Santiago 3:1-12
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Introducción
Algunos comentarios hacen llegar esta sección hasta el v. 18. Estructuralmente, 3,1-12 retoma 1,26 con dos términos: “refrenar” y “lengua”. Es una sección altamente retórica y con suficientes elementos propios de Sgo como para no dudar de su autenticidad, a pesar de que evidencia también el uso de fuentes helenísticas y judías.
Repaso exegético
V. 1: a, advertencia; b, causa de la advertencia: cuanto más responsabilidad se nos dé, mayor el juicio.
v. 2: conexión entre la advertencia del juicio y la aplicación al cuerpo: “todos caemos muchas veces. Si alguno no cae hablando, es un hombre perfecto, capaz de poner freno a todo su cuerpo.” La discusión de este v. concierne el alcance del término “cuerpo”: ¿se trata del propio cuerpo del maestro, quien al poder refrenar la lengua puede dar una imagen coherente de sí, o se trata del cuerpo = comunidad, al no crear desorden o desunión? Los tres ejemplos que siguen dan la impresión de que se está pensando en este sentido más amplio
V. 3: ejemplo 1: el caballo, un cuerpo grande;
V. 4: ejemplo 2: el barco, azotado por fuertes vientos. La imagen del barco para la Iglesia es una de las favoritas, y los vientos que la amenazan representan distintas doctrinas y posiciones.
V. 5: ejemplo 3: el fuego en un bosque. A diferencia del ejemplo 2, donde el timón (la lengua) logra dirigir a la nave a buen destino, el tercer ejemplo enfatiza la destrucción del mundo entero por causa de la lengua: por ella el mundo entero es encendido.
V. 6: extremadamente difícil de traducir, muchos comentarios lo consideran corrupto. Aun aceptando como traducción que “la lengua es un fuego”, no es claro el sentido de que la lengua se auto-erija como ho kosmos tes adikías, con los numerosos significados de ho kosmos: adorno, totalidad, mundo. Posiblemente el sentido aquí sea que la lengua, con su poder destructivo, es en el individuo el microcosmos del mundo externo, el macrocosmos, con su hostilidad hacia los/as cristianos/as.
ho trojos tes genéseos, “la rueda del nacimiento” posiblemente sea una expresión tomada del estoicismo, del mundo formado por diferentes eones, o las teorías órficas y pitagóricas de la transmigración eterna de almas (cf. sin embargo Sal 83,13-14; Eze 1,15-19; 1 Pe 4,12; Judas 23; 2 Pe 3, 7.10). Pero una vez más, Sgo da la impresión de usar la terminología sin implicar su sentido técnico. A pesar de posibles influencias filosóficas, Sgo le da un toque innegablemente judío: el fuego se origina en la gehenna. GeHinnom, el valle de los hijos de Hinnom, había sido usado para sacrificios humanos (2 Re 23,10, Jer 7,31) relacionados con el Dios Molok; más tarde fue símbolo del lugar de castigo a Jerusalem y en el NT es lugar de castigo después del juicio final (Mc 9:45 y par., Mt 5, 22, etc.)
V. 7-8: otra comparación: toda criatura salvaje ha sido domada –la lengua no. Es un mal turbulento (BJ); akatástatos ya había aparecido en 1,8 como “inestable” en relación a quien ora pero duda. En seguida, en los vs. 9-12, retoma esta inestabilidad:
V. 9-12: inconsistencia de quien bendice a Dios y maldice al prójimo con la misma boca.
Sgo usa homoiosis, “semejanza”, un término que en la LXX aparece sólo en Gén 1,26. ¿Se referiría a la hipocresía o a un mal entendido celo profético dentro de la comunidad? Sea como fuere, quien maldice al prójimo, creado a semejanza de Dios, está yendo contra la obra creadora de Dios; tal persona no puede a la vez bendecir a Dios.
De nuevo siguen tres comparaciones: una misma fuente no fluye con agua potable y amarga; una planta no produce frutos diferentes; el mar no contiene agua salada y dulce a la vez.
Breve reflexión teológica
En este pasaje se desalienta la superabundancia del ministerio del maestro en la comunidad. Las razones podrían ser, por una parte, que los/as especialistas en el uso de la palabra estamos especialmente expuestos/as al pecado de la palabra: no olvidemos que el tema principal es el pecado, no el ministerio; por otra parte, la estima en que los maestros (rabinos) eran tenidos en el judaísmo: no el ministerio, sino la honra del ministro atraía a muchos (¿muchas?).
Hoy, la honra ligada al rabino sigue ligada al o la rabino/a, pastor/a, sacerdote, religiosa, etc., más que por su función de enseñanza, por su conexión especial con lo Divino, de donde proviene su autoridad. Hoy tanto como ayer “todos caemos muchas veces” (v. 2) y de distintas maneras. No sé si hoy como ayer, confesamos nuestra condición pecadora con tanta franqueza, o nos escondemos tras múltiples explicaciones.
Posible esquema para la predicación
1. La comunidad necesita de diversos dones para poder sobrevivir y crecer: gente que instruya, que predique, que administre, que organice, que aconseje, que dirija la adoración…
2. Aunque puede haber dones más valorados que otros, todos son necesarios en la comunidad. La variedad y el servicio es lo que importa, no la competencia o la envidia.
3. A veces, a partir de un supuesto afán de servicio, en realidad lo que estamos promoviendo en nuestro propio interés en hacer las cosas a nuestra manera, en mantener el control, en determinar quién puede servir cómo y dónde.
4. Nosotros/as que predicamos este domingo, especialmente pastores y pastoras, no estamos libres de las dos advertencias de Sgo, contra la elección de un ministerio por las razones equivocadas (la honra propia), y contra el uso de la lengua, el discurso, para prender fuegos en lugar de apagarlos. Un “mea culpa” no vendría mal, probablemente.
5. Frente a la lectura activista que tantas veces se ha hecho de Santiago, con su énfasis en las obras de la fe, se podrían traer a colación los ejemplos de este texto (las aguas dulces y amargas no fluyen juntas, un árbol no da diversos tipos de fruto, el mar no tiene agua dulce y salada a la vez) para ayudar a la comunidad y a su liderazgo a examinar sus propias obras.
Algunos comentarios hacen llegar esta sección hasta el v. 18. Estructuralmente, 3,1-12 retoma 1,26 con dos términos: “refrenar” y “lengua”. Es una sección altamente retórica y con suficientes elementos propios de Sgo como para no dudar de su autenticidad, a pesar de que evidencia también el uso de fuentes helenísticas y judías.
Repaso exegético
V. 1: a, advertencia; b, causa de la advertencia: cuanto más responsabilidad se nos dé, mayor el juicio.
v. 2: conexión entre la advertencia del juicio y la aplicación al cuerpo: “todos caemos muchas veces. Si alguno no cae hablando, es un hombre perfecto, capaz de poner freno a todo su cuerpo.” La discusión de este v. concierne el alcance del término “cuerpo”: ¿se trata del propio cuerpo del maestro, quien al poder refrenar la lengua puede dar una imagen coherente de sí, o se trata del cuerpo = comunidad, al no crear desorden o desunión? Los tres ejemplos que siguen dan la impresión de que se está pensando en este sentido más amplio
V. 3: ejemplo 1: el caballo, un cuerpo grande;
V. 4: ejemplo 2: el barco, azotado por fuertes vientos. La imagen del barco para la Iglesia es una de las favoritas, y los vientos que la amenazan representan distintas doctrinas y posiciones.
V. 5: ejemplo 3: el fuego en un bosque. A diferencia del ejemplo 2, donde el timón (la lengua) logra dirigir a la nave a buen destino, el tercer ejemplo enfatiza la destrucción del mundo entero por causa de la lengua: por ella el mundo entero es encendido.
V. 6: extremadamente difícil de traducir, muchos comentarios lo consideran corrupto. Aun aceptando como traducción que “la lengua es un fuego”, no es claro el sentido de que la lengua se auto-erija como ho kosmos tes adikías, con los numerosos significados de ho kosmos: adorno, totalidad, mundo. Posiblemente el sentido aquí sea que la lengua, con su poder destructivo, es en el individuo el microcosmos del mundo externo, el macrocosmos, con su hostilidad hacia los/as cristianos/as.
ho trojos tes genéseos, “la rueda del nacimiento” posiblemente sea una expresión tomada del estoicismo, del mundo formado por diferentes eones, o las teorías órficas y pitagóricas de la transmigración eterna de almas (cf. sin embargo Sal 83,13-14; Eze 1,15-19; 1 Pe 4,12; Judas 23; 2 Pe 3, 7.10). Pero una vez más, Sgo da la impresión de usar la terminología sin implicar su sentido técnico. A pesar de posibles influencias filosóficas, Sgo le da un toque innegablemente judío: el fuego se origina en la gehenna. GeHinnom, el valle de los hijos de Hinnom, había sido usado para sacrificios humanos (2 Re 23,10, Jer 7,31) relacionados con el Dios Molok; más tarde fue símbolo del lugar de castigo a Jerusalem y en el NT es lugar de castigo después del juicio final (Mc 9:45 y par., Mt 5, 22, etc.)
V. 7-8: otra comparación: toda criatura salvaje ha sido domada –la lengua no. Es un mal turbulento (BJ); akatástatos ya había aparecido en 1,8 como “inestable” en relación a quien ora pero duda. En seguida, en los vs. 9-12, retoma esta inestabilidad:
V. 9-12: inconsistencia de quien bendice a Dios y maldice al prójimo con la misma boca.
Sgo usa homoiosis, “semejanza”, un término que en la LXX aparece sólo en Gén 1,26. ¿Se referiría a la hipocresía o a un mal entendido celo profético dentro de la comunidad? Sea como fuere, quien maldice al prójimo, creado a semejanza de Dios, está yendo contra la obra creadora de Dios; tal persona no puede a la vez bendecir a Dios.
De nuevo siguen tres comparaciones: una misma fuente no fluye con agua potable y amarga; una planta no produce frutos diferentes; el mar no contiene agua salada y dulce a la vez.
Breve reflexión teológica
En este pasaje se desalienta la superabundancia del ministerio del maestro en la comunidad. Las razones podrían ser, por una parte, que los/as especialistas en el uso de la palabra estamos especialmente expuestos/as al pecado de la palabra: no olvidemos que el tema principal es el pecado, no el ministerio; por otra parte, la estima en que los maestros (rabinos) eran tenidos en el judaísmo: no el ministerio, sino la honra del ministro atraía a muchos (¿muchas?).
Hoy, la honra ligada al rabino sigue ligada al o la rabino/a, pastor/a, sacerdote, religiosa, etc., más que por su función de enseñanza, por su conexión especial con lo Divino, de donde proviene su autoridad. Hoy tanto como ayer “todos caemos muchas veces” (v. 2) y de distintas maneras. No sé si hoy como ayer, confesamos nuestra condición pecadora con tanta franqueza, o nos escondemos tras múltiples explicaciones.
Posible esquema para la predicación
1. La comunidad necesita de diversos dones para poder sobrevivir y crecer: gente que instruya, que predique, que administre, que organice, que aconseje, que dirija la adoración…
2. Aunque puede haber dones más valorados que otros, todos son necesarios en la comunidad. La variedad y el servicio es lo que importa, no la competencia o la envidia.
3. A veces, a partir de un supuesto afán de servicio, en realidad lo que estamos promoviendo en nuestro propio interés en hacer las cosas a nuestra manera, en mantener el control, en determinar quién puede servir cómo y dónde.
4. Nosotros/as que predicamos este domingo, especialmente pastores y pastoras, no estamos libres de las dos advertencias de Sgo, contra la elección de un ministerio por las razones equivocadas (la honra propia), y contra el uso de la lengua, el discurso, para prender fuegos en lugar de apagarlos. Un “mea culpa” no vendría mal, probablemente.
5. Frente a la lectura activista que tantas veces se ha hecho de Santiago, con su énfasis en las obras de la fe, se podrían traer a colación los ejemplos de este texto (las aguas dulces y amargas no fluyen juntas, un árbol no da diversos tipos de fruto, el mar no tiene agua dulce y salada a la vez) para ayudar a la comunidad y a su liderazgo a examinar sus propias obras.