Te reverencio Señor

0
Te reverencio a vos
que sos mi Señor.
Te hablo como un amigo,
te siento, caricias de papito,
te escucho en los zorzales de septiembre.
Y tu fragancia de bebé indefenso
me resucitan a la luz,
simple y único
como mi valle patagónico.
Su cielo, el mío,
sus transparentes aguas
paridas por el dolor
de haberte traicionado.
Mis aguas de refugios, nostalgia,
y esa sonrisa en el sol
jugando a las escondidas
con el viento del sur.
Fuerte, indómito,
el desierto y las ovejas
llamando maa... maa...
Mis amigos
en la mesa de los abuelos,
tus amados hijos,
los míos, mis hermanos.
Siempre estás,
cerrándome los párpados a la noche
para el descanso,
y la fuerza
en el pancito de la mañana.
Te siento, te vivo.
En cada instante,
en el llanto y en la risa.
Tu suave mano me conduce,
y te hablo sencillamente,
a vos que sos mi Señor.
A vos que sos mi amigo.

Compartir

Más recursos

Sponsor


Suscripción gratuita

Te avisaremos cuando agreguemos nuevos recursos. No te enviaremos más de uno o dos mensajes semanales.