Nos queda todavía la paloma
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Nos queda todavía la paloma.
Las aguas de la insania volverán
al cauce de la vida, y el aroma
de nuestra piel será de tierra y pan.
Nos quedan la paloma y la protesta
frente a las seducciones de Wall Street;
la alianza del jardín y la floresta;
los salmos y la honda de David;
la risa de los niños, desarmada;
el viejo catecismo de la azada;
la cara de la Paz ¡y su reverso!;
la mano que te doy, la que me tiendes;
la voz de Raboní, mi pobre verso,
y tu corazón herido.
Las aguas de la insania volverán
al cauce de la vida, y el aroma
de nuestra piel será de tierra y pan.
Nos quedan la paloma y la protesta
frente a las seducciones de Wall Street;
la alianza del jardín y la floresta;
los salmos y la honda de David;
la risa de los niños, desarmada;
el viejo catecismo de la azada;
la cara de la Paz ¡y su reverso!;
la mano que te doy, la que me tiendes;
la voz de Raboní, mi pobre verso,
y tu corazón herido.