Muerte se escribe con una "R". Resurrección con tres (Iera. Corintios 11:23-26)

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Durante dos años me reuní con teólogos católicos, judíos y protestantes para reflexionar sobre las diferentes maneras de encarar la tarea pastoral. Nos encontrábamos una vez al mes en el SEMINARIO RABINICO LATINOAMERICANO, en Belgrano, y pasábamos seis horas juntos. Esto surgió por iniciativa del Rabino Marshall Meyer a quien se le había muerto un hermano. El nos pidió que trabajáramos un año sobre el tema: ¿Cómo consolar a los que han perdido a seres queridos? Es decir, la pastoral de la muerte. Comenzábamos a las nueve de la mañana y terminábamos a las cuatro de la tarde. Un momento culminante era el almuerzo. Como anfitrión, el Rabino Meyer siempre bendecía los alimentos, y lo hacía según una tradición milenaria. Daba gracias a Dios y después agarraba un pedazo de pan y lo partía en dos.

El texto que hemos leido en esta mañana nos muestra que el acto que hacía el rabino Meyer, antes de almorzar, era exactamente lo mismo que realizó nuestro Señor: La eucaristía o acción de gracias e inmediatamente después el partimiento del pan. Pero el significado era completamente diferente.

El texto al cual nos vamos a referir hoy es muy conocido. Tanto que lo leemos todos los días en que tomamos la Cena del Señor. Pero el hecho de que suene familiar a nuestros oídos no quiere decir que conozcamos su profundidad.

Con esta afirmación no pretendo enfatizar la ignorancia de la congregación sobre un texto tan conocido, admito que para mi también era desconocida su profundidad hasta que comencé a analizarlo la semana pasada.

LA IMPORTANCIA DE LOS TRES TERMINOS DE I COR. 11:24

Aquí aparecen las tres R: REPRESENTACION, REPETICION Y RECUERDO.

LA REPRESENTACION: "ESTO ES MI CUERPO QUE POR VOSOTROS ES PARTIDO", dice Jesús. Aquí hay una doble representación: 1.- El pan partido representa al cuerpo del Señor que va ser entregado a la muerte y 2.- Ese mismo pan partido también representa a sus seguidores, porque es POR VOSOTROS que el cuerpo es entregado. Lo que para el Señor representa LA MUERTE representa LA VIDA para sus seguidores.

En el acto de partir el pan están representadas las dos grandes fuerzas que tironean al ser humano a lo largo de su existencia: EL AMOR Y LA MUERTE. Estas dos grandes fuerzas son enlazadas magistralmente por San Juan en su evangelio cuando dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". (Juan 3:16). En la muerte de Jesús de Nazaret se expresa el amor de Dios, que hace posible vencer la muerte, por la fe en Jesucristo.

LA REPETICION: "HACED ESTO". La razón de ser del acto que hoy vamos a celebrar es la obediencia al mandato de nuestro Señor. Por eso lo vamos a repetir en forma cúltica. No se trata de un rito, sino del cumplimiento del mandato de nuestro Señor. Aunque sabemos que la exacta repetición de un hecho acaecido tiempo atrás es imposible, lo hacemos como un acto de fe y consagración a nuestro Dios. Se puede reiterar, es decir, se puede volver a hacer el camino. (Iter significa camino en latín), se puede repetir con diferencia, pero la repetición pura es imposible. El Señor nos dice HACED ESTO y lo hacemos para cumplir su voluntad y para alimento de nuestras almas.

EL RECUERDO: "EN MEMORIA DE MI". Platón distinguía entre memoria (mnéme) y recuerdo (anámnesis), en el texto que nos sirve de base para nuestra reflexión teológica San Pablo escribe anámnesis. La memoria se refiere mas bien al acto de recordar, el recuerdo tiene un contenido especial.

El recuerdo no existe por si mismo en la conciencia, por cuanto está archivado en lo inconsciente. Por lo tanto, el recuerdo es una manifestación del pasado que se reconstruye reavivándolo mediante una experiencia actual. Es lo que hacemos con la repetición de la Cena del Señor, se viene a nuestra mente en forma muy especial la muerte de nuestro Señor Jesucristo en la cruz del Calvario para salvarnos de nuestros pecados. LA EXPERIENCIA ACTUAL DE TOMAR LA COMUNION REAVIVA EL RECUERDO DE SU SIGNIFICACION ORIGINARIA, HACE PRESENTE EL PASADO Y NOS ABRE LAS PUERTAS A UN FUTURO GLORIOSO.

El Diccionario Teológico de Herder (Católico) nos dice sobre el recuerdo lo siguiente: "Pertenece a la esencia del hombre tomar como objeto de reflexión, y hacer volver a la realidad en provecho propio, sucesos históricos necesariamente irrepetibles que sean de importancia para él y que de alguna manera constituyan su fundamento". (Pág. 19).

LA REPRESENTACION, LA REPETICION Y EL RECUERDO PARA JESUCRISTO

EL RECUERDO . Para nuestro Señor la liberación del Pueblo de Israel de la esclavitud egipcia, estaba muy fresca en su mente. Recordaba al cordero o víctima del sacrificio cuya sangre untada en los postes y en el dintel de la puerta de los hogares israelitas evitó que en ángel de la muerte matara a los primogénitos de las familias del Pueblo de Dios.
Para el Antiguo Pueblo, la Pascua era el acto redentor más grande realizado por Dios.

LA REPRESENTACION: Jesús, en su muerte en la cruz, representa a toda la humanidad. Según la reflexión teológica paulina, así como por un hombre creado según la intención original de Dios, Adán, ingresó el pecado al mundo; por el hombre nuevo, Jesucristo, llega la salvación a toda la humanidad.

LA REPETICION: Jesús dijo varias veces a sus discípulos que el debía interpretar el papel del siervo sufriente profetizado en el capítulo 53 del libro del profeta Isaías.

Juan el Bautista, como precursor del Mesías, viendo a Jesús dijo: "He aquí el Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo" (San Juan 1:29 y 1:36).

Para el Señor, la repetición de la Pascua, en el nacimiento de la Iglesia Cristiana, es ocupar el lugar del cordero por cuya sangre, no sólo el pueblo de Israel, sino toda la humanidad que le acepte como Señor y Salvador puede recibir perdón para sus pecados y vida eterna.

Jesús, al tomar la copa, y antes de volver sobre los tres términos sobre los cuales hemos estado reflexionando, añade algo más: ESTA COPA ES EL NUEVO PACTO EN MI SANGRE.

Jesucristo es también, en tanto Dios, REPRESENTANTE del antiguo pacto, en RECUERDO del cual hace la repetición con diferencia, es decir, un NUEVO PACTO EN SU SANGRE. También hace una REPETICION.


¿QUE SIGNIFICA PARA NOSOTROS EL PACTO EN LA SANGRE DE CRISTO?

Un pacto es un acuerdo mutuo entre dos o mas participantes que los vincula y obliga a una reciprocidad de beneficios y obligaciones. Este es un NUEVO PACTO EN LA SANGRE DE CRISTO. ¿cómo nos vincula con Cristo este pacto? ¿A qué nos obliga? ¿Qué beneficios recibimos por el cumplimiento del nuevo pacto en la sangre de Cristo? ¿Qué consecuencias puede tener para nosotros si traicionamos el pacto? ESTAS SON PREGUNTAS IMPORTANTES MIENTRAS NOS PREPARAMOS PARA TOMAR LA COMUNION.

Un resultado concreto del cumplimiento del pacto es la EVANGELIZACION, porque "todas las veces que comieres este pan, y bebieres esta copa, LA MUERTE DEL SEÑOR ANUNCIAIS HASTA QUE EL VENGA" . ¿Hemos pensado alguna vez que tomar la comunión es una manera de anunciar la vida?

Anunciar la muerte del Señor hasta que él venga en anunciar que viene, luego está vivo. Los cristianos apostamos nuestra vida a la vida en Cristo. Apostamos la vida al PACTO EN SU SANGRE que nos vincula y obliga. No sólo estamos aquí para recibir los beneficios del Evangelio, EL PACTO CON CRISTO TIENE SUS OBLIGACIONES. ¿Las cumplimos?

Jesucristo es la cabeza de la Iglesia y al confirmarnos como miembros de la Iglesia hacemos un pacto con Dios y nos obligamos a sostener a la iglesia en cuatro maneras: 1.- Con nuestra asistencia a los cultos, 2.- Con nuestras ofrendas, 3.- Con nuestras oraciones y 4.- Con nuestro servicio. ¿LO ESTAMOS CUMPLIENDO?

CONCLUSIONES

¿Cómo nos llegan los tres términos introducidos por nuestro Señor en el momento de la institución de la Santa Cena? ¿REPRESENTAMOS AL SEÑOR DE ALGUNA MANERA EN CUMPLIMIENTO DEL PACTO HECHO EN SU SANGRE?

Cuando REPETIMOS, en el acto eucarístico, la entrega del cuerpo y la sangre de Jesús para perdón de nuestros pecados, ¿Nos damos cuenta de lo que estamos haciendo?

Cuando nos llega el RECUERDO de todo lo que el Señor sufrió por nosotros, ¿recordamos también que hemos hecho un pacto con El donde el puso su sangre y nosotros sólo nuestros pecados?

La Cena del Señor no es para santos, porque si así fuere ninguno de nosotros podríamos comulgar. Pero al acercarnos hoy a la mesa del Señor tratemos de tomar alguna decisión en cuanto al nivel de fidelidad que le debemos a El y a Su Iglesia. ¿Realmente sostenemos a Su Iglesia con nuestra asistencia a los cultos, nuestras ofrendas, nuestras oraciones y nuestro servicio como prometimos al confirmarnos como miembros de la Iglesia de Cristo? HAGAMOS DEL MOMENTO DE LA COMUNION LA MEJOR OPORTUNIDAD PARA TOMAR DECISIONES. AMEN.



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