Navidad, otra oportunidad para mejorar!
0
0
El ángel les dijo:No temáis porque he aquí os doy nuevas de gran gozo,
que os ha nacido hoy, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
San Lucas 2:10-11
Hace unos días, al colocar el árbol de Navidad y el Nacimiento, conversaba con mi hija Anaïs Gabriela, recordaba que cuando se acercaba la Navidad, la Abuela iniciaba todo un ritual para sacar de la bodega, las figurillas del Nacimiento.
Las limpiaba con cuidado, respeto y esmero en una ocasión el niño Jesús cayó de sus manos y se rompió una pierna.
Me miró y pidió le pasara el teléfono llamó a una vecina y le preguntó si era posible que recibiera en su casa un matrimonio con un niñito con una pierna rota les decía que solamente sería por una noche ya que necesitaban estar en familia por el estado del pequeño y ser noche de Navidad.
Imaginé recibió una negativa, porque marcó otro número, y otro, y otro siempre con la excusa o la rotunda negativa de no estar en condiciones de recibir tribulaciones en vísperas de la Navidad.
Posteriormente se inclinó tomó al niño con sumo cuidado y con un poco de pegamento, el niño quedó como si nada hubiese pasado.
No entendí el motivo por el cual había llamado a varias personas y se lo pregunté. Me contestó que se le había ocurrido pensar en que, algunas ocasiones, las comodidades, lujo y frivolidad de la celebración, nos hacía olvidar realmente el verdadero motivo al conmemorar dicho evento.
La Navidad es motivo de reflexión, de amor y caridad hacia el prójimo.
¡Dios envió a su Hijo Jesús a nacer en un humilde pesebre, por amor a la humanidad!
y al recordar cada año su Nacimiento debemos inundar nuestros corazones de alegría, de esperanza y de amor . Que maravilloso sacar rencor, envidia y coraje de nuestro interior
compartir con los menos favorecidos todas las bendiciones que Dios en su infinita bondad nos brinda, y no solamente las cosas materiales.
Cuántas personas solitarias existen a nuestro alrededor que serían felices si tuviesen la oportunidad de pasar la Navidad en familia, celebrando alegremente el “cumpleaños del Niño Jesús”, la cena, conversación, música y el calor del hogar.
Una vez mas tenemos la oportunidad de mejorar nuestras actitudes frente a la vida.
que os ha nacido hoy, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
San Lucas 2:10-11
Hace unos días, al colocar el árbol de Navidad y el Nacimiento, conversaba con mi hija Anaïs Gabriela, recordaba que cuando se acercaba la Navidad, la Abuela iniciaba todo un ritual para sacar de la bodega, las figurillas del Nacimiento.
Las limpiaba con cuidado, respeto y esmero en una ocasión el niño Jesús cayó de sus manos y se rompió una pierna.
Me miró y pidió le pasara el teléfono llamó a una vecina y le preguntó si era posible que recibiera en su casa un matrimonio con un niñito con una pierna rota les decía que solamente sería por una noche ya que necesitaban estar en familia por el estado del pequeño y ser noche de Navidad.
Imaginé recibió una negativa, porque marcó otro número, y otro, y otro siempre con la excusa o la rotunda negativa de no estar en condiciones de recibir tribulaciones en vísperas de la Navidad.
Posteriormente se inclinó tomó al niño con sumo cuidado y con un poco de pegamento, el niño quedó como si nada hubiese pasado.
No entendí el motivo por el cual había llamado a varias personas y se lo pregunté. Me contestó que se le había ocurrido pensar en que, algunas ocasiones, las comodidades, lujo y frivolidad de la celebración, nos hacía olvidar realmente el verdadero motivo al conmemorar dicho evento.
La Navidad es motivo de reflexión, de amor y caridad hacia el prójimo.
¡Dios envió a su Hijo Jesús a nacer en un humilde pesebre, por amor a la humanidad!
y al recordar cada año su Nacimiento debemos inundar nuestros corazones de alegría, de esperanza y de amor . Que maravilloso sacar rencor, envidia y coraje de nuestro interior
compartir con los menos favorecidos todas las bendiciones que Dios en su infinita bondad nos brinda, y no solamente las cosas materiales.
Cuántas personas solitarias existen a nuestro alrededor que serían felices si tuviesen la oportunidad de pasar la Navidad en familia, celebrando alegremente el “cumpleaños del Niño Jesús”, la cena, conversación, música y el calor del hogar.
Una vez mas tenemos la oportunidad de mejorar nuestras actitudes frente a la vida.