Propuesta litúrgica para un culto del día de la mujer

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Palabras de Bienvenida

Canción: Este canto mío es para el Señor

Alabanza antifonal:

Todos: Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.

I. Sólo Tú, Altísimo, lo mereces,
y ningún hombre es digno de nombrarte.

II. Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,
especialmente en el hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.

I. Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.

II. Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.

I. Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.

II. Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.

I. Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y alimenta,
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.

II. Alabado seas, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación
bienaventurados los que las sufran en paz,

I. porque de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.

II. Ay de aquellos que mueran en pecado mortal.
Bienaventurados a los que encontrará
en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal.
Todos: Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad.
(El Cántico de las Criaturas
de San Francisco de Asís)

Himno de promesa:

Bellas flores guarda el bulbo,
la semilla, un manzanal,
el capullo nos promete
mariposas a volar.
En el frío y crudo invierno
primavera oculta está.
¿Cuándo y dónde? No sabemos:
sólo Dios nos lo dirá.

Hay un canto en el silencio,
melodía por brotar,
nuevo día nos anuncia
la más densa oscuridad.
Del ayer viene el mañana
su misterio ¿cuál será?
¿Cuándo y dónde? No sabemos:
sólo Dios nos lo dirá.

Nuestro fin es el comienzo,
nuestro tiempo infinidad.
En la duda hay fe latente,
en vivir, eternidad,
En la muerte, nueva vida,
victoriosos al final.
¿Cuándo y dónde? No sabemos:
sólo Dios nos lo dirá.
(L. y M.: Natalie Sleeth)

Confesión de culpas:

(Algo que sucede continuamente cuando oramos...)

PERSONA: "Padre Nuestro que estás en los cielos..."

DIOS: Si... Aquí estoy...

PERSONA: Por favor ... no me interrumpa, estoy orando!

DIOS: ¡Pero vos me llamaste!

PERSONA: ¿Llamé? Yo no llamé a nadie. Estoy orando....

Padre
Nuestro que estas en los cielos...

DIOS: Ah!!! Sos vos nuevamente.

PERSONA: ¿Cómo?

DIOS: ¡Me llamaste! Dijiste: Padre nuestro que estás en los cielos. Estoy aquí. ¿En que te puedo ayudar?

PERSONA: Pero no quise decir eso. Estoy orando. Rezo el Padrenuestro todos los días, me siento bien orando así. Es como cumplir con un deber. Y no me siento bien hasta cumplirlo.

DIOS: Pero ¿cómo podés decir "Padre Nuestro"
sin pensar que
todos son tus hermanos, ¿Cómo podés decir "que estás en los cielos", si no sabés que el cielo es paz, que el cielo es amor para todos...

PERSONA: Es que realmente no había pensado en eso.

DIOS: Pero... seguí con tu oración.

PERSONA: "Santificado sea tu nombre..."

DIOS: ¡Esperá! ¿qué querés decir con eso?

PERSONA: Quiero decir... quiero decir, y... lo que significa. ¿Cómo lo voy a saber? Es parte de la oración. ¡Sólo eso!

DIOS: "Santificado" significa: digno de respeto, santo, sagrado.

PERSONA: Nunca había pensado en el sentido de la palabra SANTIFICADO. "Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo..."

DIOS: ¿Estás hablando en serio?

PERSONA: ¡Claro! ¿Por qué no?

DIOS: Y ¿que hacés para que eso suceda?

PERSONA: ¿Cómo qué hago? ¡Nada! Es que es parte de la oración... Hablando de eso... sería bueno que el Señor tuviera un control de todo lo que acontece en el cielo y en la tierra también.

DIOS: ¿Tengo control sobre vos?

PERSONA: Bueno.-, yo voy a la Iglesia!

DIOS: No fue eso lo que te pregunté. ¿Qué tal el modo en
que tratás a la gente, la forma que gastás tu dinero, el mucho tiempo que estás delante del televisor, y el poco tiempo que me dedicás a mí?

PERSONA: Por favor, ¡pará de criticarme!

DIOS: Disculpá. Pensé que estabas pidiendo que se haga mi voluntad.

PERSONA: Es cierto, tenés razón. No acepto tu voluntad, pero reclamo por todo. Si mandás lluvia pido sol si mandás sol me quejo del calor, si mandás frío, continúo reclamando pido salud, pero no cuido de ella, dejo de alimentarme o como demasiado.

DIOS: Excelente que reconozcas todo eso. Vamos a trabajar juntos vos y yo. Vamos a tener victorias y derrotas. Me está gustando mucho tu nueva actitud.

PERSONA: Escuchame, Señor, tengo que terminar ahora, esta oración está demorando mucho más de lo acostumbrado. Continúo..."el pan nuestro de cada día dánoslo hoy"...

DIOS: Pará ahí! Cuando me pidas el pan, acordate de
aquellos que no lo tienen. Acordate también que "no solo de
pan vive
el hombre sino también de Mi Palabra". Pero seguí, estoy interesado en la última parte de tu oración, continúa...

PERSONA: "Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden..."

DIOS: Y... ¿esa persona con que estás peleada?

PERSONA: ¿Ves? Escuchame, Señor, ella me criticó muchas
veces
y no era verdad lo que decía. Ahora no consigo perdonarle. Necesito vengarme.

DIOS: Pero.. ¿y tu oración? ¿qué querés decir con tu
oración? Vos me llamaste y estoy aquí, quiero que salgas de aquí transformada, me gusta que seas honesta. Pero no es bueno cargar con el peso de la bronca dentro tuyo! ¿Entendés?

PERSONA: Entiendo que me sentiría mejor si me vengara.

DIOS: ¡No! Te vas a sentir peor. La venganza no es buena como parece. Pensá en la tristeza que me causarías a mí,
pensá en que vos tampoco estás contenta ahora. Yo puedo cambiar todo para vos. Basta que vos lo quieras.

PERSONA: ¿Podés? ¿Pero cómo?

DIOS: Perdoná a tu hermano, y Yo te voy a perdonar y te voy a aliviar.

PERSONA: Pero Señor.. ¡no puedo perdonarle!

DIOS: Entonces tampoco me pidas perdón a mí.

PERSONA: ¡Tenés razón! Está bien, está bien: voy a intentarlo, pero ayudame Señor! Mostrame el camino a seguir.

DIOS: Buenísimo! Estoy muy feliz contigo. Y vos... ¿Cómo te estás sintiendo?

PERSONA: ¡Bien, muy bien! Es muy bueno hablar así con Dios.

DIOS: Ahora terminemos la oración.. seguí...

PERSONA: "no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal..."

DIOS: ¡Excelente! voy a hacer justamente eso..., pero no te pongas en situaciones donde puedas ser tentada.

PERSONA: ¿Qué querés decir con eso?

DIOS: Dejá de andar en compañía de personas que te llevan a participar de cosas sucias, secretos. Dejá la maldad, el odio. Todo eso te mete en problemas y te lleva por el camino equivocado.

PERSONA: ¡No te entiendo!

DIOS: ¡Claro que me entendés! Hiciste eso conmigo varias veces. Vas por el camino equivocado y después corrés a pedirme socorro.

PERSONA: Siento mucha vergüenza, perdoname Señor.

DIOS: ¡Claro que te perdono! Siempre perdono a quien está dispuesto a perdonar también. Pero cuando me vuelvas a llamar, acordate de nuestra conversación. Bueno, terminá tu oración.

PERSONA: ¿Terminar? Ah, si, "AMEN!"

DIOS: ¿Y qué quiere decir.. "Amén"?

PERSONA: No lo sé. Es el final de la oración.

DIOS: Decís AMEN cuando aceptás todo lo que quiero, cuando estás de acuerdo con mi voluntad, cuando seguís mis mandamientos, porque AMEN quiere decir: "ASÍ SEA, estoy de acuerdo con todo lo que oré".

PERSONA: Señor, gracias por enseñarme esta oración, y gracias también por hacérmela entender.

DIOS: Yo amo a todos los que quieren salir del error. Andá en paz!

PERSONA: Gracias Señor! Estoy muy feliz de saber que sos mi amigo!

Canción : Kyrie eleison (Rodolfo Gaede Neto. Trad. Juan Gattinoni)

CREDO:
Creo en Dios que es enteramente bueno, que nos quiere a todos por igual y que tiene hermosos proyectos para con todos sus hijos. No creo en el dios vigilante que espera para atraparnos, de frente fruncida, que nos castiga para probarnos o que reparte felicidad y desgracia a su antojo.

Creo en el Dios que es misterio, al que se va conociendo poco a poco, cada vez más de cerca, pero al que nunca podremos comprender del todo. Creo en el Dios que es enteramente libre, del que nadie se puede apropiar, ni se deja manejar por nadie.

Creo en el Dios que históricamente se encarnó en Jesús, a través de María, haciéndose así en todo semejante a nosotros, sus hermanos, para que podamos acercarnos a él con toda confianza. No creo en ningún tipo de dios que sea insensible a nuestros sufrimientos o a nuestras alegrías. Creo que Jesús es la imagen viva del amor de Dios para con todos. Creo que Jesús es plenamente Dios y plenamente hombre. No creo en un Jesús al que se le quite algo de humano o algo de divino.

Creo que Jesús no sólo perdona nuestros pecados, sino que además nos posibilita crecer en humanidad fraterna y acercarnos cada vez más al Padre por su muerte y resurrección, nos convirtió en hijos legítimos de Dios, constructores y herederos de su Reino. Él es Señor del Universo y hacia él corre la Historia.

Creo en la fuerza del Resucitado, que es capaz de realizar en nosotros maravillas insospechadas. No creo en ese Jesusito al que se acude sólo para satisfacer pequeños egoísmos.

Creo en el Espíritu Santo como sabiduría, ánimo y consuelo, fuerza creadora y transformadora del amor del Padre y del Hijo. Creo en las Iglesias donde se vive y se celebra el perdón y la fraternidad de Jesús. Creo en los sacramentos como signos visibles de la presencia consoladora y transformadora de Jesús. Creo que la muerte no es sino el paso a la plenitud de la vida, en la que, como regalo de Dios, desarrollaremos todas nuestras potencialidades.

Creo en el triunfo definitivo de Dios en cada uno de nosotros, en la sociedad, en la historia y en todo el universo. Espero un cielo nuevo y una tierra nueva, un mundo en el que reinará la justicia. Viviremos como una sola familia, los minerales, los vegetales, los animales y los seres humanos, todos en íntima unión con la familia divina.
Todos: Amén.
(Tomado de la Red de Liturgia del CLAI)

Canción: ¡Hossana!

Proclamación:

Canción: Jesús, yo he prometido (John E. Bode / Arthur H. Mann) Trad. J.B. Cabrera

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Canción: Gozo da servir a Cristo

Oración de intercesión:
Oremos por la paz del Señor, por la paz que viene de arriba, por la salvación de nuestras almas y por la paz en todo el mundo. Aclamemos al Señor:
Todos: Óyenos Señor, oye la oración, inclínate o Dios, y
danos tu paz

Por la protección de su iglesia y la unidad de los cristianos por esta su casa y por todas y todos los que en ella se reúnen, por el testimonio de su evangelio, por toda la comunidad y todos los que en ella le sirven. Aclamemos al Señor:
Todos: Óyenos Señor, oye la oración, inclínate o Dios, y
danos tu paz.

Por todos los que ejercen autoridad, que Dios los guíe por su Espíritu Santo, por este barrio y esta ciudad, por nuestro país , por pan y trabajo para todas las familias. Que se implemente la solidaridad y la justicia, por un clima favorable y la fertilidad de la tierra. Aclamemos al Señor:
Todos: Óyenos Señor, oye la oración, inclínate o Dios, y
danos tu paz.

Por los que sufren, por los enfermos y moribundos, por los desesperados y resignados, por las mujeres y niños, por las víctimas de violencia dentro de sus hogares y en las calles, por los focos bélicos en nuestro planeta, por los desempleados y por los que están sobrecargados de tareas, por los prisioneros y los perseguidos, y por que Dios nos proteja de peligro y miseria, y que cuando llegue nuestra hora, nos lleve en paz a su paz. Aclamemos al Señor:
Todos: Óyenos Señor, oye la oración, inclínate o Dios, y
danos tu paz

A ti te corresponde la gloria y el honor, nuestra alabanza y gratitud, a ti, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén

Bendición

Serás bendecido cuando busques,
Serás bendecida cuando encuentres.
Serás bendecido con alegría en medio de la tristeza
Serás bendecida con una luz en medio de la oscuridad.
Serás bendecido porque el Padre salió a buscarte
Serás bendecida porque te encontrará y habrá fiesta en el cielo. Te bendiga y proteja el Todopoderoso y eterno Dios. Amén

Himno: Por Cristo es nuestro esfuerzo (R.F. Gordon / Robert Lowry)

© Red de Liturgia y Educación Cristiana CLAI-CELADEC

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