LA CITA

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Apreciar la belleza de esta vida, es mirar los ojos del maestro
Degustar el sabor de esta vida, es saborear la miel que brota de los labios del maestro.
Los hijos en el regazo traen memoria del amor divino, el olor del amor divino perfuma la habitación del alma, ungiéndola, suavizando toda aspereza de cualquier resentimiento encontrado. Una habitación, una cita y un menesteroso son las condiciones para encontrarnos cara a cara con la vida eterna, pero disfrutar de la vida eterna sin quien la otorga nos convierte en unos eternos desdichados

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