Necesitas el proceso

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Gálatas 1:15-20

Introducción

1. La vida consiste de procesos. Sólo considere una cosecha, es necesario obtener la semilla, preparar el terreno, sembrar la semilla, cuidar de ella, con agua, sol y nutrientes, velando que no crezca alrededor mala yerba ni se le acerquen insectos o plagas que puedan dañar la planta. Se espera el tiempo necesario para que dé fruto, luego es necesario preparar todo para el recogido del fruto. Eso es proceso.
2. No tendríamos tiempo suficiente para considerar otros ejemplos, cómo un pedazo de madera se convierte en un hermoso mueble, cómo un pedazo de lienzo se convierte en una pintura, cómo un pedazo de tela se convierte en un traje. ¿Me está entendiendo? Todo es un proceso.
3. ¿Quién nos ha dicho entonces que en la vida cristiana es diferente? ¿De dónde hemos sacado esa idea? Por cierto que no es de la Biblia.
4. Hoy consideraremos algunos hombres de Dios que recibieron la bendición y la unción para hacer grandes cosas para Dios y a quiénes admiramos pero los cuáles no lo hubieran logrado sin proceso.

Cuerpo del mensaje

1. Definamos proceso. Según el diccionario, es el conjunto de las fases sucesivas de un fenómeno para convertirlo en otra cosa. Ya necesitamos establecer que la misma naturaleza de un proceso señala a que el producto final será muy diferente de cómo fue inicialmente. Lo que se espera después del proceso no puede ser igual a lo que fue.
2. Además de eso, la definición implica que hay fases, etapas, o sea, no es automáticamente, no es instantáneamente, no es estilo microondas, ¡Aleluya! El proceso implica que habrá partes que tendrán que ser removidas, moldeadas, lijadas y descartadas.
3. A veces creemos que podemos recibir a través de una impartición de manos de un ungido lo que le ha costado a él o a ella años de proceso. No lo vas a recibir así, tendrás que estar dispuesto a entrar en tu proceso personal para que llegues a tener tu propia unción, la unción que tiene precio de proceso. ¿Anhelas la unción del ungido, la gracia, la sabiduría y el ministerio? NECESITAS EL PROCESO.

4. Consideremos algunos ejemplos de la Biblia. Jacob quería la bendición fácil, robándosela a su hermano. No necesitaba hacerlo porque para él estaba reservada pero creyó que necesitaba robarla en vez de que se la dieran. Le roba la primogenitura a su hermano Esaú y luego frente al lecho de su padre le roba la bendición final patriarcal. Adquirió las dos cosas muy facil, sin proceso y tuvo que pasar veinte largos años fuera de su tierra, alejado de su familia, siendo él mismo engañado. Precisamente ese sería su proceso de formación. Al final tuvo que pelear toda una noche por lo que creía que ya tenía o que había adquirido. No robes la bendición de otro, la tuya está reservada, sólo necesitas el proceso.
5. José soñó sus sueños de palacio y erróneamente creyó que del sueño al palacio había un paso, no comprendió que era un proceso. El proceso de moldeamiento tomaría cerca de diecisiete largos años. Al final tuvo que reconocer que quién lo llevó a través del proceso no fueron los hombres sino Dios.
6. Moisés creyó que su llamado a libertador sería aceptado y bienvenido por sus compatriotas cuando mató al egipcio, tampoco entendió que conllevaba un proceso. Tenía que echar por el suelo todo lo que había aprendido en Egipto para entrar a la escuela de Dios en el desierto. Las tácticas de Egipto no funcionan para llegar a ser lo que Dios quiere que seas.
7. ¡Sin proceso no hay bendición, sin proceso no hay unción, sin proceso no hay ministerio, sin proceso no hay cumplimiento!
8. ¿Se acuerdan del shofar? Primero lo arrancan de la carne, después le introducen un cuchillo afilado y largo que limpie las impurezas, mucosidad y células muertas, luego lo ponen bajo presión, mientras está bajo presión, lo introducen al fuego para darle forma y torcerlo y finalmente lo lijan. ¡ESO ES PROCESO! Sólo después de eso es útil y sirve su propósito, no antes.
9. Jesús, nuestro mayor y más excelente ejemplo también pasó su proceso. Comenzó su ministerio a los treinta años, ¿porqué no antes? Cuando ya aparece en escena y es bautizado, inmediatamente es transportado al desierto. Ya al final cuando llegaba la hora decisiva fue procesado en el huerto de Getsemaní, “la prensa de aceite”, para luego concluir el proceso en la cruz.
10. Pablo se convirtió en el camino a Damasco y desde ese mismo instante comenzó un arduo proceso de formación que en varias ocasiones describiría a aquellos que dudaban de su llamado apostólico. Sacaba sus credenciales no de seminarios teológicos, sus credenciales eran sus espaldas laceradas, sus cárceles, sus cicatrices. (2 Corintios 11:23-31) ¿Dónde están tus credenciales? ¿Dónde están las marcas del proceso? ¿Dónde están las críticas, las infamias, las mentiras? ¿Dónde están la paciencia, el perdón, la tolerancia, el amor que has tenido que desarrollar?
11. Algunos legítimamente tienen llamado pero no están activados, ordenados y enviados porque no se han sometido al proceso. Si lo que más te interesa es que te reconozcan por el título o la posición o el ministerio, no quieres proceso quieres gloria y grandeza. Los que anhelan sólo títulos y ministerios sin proceso de formación de carácter no aceptan corrección, no quieren ser discipulados, no quieren ser disciplinados, se rebelan.
12. Los que persisten en señalar que tienen llamados de Dios sin que nadie los haya parido, sin cobertura, sin enseñanza, sin reconocimiento público del llamado, sin impartición y sin proceso, van rumbo al fracaso y de tener algún éxito será opacado por las fallas de carácter que se manifestarán a cada paso que dé.
13. La relación de padres, madres e hijos espirituales es la que produce ministerios saludables y duraderos. Si eres hijo en la casa, necesitas el proceso de formación, no le ponemos en las manos a un niño de siete años el carro o guagua de la casa, ¿verdad? Si eres hijo en la casa no te puede molestar la corrección y la disciplina, si quieres llegar a ser lo que deseas ser, entiendes que es necesaria esa disciplina para evitarte errores mayores en el futuro. NECESITAS EL PROCESO.
14. Todo llamado, todo ministerio, todo servicio tiene que estar salvaguardado por la iglesia, por la comunidad de creyentes de la cual formas parte. Nadie fuera de esa comunidad puede estar reconociendo llamados o ministerios que no hayan sido confirmados primero en la casa. Primero son confirmados en la casa y luego puede haber confirmación en otro lugar. No es en la casa de la vecina que va a tal o cual iglesia donde te confirman el llamado, es a tu padre o madre espiritual claramente por el Espíritu Santo.
15. Si alguien en algún lugar te ha dicho que eres algo en el cuerpo de Cristo, no puedes comenzar a operar independientemente tú por allá, eso es desobediencia y desorden. Si alguien sale de aquí a ministrar a otro lugar es con el aval y envío de quién te cubre, te nutre, te guía y te discipula, no por tu propia cuenta. Es alguien procesado en sometimiento, sumisión, obediencia, es alguien con marcas.
16. El apóstol Pablo haciendo un recuento de su llamado en Gálatas, en los versículos que leímos hizo algunos señalamientos muy interesantes: fue escogido desde el vientre de su madre pero anduvo equivocado por muchos años, recibió una revelación personal de Jesús que lo quebrantó, esperó por instrucciones, se fue a un retiro voluntario a Arabia, aunque se le había anunciado que sería un gran predicador también se le advirtió lo mucho que tendría que sufrir por eso (Hechos 9:15-16), regresó al lugar donde todo había comenzado, Damasco y después de tres años subió a Jerusalén a estar con Pedro y recibir de él más revelación y enseñanza. ¡ESO ES PROCESO!
17. Saúl no tuvo proceso alguno, inmediatamente fue colocado en el reino y de igual forma todas las grietas de carácter en su vida se hicieron manifiestas, de tal forma que le fue arrebatado el reino y fue desechado por Dios, David por su lado recibió el llamado, fue ungido y comenzó un doloroso proceso de formación por cerca de catorce años antes de que llegara al reino y aunque cometió faltas y pecados en el camino, el quebrantamiento que había sufrido había triturado en su vida toda soberbia y falta de humildad y había aprendido a humillarse, ser quebrantado y entrar en el proceso de nuevo.

Conclusión

1. ¿Quieres ver el cumplimiento del llamado de Dios en tu vida? ¿Pareciera que estás estancado en algún lugar del camino? Dile al Señor en esta noche: NECESITO EL PROCESO.
2. ¿Qué puede estar retrasando la activación del llamado de Dios en mi vida? ¿Será que me he rehusado al proceso?
3. No temas al proceso, es inevitable, es necesario, es imprescindible.


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