La naturaleza caída del ser humano
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INTRODUCCION
La presencia del Mal en la historia es un hecho indiscutible y que no necesita comprobación, vivimos en medio de él y a menudo nosotros mismos somos su instrumento.
Frente a la realidad del Mal solo hay dos explicaciones para su ocurrencia y destino:
- Dualismo Metafisico: El Mal pertenece a la estructura misma del mundo, surgio con él, y solo desaparecerá cuando desaparesca el mundo”.
- Posición Cristiana: El mundo fue originalmente bueno y el Mal entró en la historia posteriormente, y el mundo puede ser liberado de él.
A fin de apreciar la obra que Jesucristo realizó es preciso que comprendamos quienes somos así como quien es El. Y sólo cuando hayamos diagnosticado la enfermedad con toda precisión estaremos dispuestos a tomar el medicamento recetado.
LA CAIDA
La creación, vista por Dios como algo “bueno en gran manera”, ha sido afectada por el pecado del hombre. (Gen. 1:31; Rom. 5:12).
1. La Naturaleza del Pecado.
El pecado es la expresión de un principio o poder opuesto al Creador. No es un infortunio que pueda explicarse en base a leyes naturales. Es una ruptura del hombre con su Hacedor y Señor .
a. Concepto Naturalista:
La posición naturalista o materialista afirma que el hombre sólo es una combinación accidental de particulas carentes de proposito, no hay pecado. solo hay “complejos” o “instintos” que lo determinan. El pecado es un termino de caracter moral inventado por la cultura humana, es una invensión.
b. Concepto Biblico:
Según Gen. 3:1-6 el pecado es fundamentalmente no obedecer o no cumplir la Ley de Dios, es una rebelión del hombre contra su Creador, un intento del ser Dios y vivir en autonomia de Dios.
Si no tenemos sentido o conciencia de pecado, no somos parte del público al cual se dirigió Jesucristo .
2. La Universalidad del pecado.
Si leemos el Salmo 14 podemos afirmár que la conciencia del Salmista le dice que si Dios se levantara en juicio contra los hombres, ni uno solo escaparía de la condenación. Salmo 14:1-3; 130:3; 143:2; Isaias 53:6; 64:6; Rom. 3:22; 1 Juan 1:8,10.
Si consideramos los Diez Mandamientos (Ex. 20:1-17) se trae a la luz un acusante catálogo de pecados, y es esta Ley la que expone nuestra condición de pecadores, y magnifica nuestra pecaminosidad, pues al no poder complirla perfectamente nos hacemos cumpables de toda la Ley (Stg. 2:10). Y todo esto es producto de la naturaleza caida del hombre, esa tendencia pecaminosa, esa rebeldia para con Dios para no buscarle ni obedecerle; por eso es que nuestra sociedad esta de mal en peor, debido a que la humanidad vive desesperadamente alienada de Dios.
¡Dios es santo, y nosotros por nuestros pecados merecemos la condenación!, este es el origen de la convicción de pecado, seamos “buenos” o malos.
¡Tantas cosas tienen lugar debajo de la superficie de nuestra vida, en los rincones de nuestra mente, que otras personas no ven y que hasta logramos ocultar de nosotros mismos! pero Dios ve todas estas cosas ... El nos ve tal como somos y su Ley pone de manifiesto la seriedad de nuestros pecados. En efecto el proposito de la Ley es exponer el pecado, la Ley nos hace saber que somos pecadores! . Rom. 3:20; Heb. 4:14.
3. El Pecado en la Historia.
Se ha llegado a afirmar que sin la caida la historia sería “un libro sin titulo, sin tapa y sin introducción”. Toda la historia está marcada por el pecado de Adán: un intento del hombre de hacerse Dios. Gen. 3:3-4.
a. Pecado y civilización moderna.
El Dr. Rene Padilla dijo: “La mentira del materialismo, con su intento de construir el Reino de Dios sin Dios, ha dado como resultado en nuestro tiempo, una civilización que niega a Dios, destruye la naturaleza y hace del hombre el lobo del hombre”. Y agrego: “El sistema mas poderoso en que el pecado de Adán se ha estructurado con el mundo moderno es la sociedad de consumo. Su dios es la producción; su religión, el utilitarismo; su dinamica, la técnica; su meta, el `nivel de vida’ ”.
b. Pecado y progreso.
El objetivo supremo de las naciones pobres es incorporarse al mundo moderno por la via del desarrollo económico y tecnológico.
“Este progreso, definido dentro del marco de referencia de una civilización que ha deificado la producción, no puede ser otra cosa que un progreso de la mentalidad consumista. El instrumento mas poderoso para lograrlo es la propaganda”, afirmó Rene Padilla.
Aquello que enorgullece al ser humano será utilizado por Dios para que sirva para su juicio (Rom. 1:18-32); y abandonado el ser humano para cumplir sus planes personales, solo gana deshumanizarse y degradarse. Es una civilización “sin Dios y sin esperanza”. No en vano el numero del anticristo es el 666, numero de hombre, es el sello del orgullo y la suficiencia del hombre, es aquello hacia lo que el diablo lo a empujado para su propia condenación.
LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO
El pecado afecta al hombre en todas sus relaciones, con Dios, con sigo mismo, con los demás y con la creación. Y porque todas sus relaciones estan deterioradas y degradadas, solo gana su propia destrucción.
1. La alienación respecto a Dios.
Gen. 3: 8-10 muestra al hombre que trata de esconderse de Dios.
“La alienación respecto a Dios está en la raiz de toda otra alienación. La alienación respecto a Dios es muerte”, afirma Rene Padilla.
No en vano el Señor al querer liberarnos nos manda: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mt. 22:37).
John Stott escribio: “Aunque por el momento no nos demos cuenta del hecho, la consecuencia más terrible del pecado es que nos aparta de Dios ... En realidad, apenas podemos imaginar lo pura y brillante que debe ser la gloria del Dios todopoderoso. Sin embargo, sabemos lo suficiente como para darnos cuenta de que el hombre pecador, mientras permanesca en sus pecados, no puede jamas acercarse a este Santo Dios. La boca de un gran abismo se abre entre el Dios justo y el hombre pecador ... El pecado acarrea separación inevitable, y esta separación es para el hombre “muerte”, muerte espiritual, separación de Dios, quien es la fuente de vida verdadera. El pago que da el pecado es la muerte (Rom. 6:23)”.
El infierno es una espantosa y terrible realidad. Nadie debe llamarse a equivocación sobre este asunto, es real. Mt. 25:30; Apoc. 20:14-15; Lc. 16:19-31
Hasta que nuestros pecados sean perdonados, estamos como exiliados, estamos lejos de nuestro verdadero hogar. En términos biblicos, estamos “perdidos”, “muertos a causa de nuestros delitos y pecados” que hemos cometido (Ef. 2:1). Esto es lo que causa la inquietud que existe en la gente hoy en día. En el corazón del hombre existe un sentido de busqueda, un hambre que sólo Dios puede satisfacer, un vacio que sólo El puede llenar, un vacio de amor, de lo trascendente, una necesidad de liberación, de perdon, de protección, de lo eterno, es decir de Dios.
La busqueda de satisfacción por el ser humano refleja la sed de Dios a la vez que la separación de El. Y Stott afirma que “Esta situación es indescriptiblemente trágica. El hombre no alcanza el destino para el cual fue hecho por Dios”.
2. Esclavitud al Yo
El pecado no solo aparta de Dios, esclaviza, nos somete, nos lleva cautivos.
Analizando la naturaleza interna del pecado podemos afirmar que es una corrupción alojada en las profundidades de nuestro ser, y los pecados que cometemos son manifestaciones externas y visibles de esta enfermedad interior e invisible, y por sierto, una enfermedad mortal. Mt. 12:33-35; Mr. 7:21-23; Jer. 17:9; Ga. 5:19-21.
Stott escribió: En efecto, la Biblia está llena de referencias a esta infección de la naturaleza humana o “pecado original”. Es una tendencia o predisposición hacia el egocentrismo, tendencia que heredamos, que está arraigada en lo profundo de la personalidad, y que se manifiesta de mil modos perversos. El apóstol Pablo la denominó “la carne”e hizo un inventario impresionante de sus “obras” o productos. (Ga. 5:19-21).
Debido a que el pecado es implica una corrupción interna de la naturaleza humana, estamos en esclavitud. (Jn. 8:31-34).
Deseamos vivir una vida buena, pero estamos encadenados en la prisión de nuestro egocentrismo, vivimos entorno a nuestro ego. Soy egoísta, buscando solo mí propio beneficio, cuando me miro constantemente y me concentro en mi buscandome, es porque no he encontrado mi identidad, aun no he aceptado mi “yo”, y vivo frustrado(a).
El origen de este egoísmo es la falta de una identidad, y Rene Padilla escribio en cuanto a esto: “El hombre no deriva su dignidad de los bienes que posee, ni del nombre que recibe de sus antepasados, ni de la clase social a la que pertenece, sino de su relación sui generis con Dios que le da un lugar sui generis en la creación”. Es por ello que las personas mas ferbientes en la fe no se concentran en si mismas, porque han encontrado su identidad, son concientes de ser dignos (Dios les devolvio la dignidad que el pecado les habia quitado) y se ven recibidos por Dios, lo cual les basta y sobra para ser dichosos(as), y ahora son desprendidos gracias al perdon de sus pecados y la redención (o rescate de su anterior amo) de sus vidas.
No importa cuánto nos jactemos de ser libres, en realidad somos esclavos. Un sermon no soluciona nada, la educación no es suficiente, necesitamos un salvador, un cambio de corazón.
3. Deshumanización
Carlos Wagner afirmó que: “Hay algo más raro que un gran hombre: es, un Hombre” . Y John Mackay escribio respecto a esto: “En verdad que es más fácil ser médico, abogado, literato, artista o ingeniero, que hombre. Y, por lo mismo de ser la profesión de hombre la única universal es ella a la vez la más básica e importante de las profesiones humanas”.
Siendo que biblicamente la humanidad de nuestra naturaleza tiene tres dimensiones o partes: espíritu, alma y cuerpo; al analizar cada parte vemos que en cuanto al cuerpo Jose Camacho escribió: “cuando lo que es esencial en el hombre se reduce a la mera satisfacción de los sentidos, esto es, al área de su expresión físico biológica o vida animal, el ser humano de deshumaniza y prostituye. De esta manera el cuerpo humano “maravillosamente hecho” por Dios, se bestializa y se convierte en recinto de bajas pasiones e incubadora de toda suerte de inmundicias” . En cuanto al alma se puede inferir que una vida desenfrenada, puramente animal, deshumanizante, tan solo causa profundas heridas, un tremendo desequilibrio emocional y mental (psíquico), debido a la sensación de culpabilidad, autorechazo, frustración, insatisfacción, inseguridad, fracaso, o desesperación. Y en lo que respecta a lo espiritual, a aquella parte por medio de la cual nos comunicamos con Dios (pneuma) y podemos responder al propósito de Dios y al destino para el cual fuímos creados, los terapeutas, en los centros de reabilitación de drogadictos y alcoholicos, han llegado a convencerse de la necesidad de agregar este elemento , lo espiritual, en las terapias, es decir la concideración de lo divino para la rehabilitación y salud emocional de las personas.
Es así que el pecado y todas sus manifestaciones en nuestra personalidad, en la cultura y en la sociedad logra deshumanizarnos, y así quedamos sumergidos en la barbarie de una vida que sufre las consecuencias de su autonomia de Dios, quien es fuente de amor, armonia, verdad, justicia y paz.
4. Conflicto con los demás
A raiz de la caida la comunión entre los seres humanos se perdio y sus relaciones se deterioraron como se observa en Gen. 3:10-12, 16, 20, y así surgio la explotación del hombre por el hombre, y las bases de las estructuras de injusticia y opreción. Hay pecado social y no sólo personal, y se requiere redimir no solo las micro relaciones (con nosotros mismos y con los demás) sino tambien las macro relaciones (las estructuras políticas, economicas, de administración de justicia, el estado de derecho, los beneficios sociales, con verdad y equidad).
La creencia en la “bondad innata en el hombre” ya no tienen lugar al contemplar la situación nacional e internacional. Ya no se habla tan sólo de libertad de expresión, sino tambien de libertad de corrupción. Mt. 22:37-40; Rom. 12:3
Stott escribió: “Este egocentrismo básico afecta toda nuestra conducta. No es fácil adaptarnos a los demás. Tendemos a despreciarlos o envidiarlos; somos víctimas de sentimientos de superioridad o inferioridad ... A veces estamos llenos de autocompasión, otras veces de autoestima, autoconfianza o amor propio”.
Walter Trobich escribió: “Podría formularse esto de una manera más extrema: el que no se ama a sí mismo es un egoísta. Tiene que hacerse necesariamente egoísta, pues, en cierto modo, se ve obligado a permanecer corriendo tras de sí, buscandose a sí mismo...Y así es como se hace egoísta”.
Para solucionar este problema de relaciones con nuestro prójimo el Señor nos mando: “Amarás a tu prójimo como a tí mismo” (Mt. 22:39).
La medida del amor que tengamos hacia los demás debe ser del mismo nivel del amor que tengamos hacia nosotros mismos.Y sólo uno puede amarse cuando se tiene por amado por Dios y recibido por El en virtud de haberse arrepentido y entregarse a Cristo, es así que uno se siente valioso y completo, adquiere una identidad, y ya no requiere seguir buscandose al fijarse morbosamente en si mismo, que es ser egoísta, y por el contrario es el origen para tener una actitud humilde y moderada, y así uno empiesa a pensar en los demás, a ser una persona dadivosa, amable, bondadosa, sencilla, optimista, confiada, entusiasta y llena de esperanza. Esta es una dimensión de aquella vida abundante que Cristo ofrece, la liberación de el poder de esa enfermedad mortal nacida el día de la caida del hombre, el pecado.
LA CONVICCION DE PECADO
El no señorio de Cristo es el origen de una serie de conductas y actividades pecaminosas, es como un gran arbol arraigado en nuestro ser, y la unica manera de ser librados de el es arrancandolo de raíz, operación que solo puede hacerla Dios.
Pero muchas personas no persiben mayor pesar por sus pecados. Esto es entendible, pues es logico que un hombre se jacte de ser buen saltarin cuando salta obstaculos de 20 cm. de alto; de semejante manera uno se considera tan pecador como los limites que uno mismo se haya establecido.
Hay muchas personas que son muy moralistas, muy nobles y correctas, y que piensan que porque son “un poco mejores” ya estan bien y no tienen por qué preocuparse. Esta es una creencia antibiblica y anticristiana. Y la verdad es que sea uno ateo o religioso, inmoral o moralista, recatado o desenfrenado, no estas mas cerca de Dios y de su gracia por ser más “bueno(a)” porque esencialmente es pecador(a). No basta con ser “bueno(a)”, o religioso(a). Pero el diablo quiere que la gente crea que si basta con eso, y lo está logrando. El diablo y la naturaleza humana caida son los principales inventores de filosofias de vida erradas, distorcionadas y peligrosas. Y el infierno estará lleno de gente que confió en alguna de esas filosofias.
No cabe duda que las buenas nuevas del evangelio son mas valoradas por las conciencias que estaban atormentadas y por la Gracia de Dios ya no. No en vano Cristo eseñó que es el más deudor el que más amará a quien le perdona la deuda (Lc. 7:41-43). En cuanto a esto Felipe Melanchthon escribio: “No puede negarse que cuando el corazón humano anda ocioso, libre de tentaciones y sin sentir todo el peso y toda la enorme trascendencia de la ira y el juicio divino, llega a figurarse que ama a Dios sobre todas las cosas y, también, que en su nombre lleva acabo muchas buenas obras. Pero, en realidad, un corazón tal es un corazón hipócrita” .
En virtud de esto es que este mensaje de buenas nuevas es para aquellos que sienten convicción de pecado, a este público es al que se dirigió Cristo para liberarlos. Es así que David escribió: ¡Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despeciaras tu, oh Dios! (Salmo 51:17 RV). Este es el punto de partida y el requisito para comprender la obra de Cristo en la cruz, a fin de recibir la salvación que solo Cristo otorga, y gratuitamente, gracias al inmenso amor que Dios tiene para con la raza humana.
La presencia del Mal en la historia es un hecho indiscutible y que no necesita comprobación, vivimos en medio de él y a menudo nosotros mismos somos su instrumento.
Frente a la realidad del Mal solo hay dos explicaciones para su ocurrencia y destino:
- Dualismo Metafisico: El Mal pertenece a la estructura misma del mundo, surgio con él, y solo desaparecerá cuando desaparesca el mundo”.
- Posición Cristiana: El mundo fue originalmente bueno y el Mal entró en la historia posteriormente, y el mundo puede ser liberado de él.
A fin de apreciar la obra que Jesucristo realizó es preciso que comprendamos quienes somos así como quien es El. Y sólo cuando hayamos diagnosticado la enfermedad con toda precisión estaremos dispuestos a tomar el medicamento recetado.
LA CAIDA
La creación, vista por Dios como algo “bueno en gran manera”, ha sido afectada por el pecado del hombre. (Gen. 1:31; Rom. 5:12).
1. La Naturaleza del Pecado.
El pecado es la expresión de un principio o poder opuesto al Creador. No es un infortunio que pueda explicarse en base a leyes naturales. Es una ruptura del hombre con su Hacedor y Señor .
a. Concepto Naturalista:
La posición naturalista o materialista afirma que el hombre sólo es una combinación accidental de particulas carentes de proposito, no hay pecado. solo hay “complejos” o “instintos” que lo determinan. El pecado es un termino de caracter moral inventado por la cultura humana, es una invensión.
b. Concepto Biblico:
Según Gen. 3:1-6 el pecado es fundamentalmente no obedecer o no cumplir la Ley de Dios, es una rebelión del hombre contra su Creador, un intento del ser Dios y vivir en autonomia de Dios.
Si no tenemos sentido o conciencia de pecado, no somos parte del público al cual se dirigió Jesucristo .
2. La Universalidad del pecado.
Si leemos el Salmo 14 podemos afirmár que la conciencia del Salmista le dice que si Dios se levantara en juicio contra los hombres, ni uno solo escaparía de la condenación. Salmo 14:1-3; 130:3; 143:2; Isaias 53:6; 64:6; Rom. 3:22; 1 Juan 1:8,10.
Si consideramos los Diez Mandamientos (Ex. 20:1-17) se trae a la luz un acusante catálogo de pecados, y es esta Ley la que expone nuestra condición de pecadores, y magnifica nuestra pecaminosidad, pues al no poder complirla perfectamente nos hacemos cumpables de toda la Ley (Stg. 2:10). Y todo esto es producto de la naturaleza caida del hombre, esa tendencia pecaminosa, esa rebeldia para con Dios para no buscarle ni obedecerle; por eso es que nuestra sociedad esta de mal en peor, debido a que la humanidad vive desesperadamente alienada de Dios.
¡Dios es santo, y nosotros por nuestros pecados merecemos la condenación!, este es el origen de la convicción de pecado, seamos “buenos” o malos.
¡Tantas cosas tienen lugar debajo de la superficie de nuestra vida, en los rincones de nuestra mente, que otras personas no ven y que hasta logramos ocultar de nosotros mismos! pero Dios ve todas estas cosas ... El nos ve tal como somos y su Ley pone de manifiesto la seriedad de nuestros pecados. En efecto el proposito de la Ley es exponer el pecado, la Ley nos hace saber que somos pecadores! . Rom. 3:20; Heb. 4:14.
3. El Pecado en la Historia.
Se ha llegado a afirmar que sin la caida la historia sería “un libro sin titulo, sin tapa y sin introducción”. Toda la historia está marcada por el pecado de Adán: un intento del hombre de hacerse Dios. Gen. 3:3-4.
a. Pecado y civilización moderna.
El Dr. Rene Padilla dijo: “La mentira del materialismo, con su intento de construir el Reino de Dios sin Dios, ha dado como resultado en nuestro tiempo, una civilización que niega a Dios, destruye la naturaleza y hace del hombre el lobo del hombre”. Y agrego: “El sistema mas poderoso en que el pecado de Adán se ha estructurado con el mundo moderno es la sociedad de consumo. Su dios es la producción; su religión, el utilitarismo; su dinamica, la técnica; su meta, el `nivel de vida’ ”.
b. Pecado y progreso.
El objetivo supremo de las naciones pobres es incorporarse al mundo moderno por la via del desarrollo económico y tecnológico.
“Este progreso, definido dentro del marco de referencia de una civilización que ha deificado la producción, no puede ser otra cosa que un progreso de la mentalidad consumista. El instrumento mas poderoso para lograrlo es la propaganda”, afirmó Rene Padilla.
Aquello que enorgullece al ser humano será utilizado por Dios para que sirva para su juicio (Rom. 1:18-32); y abandonado el ser humano para cumplir sus planes personales, solo gana deshumanizarse y degradarse. Es una civilización “sin Dios y sin esperanza”. No en vano el numero del anticristo es el 666, numero de hombre, es el sello del orgullo y la suficiencia del hombre, es aquello hacia lo que el diablo lo a empujado para su propia condenación.
LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO
El pecado afecta al hombre en todas sus relaciones, con Dios, con sigo mismo, con los demás y con la creación. Y porque todas sus relaciones estan deterioradas y degradadas, solo gana su propia destrucción.
1. La alienación respecto a Dios.
Gen. 3: 8-10 muestra al hombre que trata de esconderse de Dios.
“La alienación respecto a Dios está en la raiz de toda otra alienación. La alienación respecto a Dios es muerte”, afirma Rene Padilla.
No en vano el Señor al querer liberarnos nos manda: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mt. 22:37).
John Stott escribio: “Aunque por el momento no nos demos cuenta del hecho, la consecuencia más terrible del pecado es que nos aparta de Dios ... En realidad, apenas podemos imaginar lo pura y brillante que debe ser la gloria del Dios todopoderoso. Sin embargo, sabemos lo suficiente como para darnos cuenta de que el hombre pecador, mientras permanesca en sus pecados, no puede jamas acercarse a este Santo Dios. La boca de un gran abismo se abre entre el Dios justo y el hombre pecador ... El pecado acarrea separación inevitable, y esta separación es para el hombre “muerte”, muerte espiritual, separación de Dios, quien es la fuente de vida verdadera. El pago que da el pecado es la muerte (Rom. 6:23)”.
El infierno es una espantosa y terrible realidad. Nadie debe llamarse a equivocación sobre este asunto, es real. Mt. 25:30; Apoc. 20:14-15; Lc. 16:19-31
Hasta que nuestros pecados sean perdonados, estamos como exiliados, estamos lejos de nuestro verdadero hogar. En términos biblicos, estamos “perdidos”, “muertos a causa de nuestros delitos y pecados” que hemos cometido (Ef. 2:1). Esto es lo que causa la inquietud que existe en la gente hoy en día. En el corazón del hombre existe un sentido de busqueda, un hambre que sólo Dios puede satisfacer, un vacio que sólo El puede llenar, un vacio de amor, de lo trascendente, una necesidad de liberación, de perdon, de protección, de lo eterno, es decir de Dios.
La busqueda de satisfacción por el ser humano refleja la sed de Dios a la vez que la separación de El. Y Stott afirma que “Esta situación es indescriptiblemente trágica. El hombre no alcanza el destino para el cual fue hecho por Dios”.
2. Esclavitud al Yo
El pecado no solo aparta de Dios, esclaviza, nos somete, nos lleva cautivos.
Analizando la naturaleza interna del pecado podemos afirmar que es una corrupción alojada en las profundidades de nuestro ser, y los pecados que cometemos son manifestaciones externas y visibles de esta enfermedad interior e invisible, y por sierto, una enfermedad mortal. Mt. 12:33-35; Mr. 7:21-23; Jer. 17:9; Ga. 5:19-21.
Stott escribió: En efecto, la Biblia está llena de referencias a esta infección de la naturaleza humana o “pecado original”. Es una tendencia o predisposición hacia el egocentrismo, tendencia que heredamos, que está arraigada en lo profundo de la personalidad, y que se manifiesta de mil modos perversos. El apóstol Pablo la denominó “la carne”e hizo un inventario impresionante de sus “obras” o productos. (Ga. 5:19-21).
Debido a que el pecado es implica una corrupción interna de la naturaleza humana, estamos en esclavitud. (Jn. 8:31-34).
Deseamos vivir una vida buena, pero estamos encadenados en la prisión de nuestro egocentrismo, vivimos entorno a nuestro ego. Soy egoísta, buscando solo mí propio beneficio, cuando me miro constantemente y me concentro en mi buscandome, es porque no he encontrado mi identidad, aun no he aceptado mi “yo”, y vivo frustrado(a).
El origen de este egoísmo es la falta de una identidad, y Rene Padilla escribio en cuanto a esto: “El hombre no deriva su dignidad de los bienes que posee, ni del nombre que recibe de sus antepasados, ni de la clase social a la que pertenece, sino de su relación sui generis con Dios que le da un lugar sui generis en la creación”. Es por ello que las personas mas ferbientes en la fe no se concentran en si mismas, porque han encontrado su identidad, son concientes de ser dignos (Dios les devolvio la dignidad que el pecado les habia quitado) y se ven recibidos por Dios, lo cual les basta y sobra para ser dichosos(as), y ahora son desprendidos gracias al perdon de sus pecados y la redención (o rescate de su anterior amo) de sus vidas.
No importa cuánto nos jactemos de ser libres, en realidad somos esclavos. Un sermon no soluciona nada, la educación no es suficiente, necesitamos un salvador, un cambio de corazón.
3. Deshumanización
Carlos Wagner afirmó que: “Hay algo más raro que un gran hombre: es, un Hombre” . Y John Mackay escribio respecto a esto: “En verdad que es más fácil ser médico, abogado, literato, artista o ingeniero, que hombre. Y, por lo mismo de ser la profesión de hombre la única universal es ella a la vez la más básica e importante de las profesiones humanas”.
Siendo que biblicamente la humanidad de nuestra naturaleza tiene tres dimensiones o partes: espíritu, alma y cuerpo; al analizar cada parte vemos que en cuanto al cuerpo Jose Camacho escribió: “cuando lo que es esencial en el hombre se reduce a la mera satisfacción de los sentidos, esto es, al área de su expresión físico biológica o vida animal, el ser humano de deshumaniza y prostituye. De esta manera el cuerpo humano “maravillosamente hecho” por Dios, se bestializa y se convierte en recinto de bajas pasiones e incubadora de toda suerte de inmundicias” . En cuanto al alma se puede inferir que una vida desenfrenada, puramente animal, deshumanizante, tan solo causa profundas heridas, un tremendo desequilibrio emocional y mental (psíquico), debido a la sensación de culpabilidad, autorechazo, frustración, insatisfacción, inseguridad, fracaso, o desesperación. Y en lo que respecta a lo espiritual, a aquella parte por medio de la cual nos comunicamos con Dios (pneuma) y podemos responder al propósito de Dios y al destino para el cual fuímos creados, los terapeutas, en los centros de reabilitación de drogadictos y alcoholicos, han llegado a convencerse de la necesidad de agregar este elemento , lo espiritual, en las terapias, es decir la concideración de lo divino para la rehabilitación y salud emocional de las personas.
Es así que el pecado y todas sus manifestaciones en nuestra personalidad, en la cultura y en la sociedad logra deshumanizarnos, y así quedamos sumergidos en la barbarie de una vida que sufre las consecuencias de su autonomia de Dios, quien es fuente de amor, armonia, verdad, justicia y paz.
4. Conflicto con los demás
A raiz de la caida la comunión entre los seres humanos se perdio y sus relaciones se deterioraron como se observa en Gen. 3:10-12, 16, 20, y así surgio la explotación del hombre por el hombre, y las bases de las estructuras de injusticia y opreción. Hay pecado social y no sólo personal, y se requiere redimir no solo las micro relaciones (con nosotros mismos y con los demás) sino tambien las macro relaciones (las estructuras políticas, economicas, de administración de justicia, el estado de derecho, los beneficios sociales, con verdad y equidad).
La creencia en la “bondad innata en el hombre” ya no tienen lugar al contemplar la situación nacional e internacional. Ya no se habla tan sólo de libertad de expresión, sino tambien de libertad de corrupción. Mt. 22:37-40; Rom. 12:3
Stott escribió: “Este egocentrismo básico afecta toda nuestra conducta. No es fácil adaptarnos a los demás. Tendemos a despreciarlos o envidiarlos; somos víctimas de sentimientos de superioridad o inferioridad ... A veces estamos llenos de autocompasión, otras veces de autoestima, autoconfianza o amor propio”.
Walter Trobich escribió: “Podría formularse esto de una manera más extrema: el que no se ama a sí mismo es un egoísta. Tiene que hacerse necesariamente egoísta, pues, en cierto modo, se ve obligado a permanecer corriendo tras de sí, buscandose a sí mismo...Y así es como se hace egoísta”.
Para solucionar este problema de relaciones con nuestro prójimo el Señor nos mando: “Amarás a tu prójimo como a tí mismo” (Mt. 22:39).
La medida del amor que tengamos hacia los demás debe ser del mismo nivel del amor que tengamos hacia nosotros mismos.Y sólo uno puede amarse cuando se tiene por amado por Dios y recibido por El en virtud de haberse arrepentido y entregarse a Cristo, es así que uno se siente valioso y completo, adquiere una identidad, y ya no requiere seguir buscandose al fijarse morbosamente en si mismo, que es ser egoísta, y por el contrario es el origen para tener una actitud humilde y moderada, y así uno empiesa a pensar en los demás, a ser una persona dadivosa, amable, bondadosa, sencilla, optimista, confiada, entusiasta y llena de esperanza. Esta es una dimensión de aquella vida abundante que Cristo ofrece, la liberación de el poder de esa enfermedad mortal nacida el día de la caida del hombre, el pecado.
LA CONVICCION DE PECADO
El no señorio de Cristo es el origen de una serie de conductas y actividades pecaminosas, es como un gran arbol arraigado en nuestro ser, y la unica manera de ser librados de el es arrancandolo de raíz, operación que solo puede hacerla Dios.
Pero muchas personas no persiben mayor pesar por sus pecados. Esto es entendible, pues es logico que un hombre se jacte de ser buen saltarin cuando salta obstaculos de 20 cm. de alto; de semejante manera uno se considera tan pecador como los limites que uno mismo se haya establecido.
Hay muchas personas que son muy moralistas, muy nobles y correctas, y que piensan que porque son “un poco mejores” ya estan bien y no tienen por qué preocuparse. Esta es una creencia antibiblica y anticristiana. Y la verdad es que sea uno ateo o religioso, inmoral o moralista, recatado o desenfrenado, no estas mas cerca de Dios y de su gracia por ser más “bueno(a)” porque esencialmente es pecador(a). No basta con ser “bueno(a)”, o religioso(a). Pero el diablo quiere que la gente crea que si basta con eso, y lo está logrando. El diablo y la naturaleza humana caida son los principales inventores de filosofias de vida erradas, distorcionadas y peligrosas. Y el infierno estará lleno de gente que confió en alguna de esas filosofias.
No cabe duda que las buenas nuevas del evangelio son mas valoradas por las conciencias que estaban atormentadas y por la Gracia de Dios ya no. No en vano Cristo eseñó que es el más deudor el que más amará a quien le perdona la deuda (Lc. 7:41-43). En cuanto a esto Felipe Melanchthon escribio: “No puede negarse que cuando el corazón humano anda ocioso, libre de tentaciones y sin sentir todo el peso y toda la enorme trascendencia de la ira y el juicio divino, llega a figurarse que ama a Dios sobre todas las cosas y, también, que en su nombre lleva acabo muchas buenas obras. Pero, en realidad, un corazón tal es un corazón hipócrita” .
En virtud de esto es que este mensaje de buenas nuevas es para aquellos que sienten convicción de pecado, a este público es al que se dirigió Cristo para liberarlos. Es así que David escribió: ¡Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despeciaras tu, oh Dios! (Salmo 51:17 RV). Este es el punto de partida y el requisito para comprender la obra de Cristo en la cruz, a fin de recibir la salvación que solo Cristo otorga, y gratuitamente, gracias al inmenso amor que Dios tiene para con la raza humana.