Sobre cruces y crucifijos

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Apuntes para desclandestinizar una discusión:

No es mala idea revisar el uso que la tradición evangélica en nuestra América ha hecho de algunos símbolos. En el caso de la cruz, he escuchado argumentos a favor del uso de la cruz desnuda, o en contra del uso del crucifijo. Muchas veces esos argumentos han oscilado desde una preferencia a una total condenación pasando por distintos
niveles intermedios.

En nuestros días, la cruz como símbolo, sea sola o mezclado con elementos de distintas culturas, sufre un proceso de secularización, que mina su significado como símbolo cristiano. Si bien no podemos
prohibir este uso, ni muchos otros usos pseudo cristianos (como en la Palabra "Cruzada", y otras asociaciones de la Cruz y la Espada), sí podemos aportar a nuestros hermanos y otros catecúmenos, claridad en cuanto la causa por la que los cristianos usamos la cruz como señal
legítima, y válida.

La Cruz Cristiana está íntimamente relacionada con la cruz utilizada
para matar a delincuentes indignos durante la república e Imperio Romanos. Nos hemos desquitado del castigo ignominioso dado a Jesús de Nazaret, dignificando al instrumento de ejecución del Señor. El uso
de la cruz significa "No tengo vergüenza de mi Señor ni de su muerte".

La Cruz Cristiana no tiene nada que ver con otros símbolos en forma de cruz o parecidos de otras civilizaciones.

El uso del crucifijo nos refiere a la propuesta didáctica de San Pablo, "...proclamamos a Cristo, y crucificado...". Un buen recordatorio a los cristianos del papel servicial, manso, entregado hasta la muerte... de nuestro Señor. Cada vez que usamos el crucifijo, estamos proclamando a nuestro Señor Todpoderoso que se somete, y acepta la voluntad del Padre, en prueba de que El tiene buena voluntad con los hombres. El crucifijo es la imagen de la fe, no como poder de este mundo, sino como poder del reino venidero. De algún modo nos insiste en tener cuidado con las alianzas con poderes
de este mundo, como el poder temporal.

La cruz desnuda, si bien tiene una carga simbólica enorme, nos recuerda, especialmente cuando la llevamos colgada, que se nos pide que llevemos nuestra cruz, como Cristo llev¢ la suya. Con la cruz
desnuda, confesamos nuestro discipulado, y nuestra decisi¢n de seguir en los pasos del maestro.

He escuchado y padecido cr¡ticas al crucifijo considerado como imagen
inaceptable. El hecho de llevar el cuerpo de Jesús representado, no la hace más o menos imagen. Todo lo que usamos es imagen, incluso una parábola didáctica. Y no olvidemos que toda imagen es como un dedo
que señala una realidad que la trasciende. Y si nos señala algo edificante, decimos que la imagen lo es.

He escuchado también interpretaciones acerca de que la cruz desnuda nos recuerda a Cristo resucitado. No me quiero ensarzar en argumentos inútiles, pero creo que estamos confundiendo la imagen bíblica de la Tumba Vacía con la Cruz Desnuda: en el Nuevo Testamento, es la tumba vacía la imagen que nos habla del Resucitado. La cruz estuvo
desnuda el viernes a la noche, mientras que el Señor estaba muerto, y bien muerto.

También es un buen recordatorio de que las imágenes por si solas, no son poderosas por si mismas. Es el Señor el que les pone contenido, y así descubrimos su significado. Varios vieron la tumba vacía y escucharon el "¿por qué buscan entre los muertos al que vive?", pero hasta que El habló con María Magdalena, y les "sopló el Espíritu
Santo", y los acompañó a Emaús, y se dejó tocar por Tomás, fue muy difícil entender a que apuntaba la Tumba vacía.

Del mismo modo, la Cruz de Cristo, sea desnuda, o con su imagen clavada, es una herramienta útil y potente en nuestra tarea de proclamación de las buenas noticias.

Por eso, a mis hijas, en el día de su confirmación, les regalé un Crucifijo, para tener un recordatorio de quién es su Señor, y una Cruz desnuda, para que se animen a imitarlo.

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