Oración de Confesión

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Queridas hermanas y hermanos!

· Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, y Padre nuestro,
quiere que nadie se pierda, sino que todos se salven.
· El quiere que escuchemos su mensaje y nos volvamos a Él y por
medio de su perdón quiere darnos la posibilidad de volver a
empezar.
· El Apóstol nos dice: "Si decimos que no tenemos pecado,
nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros; pero
si
confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es
justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda
maldad." (1. Juan 1,8-9)
· Los invito a que pongamos las manos sobre nuestro corazón y
que humildemente nos inclinemos ante el justo y misericordioso Padre.
· Les pido que en esa actitud cada uno reconozca ante Él,
aquello que nos ha alejado de Él y de nuestro prójimo.
· Confesemos, todos y cada uno, que muchas veces hicimos con
pensamientos, palabras y obras lo que no debíamos, que dejamos de
hacer lo que está bien ante ojos de Dios (lo que es agradable a
Dios ) y que aceptamos y permitimos lo que según su voluntad no
debíamos tolerar.
· Te confesamos que muchas veces hemos usado en vano tu nombre;
que nos hemos considerado los únicos verdaderos intérpretes de
Palabra; que en consecuencia muchas veces hemos actuado con soberbia;
hemos discriminado, rechazado y excluido a los distintos, los
diferentes;
· No siempre hemos estado dispuestos de dialogar, de escuchar,
de comprender, para buscar de resolver nuestros problemas en forma
solidaria
· Cuántas veces hemos dejado de actuar con la transparencia de
la verdad y de la justicia, haciendo difícil o imposible la
convivencia en paz
· Así cada uno tiene lo suyo propio, o lo de su comunidad para
confesarte;

· Un minuto de silencio

· Gracias, Señor, por escuchar nuestros errores y culpas. Nos
arrepentimos sinceramente de haberlos cometido y te pedimos
perdón;
· Gracias, Señor, porque eres lento para enojarte (la ira) y
porque tu misericordia no tiene límites. "Porque tú, Señor,
eres
bueno y perdonas; eres todo amor con los que te invocan."
(Salmo 86,5).
· Gracias, Señor, porque nos permites volver a empezar y vivir
a la manera de Jesucristo, cuya medida de amor fue la de entregar su
propia vida por la de cada uno de nosotros.
Que así sea. Amen.

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