Lucas 24:1-12

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La Resurrección de Nuestro Señor

Hechos 10:34–43 o Isaías 65:17–25; Salmo 118:1–2, 14–24; 1 Corintios 15:19–26 o Hechos 10:34–43
Juan 20:1–18 o Lucas 24:1–12 (texto que comentamos)

Forma/Estructura/Escenario

En la apertura de la sección, la relación con Marcos es muy cercana (Marcos 16:1-8), pero para el resto de la narración de la resurrección, Lucas sigue su propio camino. Parece tener más relación con la tradición juanina como en la narración de la pasión.

Comentario

El esfuerzo de las mujeres por completar las delicadezas del entierro hacia el líder querido se torna no sólo tardío sino totalmente fuera de tiempo por los acontecimientos que han tenido lugar en la mañana antes de que ellas alcanzaran la tumba. El cuerpo no está, y los mensajeros celestiales sugieren que las mujeres están buscando por Jesús en el lugar equivocado recordándoles las predicciones de Jesús sobre la pasión y resurrección del Hijo de Hombre. Los otros discípulos no pueden creer el informe, y Pedro hace su propio vano esfuerzo por localizar a Jesús (un Jesús muerto) en la tumba.
Cada evangelista tiene coincidencias en que es “el primer día de la semana” pero cada uno discrepa en la expresión de la hora: Lc. dice “al romper el alba” o “a la madrugada” (orthrou batheos). La madrugada puede tener algún simbolismo respecto a la Pascua o con la tradición veterotestamentaria que sitúa la acción divina a favor de su pueblo en ese tiempo (cf. Ex 14:24, 27; 2 Rey 19:35; Sal 30:6; 143:8; Is 37:36). Lucas informa que las especias fueron preparadas al regresar del Gólgota antes de que el sábado comenzara, tiempo en el que descansaron según el mandamiento (exclusivo de Lc). El papel de las especias en 23:56 se reasume con “portando las especias que ellas habían preparado.”
Como Mt y Jn Lc no tiene equivalente con la preocupación de las mujeres acerca de la remoción de la piedra (ni siquiera dice que la tumba estuviese sellada con una piedra). La encontraron removida, es decir la tumba abierta, lo que las dejó perplejas y amedrentadas (4, 5) porque no hallaron el cuerpo de Jesús (se repite en 22, 24, donde también se dice del fracaso de hallar el cuerpo y Pedro en el v. 12 sólo observa la mortaja = lienzos = othonia y se fue con dudas), lo que puede sugerir que se lo habían robado o trasladado a otro lugar. Por eso, aparecen los varones con vestiduras resplandecientes para quitar esa confusión y anunciar que había resucitado (4-8) como lo había enseñado en Galilea.
Es una ayuda memoria para que las mujeres estén bien preparadas para explicar no sólo la tumba sin el cuerpo sino el mensaje Pascual. Ellas inclinan sus rostros – se puede pensar en una especie de actitud cúltica – y el “no está aquí” es una explicación tanto de la resurrección como de la tumba vacía. En esta breve escena está presente el mensaje central de Pascua.
Las mujeres – a las que Lucas especialmente las recuerda por nombre en este punto y no antes como Marcos: María Magdalena, Juana y María madre de Santiago y otras (kai hai loipai syn autais) – se transforman en las primeras anunciadoras y mensajeras (apeggeillan) de la fe central del cristianismo a los once apóstoles y a todos los otros (kai tois loipois) (9).
Sólo Lc. informa de la reacción de los apóstoles ante el anuncio de las mujeres que muestra la perplejidad ante un hecho inverosímil. No rechazan la desaparición del cuerpo sino dudan sobre el relato de la resurrección. Era general la tendencia a creer en la resurrección en el último día (cf. Jn 11:24) y también a descartar cualquier palabra de mujer (cf. Josefo, Antigüedades 4.219 sobre la no aceptación de testigo legal por una mujer). ¡Después de todo no son más que “palabras de mujer”!
Pedro quiere comprobar qué pasó y se acerca al lugar de la tumba, pero apenas se asoma no ve más que lo que vieron las mujeres. Regresa admirado pero Lc. sabe que eso no es todavía testimonio suficiente. Sin embargo el descubrimiento de las mortajas avanza un paso. El cuerpo no fue robado o cambiado de lugar porque se lo hubieran llevado con las mortajas. Si bien no era una prueba definitiva lo deja con preguntas enigmáticas (thaumazon) porque no está seguro de todo lo que sucedió. Lc. seguirá adelante con otros testimonios.

Breve reflexión teológica

Siempre ha sido difícil demostrar de un modo racional la resurrección. Siempre existieron dudas y preguntas y en los textos primitivos ya se encuentran y no sólo en el hombre moderno. Los cristianos primitivos no las ocultaron y, sin embargo, testificaron: ha resucitado. Más todavía, no ocultaron que el primitivo testimonio vino de unas ‘mujeres’ con todo lo que esto injustamente significaba y todavía significa para no dar crédito al testimonio: después de todo se piensa ¡¿por dónde entró el pecado en el mundo?! Pero es curioso que en los textos ¡quienes más objeciones ponen son varones! Y justamente por todas estas contradicciones es verdad el testimonio de todos los que testifican. No es una noticia fabricada color rosa. Dios mismo, y el Cristo ha reivindicado a las que en principio no tienen crédito.

Pistas para la predicación

Sería buena ocasión para que tantos varones anuncien lo que les trasmitieron las mujeres. Todavía hoy las mujeres son las que sostienen como columnas el testimonio en la iglesia con niños y en la comunidad.

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