Recogimiento

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Te doy gracias, Señor, porque yo habito
Una tierra de sol, y de infinito.

Te doy gracias, Señor, porque te siento
En la hondura de todo sentimiento.

Te doy gracias, Señor, por este vino
Y este pan que apuntalan mi destino

Te doy gracias, Señor, de estar cautiva
En invisible templo de agua viva.

Te doy gracias, Señor, porque he nacido
A la sombra de un árbol bien erguido.

Te doy gracias, Señor, por la natura
Que contemplo extasiada hasta la hartura.

Te doy gracias, Señor, por las hermosas
Sutiles y frágiles mariposas.

Te doy gracias, Señor, por el rocío
Que humedece la hierba en el estío.

Te doy gracias, Señor, por los sentidos
Por el gozo y la risa inmerecidos.

Te doy gracias, Señor, por el talento
Que a los genios has dado, con tu acento.

Te doy gracias, Señor, porque en el verso
Reverbera la faz del universo.

Por los seres fecundos y sencillos
Y también por el canto de los grillos.

Por la simple corola de una flor
Y el sublime misterio del amor.

Por el aire y la lluvia bienvenida,
Por la luz, por el agua y por la vida.

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