Momento de confesión (por generaciones)
0
0
Momento de Confesión (por generaciones)
Hoy, Señor, cuando recordamos los años que han pasado,
nosotros, los mayores de esta comunidad, queremos confesarnos
y pedir perdón por las veces en que no hemos sabido responder
a tu fidelidad con nuestra fidelidad,
a tu compasión con nuestra compasión,
a tu solidaridad con nuestra solidaridad,
a tu entrega con nuestra entrega.
Perdón por las veces en que hemos hablado de más
y por las ocasiones en que hemos guardado silencio
cuando tu esperabas que habláramos.
Ayúdanos en este tiempo
a compartir la experiencia que por tu gracia
hemos podido cosechar,
sembrando con amor en las vidas
de las generaciones nuevas.
SILENCIO
También nosotros, Dios, los adultos de esta iglesia
queremos abrirte el corazón y pedirte perdón.
Somos la generación que tiene que estar más activa
y muchas veces estamos ausentes.
Somos quienes deberíamos estar anunciando
tu Palabra con entusiasmo y esperanza,
y tantas veces estamos desanimados o sobrecargados
que dejamos que nuestro testimonio sea apenas
una tibia manifestación de tu amor hacia el mundo.
Muchas veces hemos herido o lastimado,
con acciones y con palabras
y no hemos sabido buscar la reconciliación.
A veces nos ha vencido el rencor
y otras veces la desconfianza, el prejuicio.
Ayúdanos, Padre y Madre de toda bondad,
a construir una comunidad sanadora,
con espacio para todos y todas,
donde sea posible vivir la experiencia de la fe
con libertad, en un espíritu de unidad.
SILENCIO
Nosotros somos jóvenes, Señor,
y también somos parte de esta familia grande que es la iglesia.
Nuestra historia no es tan larga,
pero también nos equivocamos y necesitamos pedirte perdón.
Perdón porque muchas veces no decimos las cosas que sentimos,
por temor o por vergüenza,
o porque no sabemos muy bien cómo hablar de Jesús
a otros chicos y chicas.
Te confesamos nuestras dudas, nuestras luchas,
nuestras emociones encontradas, nuestras desilusiones.
Ayúdanos a poner nuestra energía y nuestro espíritu rebelde
al servicio de una comunidad viva y abierta,
que pueda compartir la buena noticia de Jesús
de una manera siempre nueva y creativa.
SILENCIO
Nosotros, Dios, somos chiquitos.
Nos dicen que corremos y hacemos ruido en la iglesia,
que rompemos las cosas o que no hacemos caso.
Pero nosotros solamente sentimos que estamos creciendo…
Igual, seguro que algunas cosas hacemos mal, ¿no?
Así que, vos que sos grande y bueno, ¿no nos perdonás?
Ayudanos a crecer en esta iglesia
para que podamos sentirla nuestra casa,
un lugar lindo y alegre,
donde nos tratan bien y nos ayudan a crecer
como personas de buen corazón.
SILENCIO
Tomado de un culto de aniversario de la Iglesia Reformada en Mar del Plaa (Argentina)
Hoy, Señor, cuando recordamos los años que han pasado,
nosotros, los mayores de esta comunidad, queremos confesarnos
y pedir perdón por las veces en que no hemos sabido responder
a tu fidelidad con nuestra fidelidad,
a tu compasión con nuestra compasión,
a tu solidaridad con nuestra solidaridad,
a tu entrega con nuestra entrega.
Perdón por las veces en que hemos hablado de más
y por las ocasiones en que hemos guardado silencio
cuando tu esperabas que habláramos.
Ayúdanos en este tiempo
a compartir la experiencia que por tu gracia
hemos podido cosechar,
sembrando con amor en las vidas
de las generaciones nuevas.
SILENCIO
También nosotros, Dios, los adultos de esta iglesia
queremos abrirte el corazón y pedirte perdón.
Somos la generación que tiene que estar más activa
y muchas veces estamos ausentes.
Somos quienes deberíamos estar anunciando
tu Palabra con entusiasmo y esperanza,
y tantas veces estamos desanimados o sobrecargados
que dejamos que nuestro testimonio sea apenas
una tibia manifestación de tu amor hacia el mundo.
Muchas veces hemos herido o lastimado,
con acciones y con palabras
y no hemos sabido buscar la reconciliación.
A veces nos ha vencido el rencor
y otras veces la desconfianza, el prejuicio.
Ayúdanos, Padre y Madre de toda bondad,
a construir una comunidad sanadora,
con espacio para todos y todas,
donde sea posible vivir la experiencia de la fe
con libertad, en un espíritu de unidad.
SILENCIO
Nosotros somos jóvenes, Señor,
y también somos parte de esta familia grande que es la iglesia.
Nuestra historia no es tan larga,
pero también nos equivocamos y necesitamos pedirte perdón.
Perdón porque muchas veces no decimos las cosas que sentimos,
por temor o por vergüenza,
o porque no sabemos muy bien cómo hablar de Jesús
a otros chicos y chicas.
Te confesamos nuestras dudas, nuestras luchas,
nuestras emociones encontradas, nuestras desilusiones.
Ayúdanos a poner nuestra energía y nuestro espíritu rebelde
al servicio de una comunidad viva y abierta,
que pueda compartir la buena noticia de Jesús
de una manera siempre nueva y creativa.
SILENCIO
Nosotros, Dios, somos chiquitos.
Nos dicen que corremos y hacemos ruido en la iglesia,
que rompemos las cosas o que no hacemos caso.
Pero nosotros solamente sentimos que estamos creciendo…
Igual, seguro que algunas cosas hacemos mal, ¿no?
Así que, vos que sos grande y bueno, ¿no nos perdonás?
Ayudanos a crecer en esta iglesia
para que podamos sentirla nuestra casa,
un lugar lindo y alegre,
donde nos tratan bien y nos ayudan a crecer
como personas de buen corazón.
SILENCIO
Tomado de un culto de aniversario de la Iglesia Reformada en Mar del Plaa (Argentina)