Siempre estás allí
En la fragilidad
de una hoja al viento,
en el trueno, en la tormenta,
en la calma o en el ruido.
Al destellar la luz
o en plena noche oscura,
en lo alto, en lo profundo,
en lo brusco, en la ternura.
Estribillo:
Siempre estás allí,
siempre allí te encuentro,
no existe un momento
ni existe el lugar
para escapar de tí
o esconderme de tu amor,
tu Espíritu, buen Dios,
me abraza y me ofrece paz.
En la pequeña flor
o en el mar inmenso,
en la risa y en el llanto,
en lo cierto, en el suspenso.
En tiempos del adiós
o al ver nacer a un niño,
en la tierra y en los cielos,
en la lucha y en los sueños.