Quinceañera
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Quinceañera, solo una vez,
de tul y rosas y guantes,
de perfume, fiesta y galanes,
y gratitud a Dios, dador de 15 años.
Es el paso de la niñez a la juventud,
el brinco a la madurez de ser mujer.
Mujer que no olvida el ser niña:
la risa, la alegría, el gozo de vivir.
Mujer que pasa a vivir plenamente
los desafíos del porvenir.
Déjate ser persona
con horizontes sin límites,
escalando Ixtaccihuatls(*),
ganando medallas olímpicas,
estudiando, explorando,
trabajando honradamente,
sirviendo útilmente,
orando diariamente.
No pienses en tí no más,
ni dejes que la tradición te imponga límites
si no abre brechas desconocidas,
haz "camino al andar".
Y así, tomada del brazo paternal
y abrazada en el regazo maternal,
tomarás el paso, harás el brinco
de la niñez a la madurez.
¡Niña, Quinceañera, Mujer!
(*) se puede poner el nombre de cualquier montaña cercana
(el Ixtaccihuatl es "la mujer dormida", volcán mexicano)
de tul y rosas y guantes,
de perfume, fiesta y galanes,
y gratitud a Dios, dador de 15 años.
Es el paso de la niñez a la juventud,
el brinco a la madurez de ser mujer.
Mujer que no olvida el ser niña:
la risa, la alegría, el gozo de vivir.
Mujer que pasa a vivir plenamente
los desafíos del porvenir.
Déjate ser persona
con horizontes sin límites,
escalando Ixtaccihuatls(*),
ganando medallas olímpicas,
estudiando, explorando,
trabajando honradamente,
sirviendo útilmente,
orando diariamente.
No pienses en tí no más,
ni dejes que la tradición te imponga límites
si no abre brechas desconocidas,
haz "camino al andar".
Y así, tomada del brazo paternal
y abrazada en el regazo maternal,
tomarás el paso, harás el brinco
de la niñez a la madurez.
¡Niña, Quinceañera, Mujer!
(*) se puede poner el nombre de cualquier montaña cercana
(el Ixtaccihuatl es "la mujer dormida", volcán mexicano)