Las Cualidades del Creyente Espiritual

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Las Cualidades del Creyente Espiritual

(Mateo 10:1-42)

INTRODUCCIÓN

En este pasaje, Jesús le dio instrucciones a Sus doce discípulos para prepararlos para la misión a la cual los enviaría. Para aquellos líderes a quienes Dios confiaría el futuro de la obra de Su reino, esta sería su primera experiencia, como la prueba de fuego para un soldado principiante. Esos doce hombres recibieron algunas pautas con respecto al costo del liderazgo espiritual en aquellos días críticos. Esas instrucciones tienen hoy la misma autoridad y relevancia que tuvieron hace dos mil años.

PROPOSICIÓN

He aquí catorce cualidades de los creyentes espirituales a quienes Dios está llamando para Su misión redentora en nuestro tiempo.

1.- UN SENTIDO DE URGENCIA (9:35-37)

Jesús manifestó un sentido de urgencia por la condición de las personas. Los creyentes espirituales de hoy deben poseer un sentido de urgencia como el de Dios. El creyente que ha de caminar con el Señor en la actualidad captará ese sentido de urgencia que hay en el corazón del Señor. Jesús sentía una carga y tenía compasión por las personas, porque los veía cansados y desamparados como ovejas que no tienen pastor. Esa era la condición desesperante a la que Jesús enviaba en misión a los doce.

2.- SER UNA PERSONA DE ORACIÓN GENUINA E INTENSA (9:38)

Jesús enseñó a esos líderes que, ante una necesidad tan grave, debían orar (v.38) En tiempos de crisis, un creyente espiritual debe ser una persona de oración intensa y genuina, la clase de oración a la que el Señor nos llama. Debe ser un intercesor que sabe lo que significa clamar en la presencia de Dios a favor de la gente. Aun cuando es posible que no sepa exactamente qué pedir, el Espíritu Santo tiene la misión de guiar su oración para que esté de acuerdo con la voluntad del Señor (Romanos 8:26,27) La oración debe pasar a ser la primera prioridad en la estrategia de trabajo del creyente. Debemos saber cómo orar pidiendo obreros y confiar plenamente en un Dios que contesta la oración.

3.- UNA RELACION INCONDICIONAL CON JESÚS COMO SEÑOR (10:1)

En cierto momento Jesús llamó a Sus doce discípulos. Ellos fueron llamados a ser discípulos: a ser como El, en una relación muy íntima con El (1Tes.5:24) El que nos llama es fiel para llevar a cabo Su obra a través de aquellos a quienes llama. Los creyentes espirituales deben tener una relación de amor íntima y profunda con Jesús como el Señor Soberano de sus vidas.

4.- UNA CLARA CONCIENCIA DE SU RESPONSABILIDAD ANTE DIOS

Usted no eligió a Dios como su Señor. El fue quien le eligió a usted como Su siervo o sierva. En su condición de creyente llamado por Dios, usted debe rendir cuentas a Dios por su liderazgo. Su primera responsabilidad es ante el Dios que le llamó. Un creyente espiritual no debe dejarse llevar por cada corriente de opinión o grupo de presión que aparezca. Son demasiado los creyentes que en la actualidad observan la corriente de opinión en los demás, antes de definir su posición. Esa clase de creyente no sirve para un tiempo de crisis. Como Pablo debemos considerarnos un esclavo de Jesús con mucho sobre lo cual rendirle cuentas. Tenemos que optar por agradar a Dios antes que a los hombres.

5.- UNA CLARA MANIFESTACIÓN DE AUTORIDAD ESPIRITUAL (10:1,8)

Jesús le asignó una tarea a estos líderes espirituales y los envió a cumplirla. La autoridad espiritual viene de Cristo, en quien se encuentra toda la plenitud de Dios. El ha pasado a vivir dentro del creyente con el propósito de obrar a través de él (Colosenses 2:9,10) Cristo es el Dios único que, en poder y autoridad, estará obrando a través de los creyentes espirituales. Como creyente espiritual contamos con una medida increíble de la presencia del Padre para sostenernos y fortalecernos en todo lo que hagamos. No hay crisis que esté fuera del control del Padre celestial.

6.- ABSOLUTA FE, CONFIANZA Y CERTEZA EN DIOS (10:9,10)

Jesús le explicó a Sus discípulos que tenían una enorme cantidad de recursos, diferentes a los que habían conocido antes. No tendrían que preocuparse por sus provisiones. El creyente espiritual debe tener una fe, confianza y certeza increíbles, en Dios y en Su provisión. El Dios que le envía es también el Dios que proveerá lo que necesitamos (2 Corintios 9:8) Ni se le ocurra hacer frente a la crisis de su mundo sin esta clase de confianza en el Dios a quien sirve. El creyente llamado por Dios jamás teme o pierde la esperanza o se desespera. En medio de la crisis dirá como David (Salmo 62:2)

7.- UN SENTIDO DE DIRECCIÓN QUE PROVIENE DE DIOS (10:5-7,11-16)

Cuando Dios envía a Sus creyentes, determina también los caminos de ellos. Los envía estableciendo las condiciones. Al mismo tiempo, los hace conscientes de las terribles consecuencias tanto de sus propias acciones como de las de aquellos a los cuales son enviados. El creyente espiritual no tiene falsos conceptos sobre lo que implica su misión con Cristo. Jesús advirtió a los discípulos que enfrentaría grandes dificultades cuando salieran en Su misión. Al seguir las indicaciones de Dios, necesitamos tener ese claro sentido que Dios da, de que El nos ha enviado de que El sabe adónde vamos de que El sabe lo que va a pasarnos de que El está presente para guiarnos, dirigirnos y capacitarnos para llevar a cabo Su misión.

8.- ESTAR TOTALMENTE DISPUESTO A PAGAR EL PRECIO DE LA MISIÓN (10:17-23)

Jesús dijo cuál sería el costo de seguirle. Sin embargo, Sus discípulos no necesitaron preocuparse de antemano acerca de lo que debían hacer. Jesús conocía los tiempos que vendrían. Estaba dando orientación a estos creyentes, para que estuviesen preparados para los sucesos que se presentarían. Les recordó que el Espíritu Santo estaría presente en medio de aquellas circunstancias difíciles, para guiarlos con toda claridad. Tenga siempre presente que Dios suministra Su Espíritu Santo para dotarnos de todos los recursos que necesitamos y en el momento justo.

9.- ENFOCADOS TOTALMENTE EN DIOS (10:26-31)

Jesús quería que estos creyentes estuviesen totalmente enfocados en el Señor. No tenían que temer a otros. Ellos eran de gran valor para Dios quien sabía los aspectos más íntimos de sus vidas. Dios confirmaría y guardaría a los que había elegido. Nunca tenga miedo de los hombres ni de sus opiniones. Lo único que pueden hacer es matar nuestro cuerpo. Al único que debemos temer es a Dios. El es quien determina el destino eterno.

10.- UNA VIDA DE SIERVO SEGÚN EL MODELO DE JESUS (10:24-26)

Jesús le dijo a Sus discípulos que siguieran Su modelo de vida. El era Su Señor. Ellos eran Sus siervos. El creyente espiritual se desempeñará según los conceptos del reino (v.24-26) Es necesario que modelemos nuestra vida conforme a la de Jesús. El es nuestro Señor absoluto. Nosotros somos Sus siervos. No debemos identificarnos con el mundo sino con nuestro Señor. Las normas y los caminos del reino son muy diferentes. Será suficiente que seamos como nuestro Señor. Las demandas de Dios hoy día no son inferiores a las del pasado.

11.- UN TESTIMONIO MANIFIESTO DE JESUS COMO SEÑOR (10:32,33)

El creyente espiritual debe ser valiente y manifestar el señorío de Cristo, especialmente en un mundo lleno de personas incrédulas (v.32,33) Este testimonio no es sólo decir algo acerca de Jesús. Necesitamos vivir una auténtica vida en Cristo delante de un mundo que observa. Este era el estilo de vida de Pablo (1 Corintios 2:2,4,5) ¿Podríamos calificar nuestra vida como una demostración del Espíritu y de poder? ¿O descansamos más bien en nosotros mismos, en nuestra sabiduría o en nuestra propia capacidad de persuasión? Es necesario que lleguemos al punto en que el Cristo que mora en usted sea verdaderamente nuestra vida. Cuando nuestra vida exterior refleja al Cristo interior, nuestro testimonio será genuino. Esa es la clase de testigos que Dios usa para alcanzar a otros.

12.- ESTAR DISPUESTO A ARRIESGARSE POR EL REINO (10:34-36)

El creyente espiritual es una persona dispuesta a arriesgarlo todo por el reino. No le preocupa lo que piensen los demás. Está preparado para la guerra espiritual, no importa de dónde provenga. No todos estarán de acuerdo con nosotros cuando estemos siguiendo al Señor. Nuestros enemigos podrán ser hasta los de nuestra propia casa. Debemos estar dispuestos a correr el riesgo y estar preparados para la posible confrontación espiritual.

13.- UN AMOR SINCERO Y PROFUNDO POR DIOS Y POR JESUS (10:37-39)

Jesús conocía el mundo al que se enfrentarían los creyentes. Por eso nos llamó a un estilo de vida que debía pasar por una cruz. Sabía que a muchos esa cruz les demandaría la vida misma. Sin embargo, sabía que el futuro del reino de Dios descansaría en la calidad de la relación de amor que tuviésemos con El. Jesús exigió una rendición absoluta a El no podemos reservar algo para nosotros (v.37-39) Jesús no nos ocultó nada, porque sobre nosotros descansa, al ser testigos de Cristo, la redención del mundo a través de todas las generaciones y hasta que El regrese. El llamado es real. El poder es real. La autoridad es real. Su presencia es real. El enemigo es real. Las demandas son reales. La cruz es real. El amor sincero y profundo que el creyente siente por Dios y por Su Hijo, será mucho mayor que otro afecto.

14.- VIVIR LA VIDA INCONFUNDIBLEMENTE IDENTIFICADO CON JESUS (10:40-42)

Jesús llamó a los discípulos a una identificación clara e inconfundible con El. Se nos conocería por nuestra relación con El. Esto nos pondrá en conflicto con las actitudes y las prácticas religiosas de la mayoría. Pero también sabemos que El está preparado para recompensar al siervo fiel. Llegará el día de rendir nuestras cuentas a El. El creyente espiritual debe desempeñarse con plena conciencia de que rendirá cuentas a su Señor. Su anhelo más ferviente debe ser el de oír, en aquel día: Bien, siervo bueno y fiel.

CONCLUSION

Necesitamos esta clase de creyentes en esta época de crisis espiritual. El modelo de Dios para la vida espiritual es claro. No está oculto. La verdad sobre su precio no está oculta. Los recursos no están ocultos. La relación de amor no está oculta.

Dios revela Sus demandas para los creyentes espirituales en tiempo de crisis, desde el mismo momento del llamado, hasta el ser ungido con poder.

Teniendo esto en mente, podemos tener un mensaje que significa la vida o la muerte para quienes lo oigan. El mundo está esperando al mensajero que se haga presente con un llamado y un mensaje auténticos, confirmados con el poder y la autoridad del Señor que lo envía. Este es el mensaje: El reino de los cielos se ha acercado.

(Adaptado del Libro Refrescante Experiencia Con Dios de Claude King)

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