Mala onda, buena onda

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A veces la "mala onda"...
un "mal espíritu"...

Se proponen dramatizaciones sobre...

LA GENTE NO SE ENTIENDE

En la calle... en casa... en la iglesia... en el barrio...
- Dos o tres minutos, no más... en grupitos de 3 o 4.
- Prepararnos...
- Se representan...
- Se comentan...

Entre nosotros: dialogamos:
- ¿ por qué no se entienden ?
- ¿ intereses, conflictos, frustraciones, crisis ?


Un nuevo ESPIRITU (la "buena onda")

OTRO MODO ES POSIBLE: E N T E N D E R N O S

"Cuando llegó la fiesta de Pentecostés, todos los creyentes se encontraban reunidos en un mismo lugar. De repente, un gran ruido que venía del cielo, como de un viento fuerte, resonó en toda la casa donde ellos estaban.
Y se les aparecieron lenguas como de fuego, repartidas sobre cada uno de ellos. Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, segun el Espíritu hacía que hablara. Por aquellos días había en Jerusalén judíos cumplidores
de sus deberes religiosos, llegados de todas partes del mundo. La gente se reunió al oir aquel ruido y no sabían qué pensar, porque
cada uno oía a los creyentes hablar en su propia lengua". (Hechos 2, 1-6)

Ahora respiran otro aire, otro ambiente, otra vida social. Un viento fuerte ha invadido la casa y cambia la atmósfera. La vida de Dios ha limpiado los pulmones de la gente. Ahora se respira distinto.
Algo ha pasado entre ellos, juntos. Un fuego se ha posado en cada uno y en todos. Son como lenguas, símbolo de la palabra, de poder comunicarse, de la libertad de expresarnos, de mostrar qué sentimos,
queremos y buscamos.

Algo para el asombro... Lo que parece tan difícil cuando hombres y mujeres nos reunimos: poder entendernos, poder convivir en libertad compartida.
El milagro de la comunicación. Es libertad (es decir: vida) juntos, y eso es el amor que crece, si empezamos por el respeto y la justicia para todos y todas.
No es fácil comprendernos. No depende de mí solo, de uno, sino también de los/as otros/as. No basta sólo esfuerzo y buena
voluntad.
No surge por negociación o alianzas. Se trata de un don. Como un regalo que nos sorprende, nos asombra, nos llena de alegría y nos deja distintos.

Hilos... entretejido... un tejedor

Los hilos separados se habían trenzado y vuelvo tejido. Claro, sorprendente el tejedor que es el Espíritu.
En Pentecostés hay diversidad, pluralismo. Es decir: todos y todas son recibidos, nadie es marginado, ni excluido. Tenemos el derecho de compartir.
En Pentecostés hay muchas lenguas. Es decir: muchas culturas, muchas historias diferentes, muchos pueblos y muchas identidades distintas, modos de ver y sentir la vida...
Desde Pentecostés cae la Torre de Babel.
Ya no hay una sola lengua, ni sólo se habla inglés. Una propuesta nueva. "Un mundo distinto es posible". Ya no se puede aceptar ninguna dominación ni explotación. Ni excluídos ni descartados... Un lugar para todos y todas.
La globalización de una sola voz se fragmenta en mil sonidos diferentes con su identidad cada una. Porque vivir es aprender a cantar en coro. Libertad... pluralismo... respeto... comunión...
ya
no son sólo palabras lindas.
La conclusión queda en manos de ustedes: entre cantos y oraciones...

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