La madre meciendo a su niño

¿Queréis contemplar el cuadro
de amor paciente y sublime,
en donde se escucha el canto
del fiel corazón que gime?

¿Queréis palpar la ternura
que es miel que endulza la vida,
que disipa la amargura
y venda la cruel herida?

¿Queréis ver el sacrificio
que vale más que el diamante
porque siempre esta propicio
al dolor del tierno infante?

¿Queréis tener una idea
del trabajo del amor,
que en donde quiera que sea
deja paz alrededor?

¿Queréis sentir un poquito
del cielo aqui en la tierra,
y oir el férvido grito
de quien no quiere la guerra?

Entonces venid conmigo
al recinto del hogar;
alli una madre con su hijo
se les puede contemplar.

Ella esta regocijada
con el hijo de su amor,
se le ve ilusionada
pues para ella es un primor.

En sus brazos de mujer
meciendo a su niño está,
y lo mira con placer
por el gozo que le da.

No todo es tristeza en la vida,
no solo reina el dolor,
por cada madre querida
existe un hijo de amor.

La madre cuida a su niño
cual si fuese tierna flor;
le prodiga su cariño
el es su dicha mejor.