Lucas 16:1-13
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Amós 8:4-7; Salmo 113; 1 Timoteo 2:1-7, Lucas 16:1-13
Introducción
Todo el capítulo tiene que ver con la preocupación de Lucas y su comunidad acerca del uso del dinero (“Mamón”) por parte del cristiano o la cristiana. El capítulo está estructurado para mostrar que el tiempo se acaba, que hay una urgencia escatológica frente a la cual hay que tomar decisiones, antes de que sea tarde: a partir de Juan el Reino comienza a ser anunciado y hay que optar (v. 16). El administrador injusto tomó la decisión correcta y fue alabado; los fariseos, acusados de ser amigos del dinero, dudan; y finalmente el rico, en cuyo portal vivía Lázaro, es el contra-ejemplo del administrador. No tomó a tiempo la decisión correcta; en el Sheol es demasiado tarde.
Análisis
Lc 16:1-13 está compuesto por la parábola más difícil (o una de las más difíciles), la del administrador astuto/infiel/injusto (1-8); y por varios dichos de Jesús relativos a la opción entre el dinero y la fidelidad a Dios. Estructuralmente, todo el capítulo es una unidad: no se puede separar esta parábola de la del rico anónimo y el mendigo Lázaro (16:19-31), ni los dichos entre ambas.
V. 1. Introducción de Lc: “decía también a sus discípulos”. Los fariseos y escribas, destinatarios de las tres parábolas de Lc 15 (tratadas más arriba), quedan momentáneamente en el trasfondo de la escena, mientras que ahora los discípulos de Jesús pasan a primer plano (“decía también”); se nota sin embargo una alternancia entre estos dos grupos de oyentes (ver 16:14, 17:1, 20, 22). Dado que Lc escribe en una época en que la Iglesia ya se ha separado del judaísmo, tenemos que ver en estas polémicas las polémicas no contra los fariseos, sino contra quienes, en la comunidad cristiana, actúan como lo habían hecho antes los fariseos, con legalismo y excluyendo a otros por “impuros” o “pecadores”.
V. 2: indica una situación de crisis para el administrador, la pérdida de su trabajo a raíz de acusaciones que han llegado a oídos del dueño. Las acusaciones son ambiguas, tanto en su contenido como si son ciertas o no (“malbaratar”). El dueño ni siquiera le da la oportunidad de probar su inocencia y mantener el trabajo, sólo le ordena rendir cuentas y buscarse otra ocupación. Dado que prevé quedarse en la calle (sus opciones son cavar o mendigar, v. 3) podemos suponer que el mayordomo no se había enriquecido, aunque esto no indica si había sido un buen administrador o no (quizás había sido haragán con los bienes de su amo). De Burgos cree que lo que había llegado a oídos del dueño y que motiva la actuación es el rumor de que administra los bienes de su dueño con la ética nueva, revolucionaria, del Reino, por la cual al final es alabado: tanto el dueño como el administrador se han unido a esta nueva forma de usar el dinero desde los valores del Reino.
Vs. 5-7. Los dos ejemplos que siguen son paradigmáticos de las acciones que emprende este administrador con la esperanza de hacerse amigos para cuando se quede sin trabajo: “convocando uno por uno a los deudores de su señor...”: les rebajó a todos los deudores. No sabemos si lo que les rebajó era parte de lo que éstos debían efectivamente al dueño; en este caso sería una acción falta de ética (¿confirmaría las acusaciones contra él?). También podría tratarse de una parte o del total de su comisión o porcentaje de la venta, a la que tenía derecho y sobre la cual, por lo que sabemos, sólo había como regulación un piso, determinado por lo que le correspondía al dueño; a partir de ahí el administrador podía agregar según creyera que el deudor le podía pagar.
V. 8: “el señor (ho kyrios) alabó al administrador injusto, porque había actuado astutamente.” Tomamos el v. 8 como parte de la parábola, aunque sobre este punto las opiniones están muy divididas. Las dificultades surgen en parte de determinar quién es ho kyrios ¿el señor = el dueño, o el Señor = Jesús? En el primer caso, es parte de la parábola; en el segundo, un comentario lucano enganchando la parábola con los dichos de Jesús (es obvio decir que hay argumentos de peso para ambas posiciones). De todos modos, el administrador es alabado o aprobado (epénesen, de epainéo). Por otra parte, se lo llama “mayordomo de la injusticia” (oikonomos tes adikías), un giro semítico para indicar que es “injusto” o “fraudulento”. ¿A qué se refiere esta afirmación? ¿Hay otra posibilidad que la de haber malversado los fondos de su señor? Y si no la hay, ¿por qué es alabado?
El v. 9 es “una especie de segunda conclusión de la parábola”, donde el sentido que se le quiere dar a ésta se aclara – siempre que se deje a la parábola hablar y no se llegue a ella con una idea predeterminada sobre su significado. Jesús manda a sus discípulos que usen el dinero injusto (mamona tes adikías) haciendo amigos para lo eterno. El término Mamón proviene del arameo y significa “aquello en lo que se confía”; de ahí, riquezas o propiedades.
V. 10-13: algunos comentarios llaman a estos dichos de Jesús “enseñanzas escatológicas”. Sirven de conclusión o aplicación a la parábola y ponen en términos muy claros la disyuntiva que había vislumbrado el administrador: no se puede servir a dos señores; o se sirve a Dios o al Dinero.
Comentario
Las mayores dificultades con la parábola surgen a partir de las interpretaciones que se le dan, desde las acusaciones de mala administración o despilfarro hasta el hecho de ser alabado. Lo que es claro, sea cual fuere la interpretación que se elija (¡y hay tantas!), es que se alaba al administrador porque por sus acciones demuestra que es sagaz o sensato en el manejo de los asuntos de este mundo. Por otra parte, su manera de actuar es la manera de los “hijos de este mundo” actuando con el dinero de lo injusto (v. 9).
Como Ireland indica, también hay diferentes interpretaciones porque la parábola no aclara si la conducta que el señor alaba es la descripta en el v. 1 (la acusación de malversación) o en 5-7 (la disminución de las cifras adeudadas, presumiblemente de su propia ganancia). Otra posibilidad estudiada por Ireland es la de que lo que se alaba sea la sabiduría pero no los medios del administrador, es decir, que el dueño puede reconocer al “tipo hábil”, aunque no comparta los métodos que usara. Otra posibilidad es que en el v. 9 Jesús use un tono irónico y no aprobatorio.
Son muy cercanos los paralelos entre Lc 12:33, donde también se instruye a los discípulos acerca del buen uso del dinero, y Lc 16:9ss. Esta parábola también muestra paralelos con la del hijo pródigo: ambos derrochan los bienes, llegan al abismo, ven una posibilidad de salvación, reflexionan y se convierten, buscan soluciones y las ponen en práctica.
Prédica
1. Vivimos inmersos e inmersas en injusticias de todo tipo: sociales, políticas, de género, económicas, judiciales, en el trato diario, de relaciones internacionales, de posibilidades en la vida, etc. Las más crudas, dolorosas y llamativas son actualmente las injusticias económicas, que hacen crecer diariamente los abismos entre pobres y ricos, y que excluyen constantemente a más y más personas de toda posibilidad de una vida digna.
2. Todas y todos somos parte de ese gigantesco monstruo de una economía globalizada; y cada cual participa a su manera en las múltiples injusticias, consciente o inconsciente, obteniendo provechos o también viviendo así contra su voluntad. ¿En qué situaciones de injusticia participamos? ¿Qué injusticias sufrimos? ¿Qué injusticias cometemos?
3. La parábola nos desafía a usar los medios a nuestro alcance (conocimientos, inteligencia, capacidades, influencias, dinero y bienes) para tomar distancia de la injusticia y crear espacios radicalmente diferentes de solidaridad, justicia y comunión.
Introducción
Todo el capítulo tiene que ver con la preocupación de Lucas y su comunidad acerca del uso del dinero (“Mamón”) por parte del cristiano o la cristiana. El capítulo está estructurado para mostrar que el tiempo se acaba, que hay una urgencia escatológica frente a la cual hay que tomar decisiones, antes de que sea tarde: a partir de Juan el Reino comienza a ser anunciado y hay que optar (v. 16). El administrador injusto tomó la decisión correcta y fue alabado; los fariseos, acusados de ser amigos del dinero, dudan; y finalmente el rico, en cuyo portal vivía Lázaro, es el contra-ejemplo del administrador. No tomó a tiempo la decisión correcta; en el Sheol es demasiado tarde.
Análisis
Lc 16:1-13 está compuesto por la parábola más difícil (o una de las más difíciles), la del administrador astuto/infiel/injusto (1-8); y por varios dichos de Jesús relativos a la opción entre el dinero y la fidelidad a Dios. Estructuralmente, todo el capítulo es una unidad: no se puede separar esta parábola de la del rico anónimo y el mendigo Lázaro (16:19-31), ni los dichos entre ambas.
V. 1. Introducción de Lc: “decía también a sus discípulos”. Los fariseos y escribas, destinatarios de las tres parábolas de Lc 15 (tratadas más arriba), quedan momentáneamente en el trasfondo de la escena, mientras que ahora los discípulos de Jesús pasan a primer plano (“decía también”); se nota sin embargo una alternancia entre estos dos grupos de oyentes (ver 16:14, 17:1, 20, 22). Dado que Lc escribe en una época en que la Iglesia ya se ha separado del judaísmo, tenemos que ver en estas polémicas las polémicas no contra los fariseos, sino contra quienes, en la comunidad cristiana, actúan como lo habían hecho antes los fariseos, con legalismo y excluyendo a otros por “impuros” o “pecadores”.
V. 2: indica una situación de crisis para el administrador, la pérdida de su trabajo a raíz de acusaciones que han llegado a oídos del dueño. Las acusaciones son ambiguas, tanto en su contenido como si son ciertas o no (“malbaratar”). El dueño ni siquiera le da la oportunidad de probar su inocencia y mantener el trabajo, sólo le ordena rendir cuentas y buscarse otra ocupación. Dado que prevé quedarse en la calle (sus opciones son cavar o mendigar, v. 3) podemos suponer que el mayordomo no se había enriquecido, aunque esto no indica si había sido un buen administrador o no (quizás había sido haragán con los bienes de su amo). De Burgos cree que lo que había llegado a oídos del dueño y que motiva la actuación es el rumor de que administra los bienes de su dueño con la ética nueva, revolucionaria, del Reino, por la cual al final es alabado: tanto el dueño como el administrador se han unido a esta nueva forma de usar el dinero desde los valores del Reino.
Vs. 5-7. Los dos ejemplos que siguen son paradigmáticos de las acciones que emprende este administrador con la esperanza de hacerse amigos para cuando se quede sin trabajo: “convocando uno por uno a los deudores de su señor...”: les rebajó a todos los deudores. No sabemos si lo que les rebajó era parte de lo que éstos debían efectivamente al dueño; en este caso sería una acción falta de ética (¿confirmaría las acusaciones contra él?). También podría tratarse de una parte o del total de su comisión o porcentaje de la venta, a la que tenía derecho y sobre la cual, por lo que sabemos, sólo había como regulación un piso, determinado por lo que le correspondía al dueño; a partir de ahí el administrador podía agregar según creyera que el deudor le podía pagar.
V. 8: “el señor (ho kyrios) alabó al administrador injusto, porque había actuado astutamente.” Tomamos el v. 8 como parte de la parábola, aunque sobre este punto las opiniones están muy divididas. Las dificultades surgen en parte de determinar quién es ho kyrios ¿el señor = el dueño, o el Señor = Jesús? En el primer caso, es parte de la parábola; en el segundo, un comentario lucano enganchando la parábola con los dichos de Jesús (es obvio decir que hay argumentos de peso para ambas posiciones). De todos modos, el administrador es alabado o aprobado (epénesen, de epainéo). Por otra parte, se lo llama “mayordomo de la injusticia” (oikonomos tes adikías), un giro semítico para indicar que es “injusto” o “fraudulento”. ¿A qué se refiere esta afirmación? ¿Hay otra posibilidad que la de haber malversado los fondos de su señor? Y si no la hay, ¿por qué es alabado?
El v. 9 es “una especie de segunda conclusión de la parábola”, donde el sentido que se le quiere dar a ésta se aclara – siempre que se deje a la parábola hablar y no se llegue a ella con una idea predeterminada sobre su significado. Jesús manda a sus discípulos que usen el dinero injusto (mamona tes adikías) haciendo amigos para lo eterno. El término Mamón proviene del arameo y significa “aquello en lo que se confía”; de ahí, riquezas o propiedades.
V. 10-13: algunos comentarios llaman a estos dichos de Jesús “enseñanzas escatológicas”. Sirven de conclusión o aplicación a la parábola y ponen en términos muy claros la disyuntiva que había vislumbrado el administrador: no se puede servir a dos señores; o se sirve a Dios o al Dinero.
Comentario
Las mayores dificultades con la parábola surgen a partir de las interpretaciones que se le dan, desde las acusaciones de mala administración o despilfarro hasta el hecho de ser alabado. Lo que es claro, sea cual fuere la interpretación que se elija (¡y hay tantas!), es que se alaba al administrador porque por sus acciones demuestra que es sagaz o sensato en el manejo de los asuntos de este mundo. Por otra parte, su manera de actuar es la manera de los “hijos de este mundo” actuando con el dinero de lo injusto (v. 9).
Como Ireland indica, también hay diferentes interpretaciones porque la parábola no aclara si la conducta que el señor alaba es la descripta en el v. 1 (la acusación de malversación) o en 5-7 (la disminución de las cifras adeudadas, presumiblemente de su propia ganancia). Otra posibilidad estudiada por Ireland es la de que lo que se alaba sea la sabiduría pero no los medios del administrador, es decir, que el dueño puede reconocer al “tipo hábil”, aunque no comparta los métodos que usara. Otra posibilidad es que en el v. 9 Jesús use un tono irónico y no aprobatorio.
Son muy cercanos los paralelos entre Lc 12:33, donde también se instruye a los discípulos acerca del buen uso del dinero, y Lc 16:9ss. Esta parábola también muestra paralelos con la del hijo pródigo: ambos derrochan los bienes, llegan al abismo, ven una posibilidad de salvación, reflexionan y se convierten, buscan soluciones y las ponen en práctica.
Prédica
1. Vivimos inmersos e inmersas en injusticias de todo tipo: sociales, políticas, de género, económicas, judiciales, en el trato diario, de relaciones internacionales, de posibilidades en la vida, etc. Las más crudas, dolorosas y llamativas son actualmente las injusticias económicas, que hacen crecer diariamente los abismos entre pobres y ricos, y que excluyen constantemente a más y más personas de toda posibilidad de una vida digna.
2. Todas y todos somos parte de ese gigantesco monstruo de una economía globalizada; y cada cual participa a su manera en las múltiples injusticias, consciente o inconsciente, obteniendo provechos o también viviendo así contra su voluntad. ¿En qué situaciones de injusticia participamos? ¿Qué injusticias sufrimos? ¿Qué injusticias cometemos?
3. La parábola nos desafía a usar los medios a nuestro alcance (conocimientos, inteligencia, capacidades, influencias, dinero y bienes) para tomar distancia de la injusticia y crear espacios radicalmente diferentes de solidaridad, justicia y comunión.