Mateo 21:33–46

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Salmo 80:7-14 Isaías 5:1-7 Filipenses 3:4-14 Mateo 21:33-46

Mateo 21:33–46 Los inquilinos de la viña.

Los malos arrendatarios y el hacendado benévolo. (ver Mc 12:1–12 Lc 20:9–19)

La mayor parte del Imperio romano rural estaba controlado por hacendados adinerados cuyo ingreso por la propiedad de la tierra les permitía vidas de completo ocio. Sus propiedades generalmente eran trabajadas por granjeros arrendatarios que eran campesinos normalmente libres (como en Egipto), pero a veces esclavos (como en la mayor parte de Italia). Aunque los hacendados podían ganar gran honor entre los pobres si eran benévolos y trataban que a sus obreros les gustara el patrón tratando bien al cliente , tales hacendados normalmente tenían poco incentivo para hacerlo. Generalmente vivían lejos, a menudo en las ciudades, y tenían poco contacto personal con sus obreros. Pero el hacendado en esta parábola es tan benévolo que los aristócratas lo habrían considerado ingenuo.

Jesús se dirige a aquéllos que se imaginan
gobernantes de Israel (21:23), recordándoles que son meramente custodios de la viña de Dios elegidos por Él (como los pastores de Jer 23 y Ez 34).

Aquí el tema de la sustitución está explícito. El relato habla de un dueño ausente y unos arrendatarios que tienen la obligación de pagar al dueño una proporción fija del producto como renta. Su negación de hacerlo sería razón suficiente para reemplazarlos el asesinato de su hijo hace que las cosas sean mucho más serias.

El punto del relato era obvio tanto a los principales sacerdotes como a los fariseos (45), y lo hubiera sido para cualquiera que conociera el libro de Is., donde la admirable parábola de la viña (Is 5:1–7) simbolizaba el fracaso de Israel en cumplir las expectativas de Dios. Pero el enfoque aquí no era sobre Israel en su totalidad, sino en sus líderes, cuya ejecución del Hijo de Dios estaba por llevar a su clímax los repetidos rechazos de los profetas del pasado. Estos ahora sólo podían esperar un fin atroz, mientras que otros serían acomodados en sus lugares.

Mt 21:33. la descripción de Jesús sigue la manera normal de preparar una viña, pero alude claramente a Isaías 5:1-2, dónde Israel es la viña.

Mt 21:34. Los pagos se hacían en el momento de la cosecha, o el porcentaje (normalmente por lo menos 25 por ciento) o una cantidad predeterminada.

Mt 21:35-37. los hacendados siempre tenían poder, social y legalmente, para hacer cumplir su voluntad en los arrendatarios algunos, según informes recibidos, incluso tenían escuadrones de asesinos contratados para tratar con los arrendatarios molestos o rebeldes. Aquí los arrendatarios actúan como si fueran los que tenían el poder, y se aprovechan de él implacablemente (como opuesto al ideal de un hacendado benévolo). Esta actitud encaja en la tradición bíblica de que Israel martirizó muchos de los profetas que Dios le enviaba.

Mt 21:38-39. Los arrendatarios presumen demasiado sobre la herencia. Aunque pudieran heredarla bajo ciertas condiciones legales, el dueño también podía estipular, y después de sus fechorías ciertamente más, que alguien más heredara la viña o representantes del emperador podrían arrestarlos. La historia pinta a los arrendatarios como incomparablemente malos y tontos los arrendatarios son una metáfora transparente de los líderes religiosos que se servían a sí mismos en lugar de a Dios – como los escuchas de Jesús sabían (21:45).

Mt 21:40-41. Los antiguos escuchas se preguntarían por qué el hacendado no había intervenido para sacar a los arrendatarios antes. Hacer preguntas era normal en un rabino la manera de involucrar a los oidores en la historia o enseñar los oidores de las parábolas estaban familiarizados por los profetas bíblicos en pronunciar un juicio sobre ellos mismos(2 Sam 12:5-7 14:8-17 1 Re 20:40-42).

Mt 21:42–44. Elabora las implicaciones del relato. El v. 42 (cita Sal. 118:22) ilustra el trastrocamiento divino que ocurriría pronto, cuando el rechazado por los líderes de Israel fuera la persona elegida para el lugar de mayor honor. El v. 44 prosigue con la misma metáfora haciendo alusiones a las rocas destructivas de Is 8:14, 15 y Dan 2:34, 35, 44, 45. El v. 43 es más directo: el reino simbolizado por la viña pertenece a Dios y no a ellos y él la ha de confiar a alguien más responsable. Un pueblo sugiere no solamente un cambio de liderazgo, sino la misma composición del pueblo de Dios cambiaría (según los lineamientos sugeridos en 8:11-12). Sin embargo, no sería un asunto sencillo de reemplazar a los judíos por los gentiles (esto requeriría en la expresión una referencia a “pueblos” en el plural, el término gr. normal para gentiles) más bien se estaba creando una nueva comunidad del pueblo de Dios (cf. sobre 16:18), en el cual tanto judíos como gentiles hallarían su lugar. Lo que los caracterizaría no sería su nacionalidad, sino que producirían frutos (cf. 3:8, 10 7:15–20 12:33–37 13:8, 26 y especialmente 21:18–20).

Mt 21:42. Este texto es del Salmo 118:22-23, la parte del Hallel , como 118:25-26 citados en Mt 21:9. El edificio referido a es el templo (vea Sal 118:18-21, 25-27) como la piedra angular de un nuevo templo, Jesús propone una amenaza a los constructores del antiguo (la aristocracia judía). (Intérpretes discrepan acerca de si la “piedra angular” se refiere a la piedra localizada en la esquina de la fundación o la piedra angular de un arco, pero este punto no es crucial para la interpretación del pasaje.)

Mt 21:43. Israel era una “nación santa” (Ex 19:5-6), pero la amenaza de transferir su estado a otros había sido hecho antes (Ex 32:10 Num 14:12). Dios rechazó el rechazo de los constructores (21:42), y podría reemplazarlos (cf. 3:10). El producir fruto (cf. 3:8) significa devolverle al hacendado (Dios), en contraste con los arrendatarios de la parábola (21:33-42).

Mt 21:44. “Caer en” la piedra angular refleja Is 8:14-15 (cf. 28:16) la piedra que cae sobre el ofensor alude a Dan 2:34, 44, dónde el Reino de Dios ., que es retratado como una piedra, aplastará a sus desafiadores terrenales. Jesús aquí usa una práctica judía normal de exponer un texto (Mt 21:42) citando otros compartiendo la misma palabra importante o concepto, en este caso, la piedra divina. Un rabí advirtió, “Si una olla se cae en una piedra, pobre olla si una piedra se cae en una olla, también pobre olla de una u otra manera, pobre olla!”

Mt 21:45-46. Los líderes sacerdotales eran políticos sutiles que tendrían el cuidado de no actuar públicamente contra los deseos del pueblo los Fariseos , a su vez, eran populares entre la gente pero no lo suficiente como para desafiar la propia popularidad de Jesús. La aristocracia sacerdotal y los Fariseos actuaron de concierto sólo cuando era necesario para conservar a sus gentes contra los sentimientos revolucionarios peligrosos desafiar a un adversario común como un pretendiente mesiánico encajaría esta categoría.

Los otros textos del leccionario

Salmo 80:7-14. La sonrisa y el ceño fruncido

A lo largo de este Salmo aparece el contraste entre la sonrisa de Dios (3, Haz resplandecer tu rostro) y el ceño fruncido (16, la reprensión de tu rostro) que lo dice todo. Por más desesperada que sea la situación – el enemigo triunfante (6), la ira de Dios (4) y la aparente desaparición de la obra de gracia (8, 12) – el único remedio que se necesita es que sonría, tan poderoso es el favor de Dios y tan desastrosa su desaprobación. El desastre ha caído sobre las tribus del norte, Efraín, Benjamín y Manasés, el antiguo “campamento de Efraín” (Num 2:18), las tribus conectadas con José. Los paralelos con el Sal. 79 (el tema “pastor-rebaño” [1 79:13], la ira divina prolongada [4 79:5], adversarios que se burlan [6 79:4]) sugieren que el lamento de un sobreviviente de la tribu de Judá de la victoria babilónica en el Sal. 79 encuentra aquí una pieza-compañera de un sobreviviente del antiguo reino del norte.
El Salmo se caracteriza por un estribillo que se repite (3, 7, 19) en el cual la urgencia aumenta. Pero aunque la urgencia aumenta, la realidad permanece igual: un cambio en el rostro de Dios tiene un poder transformador. El pedido es únicamente para que haya un cambio en Dios que su ceño fruncido se convierta en una sonrisa.
Como las ovejas entre los animales domésticos, la vid entre las plantas necesita cuidado persistente. Bajo este tema de providencia paciente, el Salmo muestra la obra de redención, herencia (8, 9) y prosperidad (10).

Isaías 5:1-7. Parábola: la viña de mi amado

Esta es una pequeña obra maestra.

1 Su introducción, una canción de amor (BJ) halaga al oído y despierta la imaginación la viña, al igual que el jardín amurallado y el vergel del Cantar de los Cantares de Salomón (Cant 4:12–15) seguramente hablará de una novia y su hermosura, guardada celosamente para el novio.

3, 4 Pero los oyentes quedan boquiabiertos por el anticlímax y por pedírseles su opinión, para descubrir que, al igual que David ante Natán (2 Sam 12:1–7) habían estado asintiendo a su propio enjuiciamiento (cf. también Mt 21:40–43).

7 Finalmente, en el lenguaje original se pone énfasis en la acusación valiéndose de una inolvidable última línea, tersa como un epigrama. Su doble juego de palabras desafía toda reproducción, pero en una versión libre diría: “¿Halló rectitud? ¡Solamente tumultos! ¿Halló decencia? ¡Solamente desesperación!”
La parábola trae a su culminación, como nada podría hacerlo, la sinrazón y lo indefendible del pecado nos hallamos buscando alguna causa que explique el motivo del fracaso de la vid, y no hay ninguna. Solamente los seres humanos pueden ser tan caprichosos.

Filipenses 3:4-14

Flp 4-7. Objetivos en la vida anterior de Pablo

Pablo sostiene que podía tener la misma confianza en la carne como la que tenían algunos. Enumera siete cosas que consideraba como ganancia en la vida profundamente religiosa que había vivido antes de encontrarse con Jesús. (i) Fue circuncidado al octavo día después de su nacimiento como lo requería la ley (Gn 17:12). (ii) Nacido del linaje israelita, un miembro del pueblo de Dios. (iii) Podía nombrar su tribu (Benjamín), a la que pertenecía el primer rey de Israel y la que había permanecido fiel cuando las otras no lo fueron. (iv) No era solamente un verdadero judío, sino un hebreo, es decir, alguien que hablaba arameo (cf. Hch 6:1 22:2 2 Cor 11:22), hijo de padres hebreos, no como muchos que habían perdido el uso de su lengua nativa. (v) Estricto en la observancia de la ley, Pablo era un fariseo devoto (Hch 23:6 26:5 cf. Gal 1:14). (vi) Su celo religioso quedó evidenciado en que persiguió a los cristianos (Hch 8:3 9:1). (vii) Podía decir que en cuanto a lo concerniente a las demandas externas de la ley, la ley mosaica por la que había tratado de vivir, era irreprensible. Esto, sin embargo, era una cuestión de justicia de la ley, de tratar de ser justo ante Dios sobre la base de la obediencia a la ley.
Ahora Pablo consideraba todas aquellas ganancias como una gran pérdida.
Flp 3:8-14. Renuncia a lo antiguo nuevas expectativas de Pablo
En razón de su encuentro con el Cristo resucitado en el camino a Damasco (Hch 9), y también a causa de que finalmente se dio cuenta de que no estaba tampoco guardando la ley (Rom 7), es que Pablo fue llevado a una “reevaluación radical de valores” (Hawthorne, Phillipians). Pablo consideró todas aquellas cosas sobre las cuales él había descansado antes como pérdida. Decidió que “a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor” (DHH). No sólo lo contaba todo como pérdida, sino que las consideraba “inútil basura comparadas con el poder ganar a Cristo” (Phillips). Ahora, su deseo es ser aceptado sobre la base de la justicia que es un don de Dios, ofrecida sobre la simple condición de creer (cf. Rom 3:21–4:25 Gal 2:15–3:29 Ef 2:4–9). Pablo dice: De alguna manera, me encontraré en la resurrección de los muertos. Pretendía... ver si alcanzo aquello... , ese gran propósito por el que Cristo lo alcanzó a él cuando iba camino a Damasco algunos años atrás.

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