La divina verdad

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El ritmo de una voz, la melodiosa
vibración de un arpegio cristalino,
el paisaje risueño del camino,
el aroma que emana de una rosa

los pudores del alba ruborosa
la gloria del crespúsculo marino,
la espiga de oro el esplendor divino,
la eterna realidad maravillosa

los fulgores del iris, deslumbrantes,
que se quiebran cual lluvia de diamantes,
en las tremulas gotas de rocío

y el verdecer frondoso de la planta
y el amor, que suspira cuando canta
todo revela tu verdad, !Dios mío!

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