Significado de la Navidad

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Casi 2000 Navidades. ¿cuántas tenemos cada uno de nosotros? “Yo en particular”, quien está leyendo este texto. Difícil no caer en lugares comunes.

Lo relevante debe ser: “¿Cuál es el significado para mí?”.

Miles de años de comunicación entre El Creador y su criatura preferida. ¡De cuántas maneras lo intentó! ¡A través de cuántas formas! Nos habló a través de profetas, de señales; de cuántas maneras nos aconsejó, cuántas experiencias, mandamientos, proverbios nos legó. ¿Habrá sido porque su criatura preferida no supo entenderlo que decidió venir a la Tierra como Hombre? ¿Se habrá dicho “TENGO QUE IR PARA MOSTRARLES CÓMO DEBEN COMPORTARSE, SER EJEMPLO VIVIENTE, BRINDARLES SEÑALES DIRECTAMENTE YO, SIN INTERMEDIARIOS. HASTA AHORA LES HE DICHO CÓMO QUIERO QUE VIVAN, DEBO IR PARA MOSTRÁRSELO”.

Les invito a pensar en este, uno de los aspecto del advenimiento de Dios a la Tierra.

En tiempos de Navidad nos sentimos diferentes, cada uno de nosotros, creyentes o no, vivimos en un estado de excitación diferente. Para algunos quizás sólo porque se acerca el tiempo de vacaciones, el estío, fin de año; por la compra de regalos, la preparación de las comidas familiares. Para otros, además de todo esto, la celebración de uno de los momentos más trascendentes de nuestra relación con el Creador, Nuestro Padre. el nacimiento de Jesús.
Todo nacimiento provoca felicidad, sea de quien sea, lo conmemoramos cada año, hacemos regalos al homenajeado, si es el de un familiar o ser muy querido, nos reunimos, organizamos una fiesta, con comidas, tortas bebidas y cantos, por lo menos de feliz cumpleaños. En la conmemoración del nacimiento de Jesús. ¿cuál es la diferencia? Que los regalos nos los hacemos entre nosotros, que son todas las familias las que se reúnen el mismo día, en el caso muy particular de nuestro país el calendario indica: “Día de las Familias”, que los cantos son los villancicos o himnos especiales para la ocasión, que los cristianos nos congregamos en las iglesias aunque no sea domingo. ¿Quién puede estar en desacuerdo con esto?. Pero para los cristianos debe ser un día, una época del año de una muy especial reflexión. Época de perdonar y ser perdonados, de sentirnos más cerca entre hermanos en la fe y aún de aquéllos que no la profesen. Recordemos el “PAZ A LOS HOMBRES Y MUJERES DE BUENA VOLUNTAD”, este año quizás con más intensidad que en otras ocasiones. Para eso también Dios tomó forma humana, para dejarnos su Paz; pero recordemos también que Dios en la Tierra nos mostró cómo deben vivir sus hijos.
La celebración del nacimiento de Jesús, la alegría que provoca no debe ser ensombrecida porque conocemos el fin de la historia mas todo lo contrario. Hay un villancico cuyo autor es un sacerdote católico argentino que dice refiriéndose a María: “… aparta las pajas que pueden pinchar, hay tiempos y tiempos mejor no pensar”. Recuerdo un sermón de Emilio que escuché en mi adolescencia: “.. de nada valdría el madero del pesebre si no hubiera existido la cruz”. Nace el Niño cuya sangre lavó nuestros pecados, ¡si habrá motivo para celebrar el 25 de diciembre!, ¡vaya si será motivo de regocijo!.

Seguramente todos tenemos seres queridos que ya no están con nosotros. ¿Verdad que los recordamos en forma especial el día del aniversario de su nacimiento?. En mi caso, las mejores enseñanzas que me dejó mi padre fue su ejemplo, su conducta en la vida.
Les recuerdo la invitación que les hice al comienzo. Tenemos el Adviento para irnos preparando para la Navidad. ¿Cómo vivió Jesús? ¿Dedicó su vida a acumular cosas materiales?, ¿se rodeó de ricos y poderosos?, ¿devolvió golpe por golpe, mal con mal?, ¿a quienes puso por ejemplo?.

Vivamos para ser merecedores del regocijo del Padre, y dignos alumnos del Maestro. Abramos nuestros templos para recibir a la totalidad de los hermanos. Las iglesias por supuesto, pero también nuestro templo personal, nuestro cuerpo, con un abrazo que no excluya a semejante alguno. por ningún motivo de raza, de credo, de nacionalidad, de condición social, de ideología. Un abrazo acompañado por el shalom más puro y genuino que podamos expresar y transmitir.
Que el Feliz Navidad retumbe en el mundo para que nadie deje de recibir el auténtico mensaje de paz y amor de Dios.

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