Soy Pedro

0
Señor, soy yo, Pedro, tu discípulo.
¿Qué pasó, Maestro, qué pasó?
¡Quisiera preguntarte tantas cosas todavía!
Pero ya no estás...
Te han encerrado en una tumba
y ya no te vimos más.
¿Ya se ha terminado todo, Señor?
¿Era este el final que nos anunciabas
cuando caminábamos contigo,
cuando de cruz nos hablabas,
cuando nos llamabas amigos?
¿Es este el Reino de Dios?
¿Qué pasó, Maestro, qué pasó?
¿Por qué corrimos todos,
por qué se nubló nuestra fe,
por qué te dejamos solo,
por qué tres veces te negué?
¿Por qué se hizo la noche
tan pronto y se fue la luz?
¿Por qué estoy tan triste,
por qué tengo miedo, Jesús?
¿Qué pasará ahora, Señor?
Recuerdo cuando anoche
nuestros ojos se encontraron.
Nunca olvidaré ese momento...
¿Había allí alguna respuesta?
¿Había allí algún mensaje?
Entraste en mi alma
como en una casa sin puertas.
Y sentí como si se abrazaran
la culpa y el perdón,
el pecado y la gracia
el ser humano y Dios.
Yo te negué tres veces,
en tus ojos eterno querer;
yo dije no conocerte,
tu mirada pronucnió mi nombre.
Yo no quise seguirte,
tu mirada sigue en mí;
yo no supe jugarme,
tus ojos decían: "me juego por tí".
Pero había algo más...
¿Qué tenía tu mirada
que no supe ver?
¿Qué decían tus ojos
que aún no olvidé?
¿No es el final, verdad?
No es el final...

Compartir

Más recursos

Sponsor


Suscripción gratuita

Te avisaremos cuando agreguemos nuevos recursos. No te enviaremos más de uno o dos mensajes semanales.