Pasa de mi esta Copa
0
0
PASA DE MI ESTA COPA
Lucas 22:39-46
Por Nicolas Díaz Allauca
“Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos y sus discípulos también le siguieron.
Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.
Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra y puesto de rodillas oró,
diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
Y estando en agonía, oraba más intensamente y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza
y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.
Lucas 22:39-46
La expresión que utilizó Jesús “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa”, puede referirse a uno de los métodos utilizados por los romanos para llevar a cabo ejecuciones a soldados sentenciados a muerte por diversos crímenes. Este método consistía en alinear a los culpables que serían ejecutados, entregándole al primero de ellos una copa llena de cicuta, un poderoso veneno, que producía un intenso dolor en la proporción en que se ingería.
Si el primer hombre tenía el valor, el corazón y la compasión suficientes, tomaría todo el contenido del recipiente sufriendo así todo el dolor y la agonía. Si esto último sucedía, todos los demás condenados podrían ser librados de la ejecución. Si el primer convicto no lo hacía, el segundo tendría la misma opción que el primero es decir, beber todo el contenido asegurando su propia muerte , librando así al resto de los reos de una muerte segura. Es bastante probable que fuese este tipo de “copa” a la que Jesús se refirió en el Monte de los Olivos.
La palabra copa en la Escritura es usada frecuentemente en sentido figurado. El contenido de ella se acentúa si sabemos que es Dios quien nos sirve la bebida. Por tal motivo, la copa puede significar bendición o prosperidad para una persona justa (Salmo 16:5 Salmo 23:5), pero puede significar juicio e ira divinas para una persona pecadora (Salmo 11:6 Isaías 51:17).
En su transitoria condición de hombre, Jesús miró hacia la copa que el Padre le había dado para que bebiese y tuvo miedo de hacerlo. El habría querido no beberla, únicamente si así lo disponía el Padre Celestial. En contraste, el pecado no solicita permiso para sus expresiones conocidas: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatrías, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, etc. Jesús sin embargo no conocía pecado. ¿Por qué entonces Jesús tuvo temor de beber su contenido?
Jesús miró al interior de esta copa que representaba el mundo caído. Un cocktail lleno de maldad, enfermedad, tristeza, egoísmo, odio, pobreza, opresión, orgullo, dolor y muerte. Toda la agonía de la raza humana de todas las edades se encontraba en esa copa.
Pero esa copa también contenía otros ingredientes: el dolor y la ira del Padre, hacia toda la humanidad que había arruinado y hecho pedazos su perfecta creación. Toda esta mezcla amarga era la bebida que Jesús debía de beber. Por tanto, no es de extrañarse del por qué Jesús sintió temor de ingerirla. Jesús se preguntó: ¿Acaso no habrá otra forma para que la humanidad se libre del contenido de esta copa? Y la respuesta de Dios fue un No. Era la voluntad del Padre que Su Hijo Jesús bebiese el contenido de ella y Jesús lo hizo, por causa de cada uno de nosotros. Jesús “bebió” tus fracasos y tu condena de muerte a fin de que pudieses vivir por medio de su muerte.
Muestra gratitud hacia Jesús por lo que estuvo dispuesto a hacer en tu favor. Hoy es día de salvación para ti, Dios por medio de Jesús te abre un camino para una vida plena y con destino seguro: la eternidad junto a Jesús. ¿Qué es lo que debes hacer?
1. Admite que estás perdido y que por tus propios medios no puedes salvarte. Lucas 23:39-41
2. Arrepiéntete de tus pecados. (Reconocer la maldad y confesarla por su nombre) Hechos 3:19
3. Pídele con sinceridad perdón a Dios por haber actuado egoístamente. 1 Juan 1:9
4. Decide abandonar para siempre los vínculos con el pecado. Lucas 19:8
5. Confiesa (declara con tu boca) que Jesús murió en una cruz por tus pecados y resucitó al tercer día. Romanos 10:9,10
6. Pídele a Jesús que entre en tu corazón y que sea el SEÑOR de tu vida. Hechos 16:30,31
7. Busca una iglesia donde se adore a JESUS como Señor y Dios. Busca el compañerismo de cristianos genuinos. Hechos 11:26