La canción de los redimidos

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(Apocalipsis 1:5b,6)


INTRODUCCION

Al final de la guerra de secesión en el siglo pasado, en los Estados Unidos, las tropas norteñas seguían cantando las canciones que se habían hecho populares en sus campamentos durante la lucha entre 1861 y 1865. Después de un tiempo de oír ese tipo de canción, un soldado del Sur dijo: Nosotros hubiésemos ganado la guerra si hubiésemos tenido las canciones que ustedes cantan.

¡Los cristianos tienen la canción correcta! Es el texto que estamos estudiando. Cristo nos llevó a la victoria en la batalla de
los tiempos, porque El nos ama, nos libera de nuestros pecados y nos hace un sacerdocio real. Esta es la canción de los redimidos,
presentada en tres breves estrofas y acompañada por un majestuoso coro. Los redimidos tienen una canción que cantar.

PROPOSICION

Nos será de verdadero aliento mirar profundamente a las palabras fortalecedoras de este texto.


1.- LA CANCION DE LOS REDIMIDOS DICE: JESUS NOS AMA (v.5b)

Nadie tiene razón alguna para dudarlo. Este libro, así como toda la Biblia, es la historia de amor de Dios para nosotros a través de Jesucristo. El amor del Salvador es más que una emoción sentimental. Es su propio corazón llegando a toda la humanidad.

1.1.- El amor que se menciona es un amor que no puede ser superado:

No hay nada que esté a la par. Surge del corazón de Dios. La palabra que se usa es ágape, lo que se refiere al divino amor del
Salvador. Ese fue el amor que llevó a Jesús a morir en la cruz por nosotros. Jesús mismo lo declaró (Jn.15:13). Eso fue lo que hizo
Jesús por ti y por mi. En Gál.1:4 se declara que Jesús se dio a sí mismo por nuestros pecados. El Salvador soportó las agonías de la cruz, y derramó su vida por nosotros sobre aquel madero cruel. Cuando El murió, pareció que el demonio tenía la victoria. Pero Jesús sabía cuál sería su agonía y la pena del Calvario, y aún así nos amó. El
eminente amor de Jesús le llevó a una jornada muy costosa para redimir y rescatar a la humanidad.

1.2.- El amor que se menciona es un amor sorprendente:

Hoy necesitamos comprender este tipo de amor radical. Es un amor que nos sacude y conmueve. Sacude nuestros planes personales y los pone en línea con la voluntad eterna de Dios. El apóstol Juan había trabajado como pescador junto a su padre y hermano. Poseían una pequeña flota de pesqueros y eran buenos navegantes. Pero un día vino
Jesús y llamó a Juan para que dejara sus redes y le siguiera. Ese mandato desgarró la comunidad familiar. Sin embargo, Juan se entregó a Jesús de una manera que nunca lamentó.

1.3.- El amor que se menciona es un amor que nos transforma:

Nos aleja de nuestros antiguos caminos de la vida. Este amor llega hasta la raíz de la vida. Ese amor alcanza al alcohólico, al
homosexual, al ladrón, al contrabandista, al idólatra.

Agustín de Hipona fue del norte de Africa a Roma en su juventud. Aquel joven brillante cayó víctima de la concupiscencia de la carne y tuvo un hijo fuera del matrimonio. Las oraciones de su madre, sus contactos con Ambrosio, un prominente teólogo y elocuente
predicador, y las Escrituras le llevaron a la fe en Cristo, cuando tenía 31 años. Mientras caminaba por las calles de Milán cierto día, una ex amante le llamó:
"¡Agustín, Agustín! ¿No me conoces?" Este
hombre que había sido llamado a ser un grande en la teología y un sabio admirado, contestó: "Sí, pero yo no soy el Agustín que tú conoces".

El amor redentor de Jesús cambia la vida. Da al hombre una nueva dirección y lo saca de sus viejas raíces.

1.4.- El amor que se menciona es un amor que no se acaba:

La versión Reina-Valera dice: Al que nos amó, pero en el texto griego dice: Al que sigue amándonos. El participio presente del
verbo se traduce así. Se trata del continuo amor de Cristo hacia nosotros. La noche de su crucifixión, Jesús se reunió con sus
apóstoles para la cena, que sería en su memoria. Juan escribió: Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin (13:1). Jeremías 31:3 dice: Con amor eterno te he amado... Nos ama en la eternidad, nos amó en Belén y en el Calvario. Nos ama ahora y nos amará eternamente.

1.5.- El amor que se menciona es un amor incondicional:

Cristo llamó a Juan a ser apóstol, aunque el pescador no tenía un diploma en teología. Mas tarde Juan se llenó de ira y perdió los estribos; y, cuando ya estaba cerca el fin de su vida, trató de adorar a un ángel en dos ocasiones. Sin embargo, Jesús amó a Juan. Nos ama a nosotros, cualquiera sea nuestro trasfondo o situación o condición actual. Sin prejuicios, nos ama; no porque lo merezcamos ni porque seamos buenos; nos ama para cambiarnos, para hacernos buenos y
para dar gloria a Dios.


2.- LA CANCION DE LOS REDIMIDOS DICE: JESUS NOS LIBERA DE NUESTROS PECADOS (v.5b)

El verbo lavó en griego tiene la idea de que nos limpia del pecado con su sangre, liberándonos así de éste. Su sacrificio en la cruz significa que estamos libres de la esclavitud espiritual. El sumo sacerdote, en el A.T., rociaba sobre la gente la sangre de los animales sacrificados. Ese sacrificio no producía ningún dolor personal en el sacerdote. No moría porque un animal o un pájaro hubiera dado su vida como ofrenda por el pecado. Sin embargo, sabemos que nuestra redención eterna ha sido producida por la sangre derramada de Jesús. Somos liberados del pecado por esa sangre Nuestra salvación fue algo costoso. Y debemos apropiarnos de la sangre de Cristo como la ofrenda por nuestros pecados o no tendremos perdón y
limpieza.

2.1.- El pecado nos esclaviza:

Jesús dijo que el que comete pecado es esclavo del pecado. Caemos en la trampa del pecado. El pecador lucha por salir, pero no
puede liberarse. Se hunde cada vez más en el cieno del pecado. Necesitamos la ayuda divina para quebrar el poder y el dominio que el pecado tiene sobre nosotros. En Prov.5:22 se habla de aquellos que son atados por las cuerdas del pecado ¡Esa es la historia del pecado!

2.2.- El pecado nos pone en peligro:

Tiene un efecto devastador. Sin la libertad que Cristo produce el pecador no tiene esperanza ni futuro. Morirá en sus pecados. Estará eternamente separado de Dios y de la vida eterna (Rom.6:23). Por eso, todos necesitan experimentar y aceptar la
liberación que sólo puede llegar por el sacrificio de Jesús Cuando se necesita la sanidad y la limpieza espiritual, Dios nos dice que la sangre de Cristo puede suplir la mayor necesidad humana (Mt.26:28; Rom.3:24,25; 1Ped.1:19).

En Apoc.1:5b, el apóstol Juan dice que la limpieza de la mancha y de la contaminación del pecado viene por la sangre de Cristo. No podemos cambiar esto. Estas palabras dicen que los pecadores, en bancarrota y desvalidos, tienen vida y esperanza por
medio de la sangre de Jesús.


3.- LA CANCION DE LOS REDIMIDOS DICE: JESUS NOS CONVIERTE EN UN REINO DE SACERDOTES (v.6a)

Estas palabras provienen del Exodo 19:6 y son repetidas en 1 Pedro 2:9. Las Escrituras enseñan que los redimidos de Dios son sacerdotes. Esto es el sacerdocio universal del creyente. Hay cuatro beneficios que nos corresponden como creyentes-sacerdotes:

3.1.- Tenemos acceso a Dios:

Sólo el sumo sacerdote podía entrar al Lugar Santísimo en el A.T., en el Yom Kippur. Aun cuando habían sido separados o consagrados al sacerdocio por ser de la tribu de Leví, ninguno de ellos podía ir a la presencia directa de Dios. Quienes no eran sacerdotes no podían ni siquiera entrar al Lugar Santo. Sólo podían hacerlo hasta el atrio posterior, cuando llevaban los sacrificios
para ser puestos en el altar. Las mujeres y los gentiles no podía llegar siquiera al Lugar de los Sacrificios. Dios estaba enseñando al pueblo lecciones sobre su santidad y el precio de llegar hasta su
presencia.

Nuestra situación actual es diferente. Cristo murió por nosotros. Ha desgarrado el velo que separaba el Lugar Santísimo del
Lugar Santo. Ahora la entrada a la presencia de Dios está abierta para todos. Tenemos acceso a Dios el Padre (Heb.4:16). Nuestros
pecados han sido cubiertos, expiados y removidos por la obra redentora de Cristo en la cruz del Calvario.

3.2.- Hacemos sacrificios aceptables a Dios:

Como miembros del real sacerdocio tenemos el gozo y la oportunidad de presentar sacrificios diariamente al Señor.

En el siglo pasado, una dama sirvió de misionera en el Africa. Visitaba frecuentemente una colonia de leprosos. Una vez, ya avanzada la tarde, después de consolar y alentar a varios enfermos,
se preparaba para volver a su casa. Algunos le recordaron que a veces los leones cruzaban el camino en las últimas horas del día. Un leproso le dijo a la misionera: "Iré con usted hasta su casa". Ella sabía que el enfermo no podía ser de ninguna ayuda aún si aparecían los leones. Cuando preguntó al anciano qué podía hacer por ella, dijo:
"Tengo una vida para dar".

Nosotros tenemos "vidas para dar" ¿no es verdad? El sacrificio que es vivo y consagrado a Dios es el que todos debemos
hacer.

3.3.- Hemos de alabar al Señor como sacerdotes que somos:

En Hebreos 13:15 dice: Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de El, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios
que confiesen su nombre. ¿Practicamos la alabanza? Nuestros labios deben estar llenos de alabanza todo el día. Si no hemos estado usando nuestros labios y lenguas para alabarle, debemos presentarnos delante
de El para un nuevo tiempo de consagración y sacrificio.

3.4.- Cada creyente-sacerdote debe servir continuamente a Dios:

Esto nos incluye a todos. Hebreos 13:16 dice que debemos hacer bien porque de tales sacrificios se agrada Dios. Notemos que
Dios se goza de nuestras buenas obras, así como de la ayuda mutua. Agradamos a Dios o le hacemos sufrir con nuestro servicio.


CONCLUSION

Art y Martha Haylock son veteranos misioneros en la República Dominicana. Un joven de 26 años, llamado Bernardo Rodríguez, no podía encontrar una solución para sus problemas cardíacos y enfrentaba una muerte segura. Art y un médico cristiano se decidieron ayudarlo. Contactaron varias organizaciones y a la Junta Misionera y consiguieron el dinero. Un cardiólogo y un anestesista de Richmond se pusieron de acuerdo para no cobrar sus honorarios. El hospital no cobró la pensión. Después de la operación, el paciente dijo: Soy una persona nueva con un corazón nuevo.
Rodríguez volvió a jugar al fútbol y al básquetbol y tiene un corazón lleno de gratitud por estos cristianos que le ayudaron. Como cristianos estamos llamados a servir a Dios y a otros.

Vayamos ahora al coro de "la canción de los redimidos". Dice: A El sea la gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén"
(v.6b).

Recordemos la historia. Un día Jesús sanó a diez leprosos. Sólo uno volvió para agradecerle y alabarle.

A la luz de este mensaje ¿no merece Dios nuestra alabanza?
Si es así ¿qué haremos por nuestro Salvador que dio su vida para salvarnos por la eternidad?
¿Le daremos sólo las sobras de nuestra vida o le daremos todo nuestro ser?

Cada uno de nosotros tiene la respuesta.

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