La vida continúa en las calles
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Cristo Jesús,
que reinas y habitas
en los templos y en las calles:
el culto está por terminar
y nos iremos en paz.
Todavía resuenan en nuestros oídos
los cantos y el eco de tu palabra
¿Y ahora....?
¡Nuevamente en la inseguridad de las calles!
¡Tan bien que nos encontrábamos aquí adentro...!
Pero, sabemos muy bien que la vida no se desarrolla en un templo,
si bien tú allí nos confortas...
Sabemos muy bien que la vida está en las calles.
Allí debemos instalar nuestras defensas
y allí debemos enfrentarnos a los ataques del mal.
Allí debemos predicarte
desde las terrazas de las casas,
y en los bares, y en los parques,
y en las fábricas, y en los supermercados...
Allí transcurre la vida.
Allí transcurren seis días de la semana que no son domingo.
El domingo es el primer día de la semana
y en las calles seguiremos recorriendo el camino que comenzó en el templo de un domingo...
La Santa Cena de hoy es eso:
pan para el caminante...,
signo del banquete que celebraremos en el reino,
con el vino nuevo de las bodegas celestiales.
El cara-a-cara con tu Padre,
pondrá fin a todo sacramento.
¿Para qué necesitaremos signos,
teniendo frente a nosotros la realidad significada?
Pero, mientras caminamos hacia el Padre,
celebramos la Cena,
tu sacrificio.
El banquete de tu amor...,
de tu paz...,
de tu comunión...,
para poder vivir, como tú, en las calles...
Resúmen y adaptación: Red de Liturgia
que reinas y habitas
en los templos y en las calles:
el culto está por terminar
y nos iremos en paz.
Todavía resuenan en nuestros oídos
los cantos y el eco de tu palabra
¿Y ahora....?
¡Nuevamente en la inseguridad de las calles!
¡Tan bien que nos encontrábamos aquí adentro...!
Pero, sabemos muy bien que la vida no se desarrolla en un templo,
si bien tú allí nos confortas...
Sabemos muy bien que la vida está en las calles.
Allí debemos instalar nuestras defensas
y allí debemos enfrentarnos a los ataques del mal.
Allí debemos predicarte
desde las terrazas de las casas,
y en los bares, y en los parques,
y en las fábricas, y en los supermercados...
Allí transcurre la vida.
Allí transcurren seis días de la semana que no son domingo.
El domingo es el primer día de la semana
y en las calles seguiremos recorriendo el camino que comenzó en el templo de un domingo...
La Santa Cena de hoy es eso:
pan para el caminante...,
signo del banquete que celebraremos en el reino,
con el vino nuevo de las bodegas celestiales.
El cara-a-cara con tu Padre,
pondrá fin a todo sacramento.
¿Para qué necesitaremos signos,
teniendo frente a nosotros la realidad significada?
Pero, mientras caminamos hacia el Padre,
celebramos la Cena,
tu sacrificio.
El banquete de tu amor...,
de tu paz...,
de tu comunión...,
para poder vivir, como tú, en las calles...
Resúmen y adaptación: Red de Liturgia