La iglesia, un pueblo sacerdotal
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Texto Base: “Cristo es la Piedra viva, rechazada por los seres humanos pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercarse a él, también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se esta edificando una casa espiritual. De ese modo llegan a ser un sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo. Así dice la Escritura: Miren que pongo en Sion una piedra principal escogida y preciosa y el que confíe en ella no será defraudado”. “Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamo de las tinieblas a su luz admirable. Ustedes antes, ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido.” (1era. Pedro 2:4-6, 9-10.)
Sacerdotes.¿Quiénes son?
Son personas preparadas y habilitadas para celebrar actos rituales generalmente en templos dedicados a una deidad. Son nexo entre los hombres y las deidades. En el pueblo de Israel (A.T.) los que creían, necesitaban un sacerdote que mediara entre ellos y Dios, valiéndose de un servicio en el altar. También tenían un Sumo Sacerdote que hacia de intermediario en el lugar santísimo del tabernáculo, primero luego en el del templo.
¿Qué nos dice el apóstol Pedro? ¡Todos somos sacerdotes!. En el N.T. solo existe un “pueblo de Dios”, y no hay un sacerdocio especializado. El liderazgo organizador de la iglesia es solo funcional es decir esta ahí para servir y capacitar al pueblo entero para su ministerio. En las primitivas congregaciones no encontramos ninguno de los atavíos de la jerarquía.
La carta a los Hebreos 4:14 5:107:279:10 nos enseña que Cristo es hoy nuestro “Sumo Sacerdote” y que por todo lo que el hizo por nosotros en la tierra hace unos 2 mil años, nosotros hoy tenemos acceso inmediato a Dios sin necesidad de intermediarios. El único sacerdocio con validez perdurable del que se habla en el N.T. es el sacerdocio de todos los que creen en la obra de Jesucristo a favor suyo sean laicos o sean clérigos.
Consideremos la estructura organizativa o institucional de la iglesia.
Esta estructura puede estar para asegurar su mantenimiento o existencia, hasta su supervivencia o estar al servicio del llamado de la iglesia. Algunos piensan que la Iglesia existe solo cuando mantiene ciertas formas organizacionales, oficios o sucesiones históricas. Se busca mas la esencia de la Iglesia en su definición organizacional que en su misión. Solamente la reconocen cuando garantiza cierta estructura jerárquica. Viendo estamentos espirituales, en que sus miembros consideran como más espirituales a aquellos que han aceptado disciplinarse mas exigentemente.
Realmente, la iglesia ha sido llamada a dar el testimonio encarnado, tanto en el aspecto individual, como en el comunitario. Este testimonio (de las obras maravillosas de Dios) define la vida comunitaria, la actividad como el propósito de vida de cada cristiano.
Problema del clero versus laicos. ¿Cómo se originó?
La autoridad de los apóstoles no era jerárquica, sino evangélica (las buenas noticias acerca de Dios): son los testigos presenciales del evangelio y, por ende, sus principales mensajeros. Su proclamación tiene autoridad no a causa de “su oficio”, sino a causa de su experiencia y vivencia con Cristo y el encargo que Él les dio: de ser los testigos iniciales a partir de cuyo ministerio había de surgir la iglesia.
La misión de del conjunto de los bautizados (identificados con la muerte de Cristo) es ser, realizar y decir el testimonio encarnado al cual han sido llamados. en el mundo en que han sido colocados.
Problema: cuando alguna estructura jerárquica se establece a sí misma, de un modo muy sutil y real, le quita a los laicos la responsabilidad de la misión. Casi invariablemente, el cristiano comienza a sentir que solo necesita asegurarse de que los “cristianos profesionales” cumplan con su tarea, y entonces queda cumplida su propia obligación cristiana. Pero si cada cristiano de entiende a sí mismo como un evangelista, como un testigo encarnacional, entonces la Iglesia debe corregir el sentido total de su organización.. Así se necesita cambiar la auto interpretación de los cristianos: de dejar de ser un receptor de beneficios dados por la Iglesia, por una verdadera interpretación: como siervos, testigos, encarnación de las Buenas Noticias de Dios en este mundo que busca a todo aquel que se ha perdido y esta lejos de el. NECESITAMOS CAMBIAR NUESTRAS EXPECTATIVAS Y ACTUITUDES RESPECTO A LA IGLESIA.
Los cambios se verán cuando los cristianos comencemos a hablar de la iglesia como “nosotros” y no como “ellos”. Queremos hablar del Espíritu Santo mas como el Maestro y Consejero, que como el Consolador. Sabremos que todos los cristianos, y no solo unos pocos, están llamados a la “obra del ministerio”, y están incluidos en él “todos” de Efesios 4:13, para quienes el propósito es que todos lleguemos “a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios”.
El llamado
Llamados a: ,” para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamo de las tinieblas a su luz admirable.”
Otro problema: Cuando la iglesia comenzó a verse a sí misma como una institución que comunicaba los beneficios de la salvación y a dispensar esa salvación, se alejó mucho de su llamado original. Sus miembros se abocaron a obedecer reglas y las normas establecidas, y la participación en los ritos de la iglesia. Hacer estas cosas significaba obtener la seguridad de la propia salvación. La indulgencia era el modo en que la iglesia repartía a sus miembros los presuntos beneficios de la gracia almacenados en sus tesoros espirituales, para compensar las deficiencias de esos miembros, que los iban a mantener a ellos (o a sus seres queridos) en el purgatorio.¡La gracia de Dios se había convertido en una cosa que la iglesia podía poseer y distribuir! La Iglesia ha sido convocada, apartada y capacitada para testimoniar la salvación de Dios desde que el hombre le fallo y que esta completando Dios para todo lo que el ha creado.
Con esta equivocación, la iglesia se abrumo con una enorme carga, se concentro en si misma, busco demostrar su perfección, , olvidando que su credibilidad no estriba en buscar demostrar su perfección sino en mostrar su obediencia, su disposición a ser utilizada por Dios, su crecimiento hacia la consumación de lo que Dios ha prometido.
Cuando la iglesia se interpreta a sí misma en función del testimonio, entonces puede servir, puede amar, puede evangelizar, y puede cambiar... con toda la confianza en Dios, ..”que él será fiel para completar la obra que ya ha iniciado, hasta finalizarla”
Estar siempre dispuestos a dar razón a los que nos preguntan lo que creemos y esperamos, o la razón de nuestra conducta, no es la actitud combativa de decirle a los otros que somos “mejores” o “que somos salvos”, sino mas bien poder hablar del gran amor de Dios, de su involucramiento en las vidas humanas, de las maravillas que sigue haciendo diariamente en las vidas de muchos, como cambia una vida, como le da sentido, como perdona y da una paz inimaginable.
¿Cómo vamos a capacitarnos para ser, realizar y decir el testimonio?
Nos concentraremos en estudio de lo que dice Dios en su Palabra, nuestro culto sacerdotal comienza con una capacitación para el testimonio. No dejando que haya una división entre el testimonio de “palabra” al de la “obra”, recurriendo a los dones de todos nuestros miembros y dejando que el Espíritu Santo los use para llevar a cabo los propósitos de la gracia de Dios.
A la luz de nuestro sacerdocio y de nuestra misión ¿acaso no cambia nuestra visión acerca de la imagen histórica que ha cobrado la iglesia? El escritor Darel Gouder, cuyo libro “Testigos de Jesucristo” hemos seguido en esta serie de mensajes, desarrolla la actitud de vernos a nosotros mismos como un “templo” o como un “tabernáculo” de la Antigua Alianza.. El templo nos indica un edificio inmóvil, un centro de actividades religiosas, incluye una sede central de una elite o profesionales de la religión. Tiende a ser un fin en sí mismo, un edificio que alberga una organización cuyo compromiso es a continuar siendo como lo que ya es. Los tabernáculos en cambio, son una expresión singular de la fe de un pueblo. La “iglesia-tienda” no era permanente, sino que se movía con el pueblo dondequiera que ellos siguieran la guía de Dios para pasar a nuevas tierras. Todo allí se centraba en la presencia de Dios, en las acciones a favor de ellos, y en su voluntad y su dirección para el futuro. Estaba diseñado y capacitado para ser móvil, para responder al cambio y para proveer el peregrinaje desde la tierra de esclavitud a la tierra de promisión. Pedro mismo, al inicio de su carta, les habla como forasteros o peregrinos respaldando esta imagen de movilidad. Los primeros cristianos se apodaron como “los seguidores del Camino”.
En lugar de entenderse como un pueblo peregrino, que seguía a Dios a través de la historia, la Iglesia se veía como una gran presencia inmutable y permanente en el mundo, que garantizaba aquellas realidades centrales y sagradas que el curso azaroso de la historia no debía afectar. ¡No caigamos nosotros en la mentalidad de “templo”! 1No somos consumidores de servicios religiosos provistos por personal profesional, sino verdaderos sacerdotes que buscan toda oportunidad de vincular a otros con nuestro gran Dios! La iglesia del tabernáculo, la del testimonio vivo, deberá ser una “iglesia-tienda” que se mueve entre el pueblo y hace allí frente a Dios en su mismo seno. No se atará a su contexto cultural ni histórico, sino siempre sabrá que su destino esta mas allá del tiempo. ¡ Irá, y no esperara a que vengan!.
¡Cuan grande y maravillosa es esta realidad del sacerdocio que en los cielos hay una eclosión expresada en un cántico nunca antes oído: “Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos porque tu fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.” Apoc.5:9-10 Ver también 1:6.
Sacerdotes.¿Quiénes son?
Son personas preparadas y habilitadas para celebrar actos rituales generalmente en templos dedicados a una deidad. Son nexo entre los hombres y las deidades. En el pueblo de Israel (A.T.) los que creían, necesitaban un sacerdote que mediara entre ellos y Dios, valiéndose de un servicio en el altar. También tenían un Sumo Sacerdote que hacia de intermediario en el lugar santísimo del tabernáculo, primero luego en el del templo.
¿Qué nos dice el apóstol Pedro? ¡Todos somos sacerdotes!. En el N.T. solo existe un “pueblo de Dios”, y no hay un sacerdocio especializado. El liderazgo organizador de la iglesia es solo funcional es decir esta ahí para servir y capacitar al pueblo entero para su ministerio. En las primitivas congregaciones no encontramos ninguno de los atavíos de la jerarquía.
La carta a los Hebreos 4:14 5:107:279:10 nos enseña que Cristo es hoy nuestro “Sumo Sacerdote” y que por todo lo que el hizo por nosotros en la tierra hace unos 2 mil años, nosotros hoy tenemos acceso inmediato a Dios sin necesidad de intermediarios. El único sacerdocio con validez perdurable del que se habla en el N.T. es el sacerdocio de todos los que creen en la obra de Jesucristo a favor suyo sean laicos o sean clérigos.
Consideremos la estructura organizativa o institucional de la iglesia.
Esta estructura puede estar para asegurar su mantenimiento o existencia, hasta su supervivencia o estar al servicio del llamado de la iglesia. Algunos piensan que la Iglesia existe solo cuando mantiene ciertas formas organizacionales, oficios o sucesiones históricas. Se busca mas la esencia de la Iglesia en su definición organizacional que en su misión. Solamente la reconocen cuando garantiza cierta estructura jerárquica. Viendo estamentos espirituales, en que sus miembros consideran como más espirituales a aquellos que han aceptado disciplinarse mas exigentemente.
Realmente, la iglesia ha sido llamada a dar el testimonio encarnado, tanto en el aspecto individual, como en el comunitario. Este testimonio (de las obras maravillosas de Dios) define la vida comunitaria, la actividad como el propósito de vida de cada cristiano.
Problema del clero versus laicos. ¿Cómo se originó?
La autoridad de los apóstoles no era jerárquica, sino evangélica (las buenas noticias acerca de Dios): son los testigos presenciales del evangelio y, por ende, sus principales mensajeros. Su proclamación tiene autoridad no a causa de “su oficio”, sino a causa de su experiencia y vivencia con Cristo y el encargo que Él les dio: de ser los testigos iniciales a partir de cuyo ministerio había de surgir la iglesia.
La misión de del conjunto de los bautizados (identificados con la muerte de Cristo) es ser, realizar y decir el testimonio encarnado al cual han sido llamados. en el mundo en que han sido colocados.
Problema: cuando alguna estructura jerárquica se establece a sí misma, de un modo muy sutil y real, le quita a los laicos la responsabilidad de la misión. Casi invariablemente, el cristiano comienza a sentir que solo necesita asegurarse de que los “cristianos profesionales” cumplan con su tarea, y entonces queda cumplida su propia obligación cristiana. Pero si cada cristiano de entiende a sí mismo como un evangelista, como un testigo encarnacional, entonces la Iglesia debe corregir el sentido total de su organización.. Así se necesita cambiar la auto interpretación de los cristianos: de dejar de ser un receptor de beneficios dados por la Iglesia, por una verdadera interpretación: como siervos, testigos, encarnación de las Buenas Noticias de Dios en este mundo que busca a todo aquel que se ha perdido y esta lejos de el. NECESITAMOS CAMBIAR NUESTRAS EXPECTATIVAS Y ACTUITUDES RESPECTO A LA IGLESIA.
Los cambios se verán cuando los cristianos comencemos a hablar de la iglesia como “nosotros” y no como “ellos”. Queremos hablar del Espíritu Santo mas como el Maestro y Consejero, que como el Consolador. Sabremos que todos los cristianos, y no solo unos pocos, están llamados a la “obra del ministerio”, y están incluidos en él “todos” de Efesios 4:13, para quienes el propósito es que todos lleguemos “a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios”.
El llamado
Llamados a: ,” para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamo de las tinieblas a su luz admirable.”
Otro problema: Cuando la iglesia comenzó a verse a sí misma como una institución que comunicaba los beneficios de la salvación y a dispensar esa salvación, se alejó mucho de su llamado original. Sus miembros se abocaron a obedecer reglas y las normas establecidas, y la participación en los ritos de la iglesia. Hacer estas cosas significaba obtener la seguridad de la propia salvación. La indulgencia era el modo en que la iglesia repartía a sus miembros los presuntos beneficios de la gracia almacenados en sus tesoros espirituales, para compensar las deficiencias de esos miembros, que los iban a mantener a ellos (o a sus seres queridos) en el purgatorio.¡La gracia de Dios se había convertido en una cosa que la iglesia podía poseer y distribuir! La Iglesia ha sido convocada, apartada y capacitada para testimoniar la salvación de Dios desde que el hombre le fallo y que esta completando Dios para todo lo que el ha creado.
Con esta equivocación, la iglesia se abrumo con una enorme carga, se concentro en si misma, busco demostrar su perfección, , olvidando que su credibilidad no estriba en buscar demostrar su perfección sino en mostrar su obediencia, su disposición a ser utilizada por Dios, su crecimiento hacia la consumación de lo que Dios ha prometido.
Cuando la iglesia se interpreta a sí misma en función del testimonio, entonces puede servir, puede amar, puede evangelizar, y puede cambiar... con toda la confianza en Dios, ..”que él será fiel para completar la obra que ya ha iniciado, hasta finalizarla”
Estar siempre dispuestos a dar razón a los que nos preguntan lo que creemos y esperamos, o la razón de nuestra conducta, no es la actitud combativa de decirle a los otros que somos “mejores” o “que somos salvos”, sino mas bien poder hablar del gran amor de Dios, de su involucramiento en las vidas humanas, de las maravillas que sigue haciendo diariamente en las vidas de muchos, como cambia una vida, como le da sentido, como perdona y da una paz inimaginable.
¿Cómo vamos a capacitarnos para ser, realizar y decir el testimonio?
Nos concentraremos en estudio de lo que dice Dios en su Palabra, nuestro culto sacerdotal comienza con una capacitación para el testimonio. No dejando que haya una división entre el testimonio de “palabra” al de la “obra”, recurriendo a los dones de todos nuestros miembros y dejando que el Espíritu Santo los use para llevar a cabo los propósitos de la gracia de Dios.
A la luz de nuestro sacerdocio y de nuestra misión ¿acaso no cambia nuestra visión acerca de la imagen histórica que ha cobrado la iglesia? El escritor Darel Gouder, cuyo libro “Testigos de Jesucristo” hemos seguido en esta serie de mensajes, desarrolla la actitud de vernos a nosotros mismos como un “templo” o como un “tabernáculo” de la Antigua Alianza.. El templo nos indica un edificio inmóvil, un centro de actividades religiosas, incluye una sede central de una elite o profesionales de la religión. Tiende a ser un fin en sí mismo, un edificio que alberga una organización cuyo compromiso es a continuar siendo como lo que ya es. Los tabernáculos en cambio, son una expresión singular de la fe de un pueblo. La “iglesia-tienda” no era permanente, sino que se movía con el pueblo dondequiera que ellos siguieran la guía de Dios para pasar a nuevas tierras. Todo allí se centraba en la presencia de Dios, en las acciones a favor de ellos, y en su voluntad y su dirección para el futuro. Estaba diseñado y capacitado para ser móvil, para responder al cambio y para proveer el peregrinaje desde la tierra de esclavitud a la tierra de promisión. Pedro mismo, al inicio de su carta, les habla como forasteros o peregrinos respaldando esta imagen de movilidad. Los primeros cristianos se apodaron como “los seguidores del Camino”.
En lugar de entenderse como un pueblo peregrino, que seguía a Dios a través de la historia, la Iglesia se veía como una gran presencia inmutable y permanente en el mundo, que garantizaba aquellas realidades centrales y sagradas que el curso azaroso de la historia no debía afectar. ¡No caigamos nosotros en la mentalidad de “templo”! 1No somos consumidores de servicios religiosos provistos por personal profesional, sino verdaderos sacerdotes que buscan toda oportunidad de vincular a otros con nuestro gran Dios! La iglesia del tabernáculo, la del testimonio vivo, deberá ser una “iglesia-tienda” que se mueve entre el pueblo y hace allí frente a Dios en su mismo seno. No se atará a su contexto cultural ni histórico, sino siempre sabrá que su destino esta mas allá del tiempo. ¡ Irá, y no esperara a que vengan!.
¡Cuan grande y maravillosa es esta realidad del sacerdocio que en los cielos hay una eclosión expresada en un cántico nunca antes oído: “Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos porque tu fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.” Apoc.5:9-10 Ver también 1:6.