aquél
que verdaderamente mostró amarme?

Yo debía tomar la decisión.
Ningún otro; Él no podía obligarme
a pesar de que era su gran misión
la de tratar del pantano sacarme.

Le dije sí con mi alma y con mi mente,
Pasé de las tinieblas a la luz.
Luego: “Sígueme”, Él dijo simplemente
y yo le respondí: “gracias Jesús”.



Compartir

Más recursos

Sponsor


Suscripción gratuita

Te avisaremos cuando agreguemos nuevos recursos. No te enviaremos más de uno o dos mensajes semanales.