Recuerdas como llegaste aquel día?
0
0
Recuerdas como llegaste aquel día?
Tu rostro bañado en lágrimas. Tus brazos débiles de tanto estar abiertos esperando. Tu cuerpo cansado de tanto cargar. Tu corazón en mil pedazos, era como un rompecabezas con pequeñas piezas dispersas por todas partes.
Recuerdo como llegaste aquel día. Sin fuerzas. De tu corazón brotaba sangre, era como si hubieras recibido un ataque, como si alquien te hubiera atravezado con una flecha, como si alguien se hubiera subido sobre tu corazón y lo hubiera aplastado. Como si lo hubieras entregado a alguien, que no lo supo valorar.
Recuerdo muy bien ese día en el que me abrazaste. Tenía tanto tiempo que no te acercabas a mi. Parecía que estabas muy molesta, no me dirigías la palabra. Era como si yo no existiera en tu vida, como si te hubieran hablado mal de mi, como si lo hubieras creído todo. Sabes que no fue así, he dado todo por amor a ti.
Recuerdo ese día en el que lloraste junto a mí, tu llanto a veces se perdía en risas. Estabas tan confundida. Pensaste que Yo me había equivocado, aunque en tu interior tu sabías que en Mi no podía haber error.
Me reclamaste, me abrazaste, me gritaste te perdoné una vez mas. “Padre, perdónala porque no sabe lo que hace”.
Recuerdo ese día en el que volviste a mi. Te veías tan frágil. Eras como una copa de fino cristal que debía ser tratada con mucho cuidado, si te caías una vez mas, te hubieras quebrado.
Recuerdo ese día en el que te sostuve. No podías articular una sola palabra. No podías explicar lo sucedido. Sabías que no era necesario hablar, yo escuchaba tu corazón.
Recuerdo muy bien ese día en el que te aferraste a mi. Decidiste caminar conmigo, y nunca soltarme. Sabes que yo nunca te soltare, tu fuiste quien decidió soltarse. Hemos caminado juntos. Compartido tantas cosas.
Decidí que no permitiría nunca mas que fueras herida por la misma razón. Te protegí. Cuando te enfrentaste una vez mas, te veías tan frágil, nadie podía ver todo el poder que había en ti. Ese poder que Yo puse en tu ser, para que no te hirieran una vez mas. Lanzaron el dardo, cayó sobre ti. Tu pensaste que una vez mas sangrabas. Me miraste con lágrimas una vez mas. Yo te abracé, y te hice recordar que estando en mi mano, nadie te puede dañar.
Recuerdo muy bien aquel día, ese día en el que se lanzaron esos últimos dardos contra ti. Supiste como escudarte. Cada dardo lanzado a tu corazón, era rechazado porque tus oraciones llegaban ante mi presencia. Prometí sanarte. Prometí cuidarte.
Hasta ahora siguen siendo lanzados dardos en tu contra, y mi promesa la he cumplido. Yo no soy hombre para mentir, ni hijo de hombre para arrepentirme. Algunos te traicionaron con su palabra. Tu también traicionaste a algunos.
Mi promesa seguirá hasta el fin. Te seguiré cuidando, te seguiré guiando. Tú solo debes seguir confiando.
Recuerdo aquel día en el que te inclinaste a mí.
Recuerdo aquel día en el que tus rodillas se doblaron, y clamaste a mi.
Recuerdo aquel día en que no merecías nada, y te lo di todo por amor.
Recuerdo aquel día en el que te quite lo que no te dejaba caminar.
Recuerdo aquel día en el que lloraste, por todo lo que fue quitado.
Recuerdo aquel día en el que todo fue hecho nuevo.
Recuerdo aquel día en el que te comprometiste conmigo.
Recuerdo aquel día en el que decidiste no luchar mas con tus propias fuerzas, pues viste que era inútil.
Recuerdo muy bien aquel día en el que me permitiste tomar el control de tu vida, y que decidiste que Yo te llenara con mi voluntad.
Recuerdo muy bien aquel día cuando regresaste a Mí.
¡Como olvidar aquel día!
Tu rostro bañado en lágrimas. Tus brazos débiles de tanto estar abiertos esperando. Tu cuerpo cansado de tanto cargar. Tu corazón en mil pedazos, era como un rompecabezas con pequeñas piezas dispersas por todas partes.
Recuerdo como llegaste aquel día. Sin fuerzas. De tu corazón brotaba sangre, era como si hubieras recibido un ataque, como si alquien te hubiera atravezado con una flecha, como si alguien se hubiera subido sobre tu corazón y lo hubiera aplastado. Como si lo hubieras entregado a alguien, que no lo supo valorar.
Recuerdo muy bien ese día en el que me abrazaste. Tenía tanto tiempo que no te acercabas a mi. Parecía que estabas muy molesta, no me dirigías la palabra. Era como si yo no existiera en tu vida, como si te hubieran hablado mal de mi, como si lo hubieras creído todo. Sabes que no fue así, he dado todo por amor a ti.
Recuerdo ese día en el que lloraste junto a mí, tu llanto a veces se perdía en risas. Estabas tan confundida. Pensaste que Yo me había equivocado, aunque en tu interior tu sabías que en Mi no podía haber error.
Me reclamaste, me abrazaste, me gritaste te perdoné una vez mas. “Padre, perdónala porque no sabe lo que hace”.
Recuerdo ese día en el que volviste a mi. Te veías tan frágil. Eras como una copa de fino cristal que debía ser tratada con mucho cuidado, si te caías una vez mas, te hubieras quebrado.
Recuerdo ese día en el que te sostuve. No podías articular una sola palabra. No podías explicar lo sucedido. Sabías que no era necesario hablar, yo escuchaba tu corazón.
Recuerdo muy bien ese día en el que te aferraste a mi. Decidiste caminar conmigo, y nunca soltarme. Sabes que yo nunca te soltare, tu fuiste quien decidió soltarse. Hemos caminado juntos. Compartido tantas cosas.
Decidí que no permitiría nunca mas que fueras herida por la misma razón. Te protegí. Cuando te enfrentaste una vez mas, te veías tan frágil, nadie podía ver todo el poder que había en ti. Ese poder que Yo puse en tu ser, para que no te hirieran una vez mas. Lanzaron el dardo, cayó sobre ti. Tu pensaste que una vez mas sangrabas. Me miraste con lágrimas una vez mas. Yo te abracé, y te hice recordar que estando en mi mano, nadie te puede dañar.
Recuerdo muy bien aquel día, ese día en el que se lanzaron esos últimos dardos contra ti. Supiste como escudarte. Cada dardo lanzado a tu corazón, era rechazado porque tus oraciones llegaban ante mi presencia. Prometí sanarte. Prometí cuidarte.
Hasta ahora siguen siendo lanzados dardos en tu contra, y mi promesa la he cumplido. Yo no soy hombre para mentir, ni hijo de hombre para arrepentirme. Algunos te traicionaron con su palabra. Tu también traicionaste a algunos.
Mi promesa seguirá hasta el fin. Te seguiré cuidando, te seguiré guiando. Tú solo debes seguir confiando.
Recuerdo aquel día en el que te inclinaste a mí.
Recuerdo aquel día en el que tus rodillas se doblaron, y clamaste a mi.
Recuerdo aquel día en que no merecías nada, y te lo di todo por amor.
Recuerdo aquel día en el que te quite lo que no te dejaba caminar.
Recuerdo aquel día en el que lloraste, por todo lo que fue quitado.
Recuerdo aquel día en el que todo fue hecho nuevo.
Recuerdo aquel día en el que te comprometiste conmigo.
Recuerdo aquel día en el que decidiste no luchar mas con tus propias fuerzas, pues viste que era inútil.
Recuerdo muy bien aquel día en el que me permitiste tomar el control de tu vida, y que decidiste que Yo te llenara con mi voluntad.
Recuerdo muy bien aquel día cuando regresaste a Mí.
¡Como olvidar aquel día!