Las manos de tus hijos, Señor
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Nuestras manos hoy se elevan
llegan al cielo, Señor.
Son un ruego, son un grito, un clamor.
Son cansancio y esperanza,
que se hacen oración,
son las manos de tus hijos, Señor.
Son las manos lastimadas
de los que no tienen paz,
manos simples, sin trabajo y sin pan.
Manos que se quedan fuera,
excluidas sin razón
son las manos de tus hijos, Señor.
Son las manos del anciano,
resistencia sin edad.
y de niños que sueñan libertad.
Manos que, llenas de vida,
se resignan a perder
son las manos de tus hijos, Señor.
Son las manos solidarias,
que se unen en amor,
buscan paz, justicia y plenitud.
Manos que esperan un tiempo
de alegrías, de canción
son las manos de tus hijos, Señor.
Letra: Gerardo Oberman
Música: Horacio Vivares
llegan al cielo, Señor.
Son un ruego, son un grito, un clamor.
Son cansancio y esperanza,
que se hacen oración,
son las manos de tus hijos, Señor.
Son las manos lastimadas
de los que no tienen paz,
manos simples, sin trabajo y sin pan.
Manos que se quedan fuera,
excluidas sin razón
son las manos de tus hijos, Señor.
Son las manos del anciano,
resistencia sin edad.
y de niños que sueñan libertad.
Manos que, llenas de vida,
se resignan a perder
son las manos de tus hijos, Señor.
Son las manos solidarias,
que se unen en amor,
buscan paz, justicia y plenitud.
Manos que esperan un tiempo
de alegrías, de canción
son las manos de tus hijos, Señor.
Letra: Gerardo Oberman
Música: Horacio Vivares