Sermón del botón

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Mt. 18:3, Jn. 15:5, 1 Co. 4:2

Objetos: Un botón que puede, o no, estar pegado a una prenda de ropa, sea de una persona o del propio relator, una tijera o una cuchilla.

Un botón así en la camisa (pantalón, etc.), ¿es útil? Creo que sí, ¿verdad? También, puede enseñarnos algunas lecciones. Ahora quiero señalar cuatro cosas acerca de los botones:

1. Es algo pequeño en sí. No es tan grande como una camisa o un pantalón o un saco. Pero la mayor parte de las prendas de ropa necesita botones. No debemos despreciar (tener a menos) las cosas chicas, ni a los niños. Nuestro Señor Jesucristo dice: "Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mt. 18:3).

2. Aunque pequeño, el botón tiene un trabajo importante que hacer. No protege el cuerpo contra el frío, como una camisa, pero ayuda a la camisa en ese trabajo. Hace muchos años en la ciudad de Roma había un hombre llamado Pablo, cuya profesión era hacer tiendas (carpas). Estaba predicando y enseñando que Jesucristo es el Rey de todo el mundo. Eso no le gustó al rey Nerón, quien le echó en la cárcel. Nerón era un rey de mucha fama. Pero, ¿qué ha pasado? Muy posiblemente una familia de ahora llamará a su hijo "Pablo", y "Nerón" a su perro!

Al parecer, Pablo no era muy importante, pero el tiempo ha indicado que sí lo era. De igual modo, ustedes también son importantes.

3. La utilidad del botón está en relación con algo muchísimo mayor. Un botón es útil sólo cuando está pegado a algo. Cuando no está pegado, no es útil, sólo tiene la posibilidad de serIo es decir, será útil cuando esté pegado. Cuando cumple este requisito, cumplirá su propósito. Nosotros también, cuando estamos unidos con Dios, cumpliremos el propósito que él tiene para nosotros. Jesucristo dice: "El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto porque separados de mí nada podéis hacer" (Jn. 15:5).

Supongamos que el botón fuese como algunas personas y dijese: "Quiero ser libre quiero hacer lo que me da la gana." Así, ¿qué valdría el botón? Aprendamos de eso. Unidos con el Señor somos más útiles.

4. El botón debe ser lo que es y no sentirse triste porque no es otra cosa. A veces hace falta un botón grande y a veces uno chico. El chico no resultaría en un abrigo, ni el grande en una camisa. Pero en su lugar cada uno tiene una tarea. Tampoco debe un botón lamentarse porque no es camisa o un zapato. Así, cada uno de nosotros debe cumplir la tarea que Dios le ha dado. Lo importante es "que cada uno sea hallado fiel", como se dice en 1 Corintios 4 :2.

No vale la pena querer ser otra persona,
porque no lo es. A veces, un niño o un adulto gasta su tiempo inútilmente lamentando que no es así o que es asá, que su familia no es talo cual, u otra cosa por el estilo. Lo que debe hacer es cumplir lo mejor posible con lo que es, siendo sí lo más que le sea posible ser.

¿Creen ustedes que podemos recordar algunas de las lecciones del botón?




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