Juan 6:1–21
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Salmo 145:10–19, 2Re 4:42–44, Efesios 3:14–21, Juan 6:1–21
6:1–15 La alimentación de las multitudes
Menciones topográficas y temporales: 6:1, c. 7-10 de Abril, año 29 d.C., “después de estas cosas, Jesús se fue al otro lado del Mar de Galilea, en la región de Tiberias”
6:2-15, c. 12 de Abril, año 29 d.C., 6:2 “mucha gente... viene hacia él” (6:5), 6:3 “subió al monte (Arbela) con sus discípulos”, 6:4 “estaba cerca la Pascua de los judíos”, 6:10 “había mucha hierba en el lugar”, 6:15b “Jesús se retiró a la montaña otra vez, él solo”, (¿horas del mediodía? 6:7) donde “queda hasta la noche” (6:17b), 6:15ª “pretenden ir a él y arrebatarlo” 6:16-25, c. 12-13 de Abril, del año 29 d.C. 6:16 “al anochecer bajaron sus discípulos a la costa”, 6:17 “se embarcaron en un bote para ir al otro lado del mar hacia Capernaum”, es de noche, Jesús no se les unió (cf. 6:15ab, 6:24), 6:18 “viento muy grande en el mar”, 6:19 “ven a Jesús sobre el mar caminando (o “sobre la costa del mar, caminando”) y acercándose hacia la barca”, 6:21 “desearon recibirlo en la barca pero enseguida la barca tocó tierra, hacia donde se dirigían”,
El pan de vida
El intervalo de tiempo entre los cc 5 y 6, según el sistema cronológico adoptado, es de unos seis meses. Este episodio – el trozo más largo del ministerio galileo en Jn. – incluye: (1) la multiplicación de los panes, 1 – 15, y la marcha de Jesús visto sobre las aguas, 16 – 21 (2) el discurso eucarístico en Cafarnaum, 26 – 59 (60), con un prólogo narrativo en que se describen las circunstancias en que tuvo lugar, 22 – 25, y un epílogo, “el discernimiento de los espíritus” con el tema del pan de vida, 60 (61) – 71 (72).
Multiplicación de los panes el maná
Este milagro es el único narrado por los cuatro evangelistas. Jn añade la pregunta dirigida a Felipe y el descubrimiento hecho por Andrés. La dirección del viaje a través del lago va desde la desembocadura del lago en el Jordán al sur hasta la orilla occidental cerca de Tiberias (ciudad que edificó en su orilla occidental Herodes Antipas, entre 26 y 28 d.C. por el nombre del emperador entonces reinante, Tiberio) quizás al puerto pesquero de Magdala (Tariquea) situada en el ángulo SO del lago, para luego subir a la montaña de Arbela. El entusiasmo popular había ido creciendo mucho, y los milagros obrados sobre los enfermos hicieron que la muchedumbre de esa región lo siguiera. El promontorio está en la garganta de Arbela, región famosa por levantamientos y escondrijos, allí se sentó Jesús y sus discípulos. Se señala la proximidad de la pascua ‘de los judíos’. Jesús se ocupó hasta el mediodía en adoctrinar a la muchedumbre (‘se sentó’), y quizás en sanar a los enfermos. Jesús contempla a la gran muchedumbre y pregunta a Felipe acerca de la posibilidad de comprar pan para darles de comer. La pregunta dirigida a Felipe era de sondeo ya que Jesús sabía bien lo que había de hacer. Felipe estimó que el sueldo de un obrero que trabajase seis días a la semana durante ocho meses no sería suficiente para conseguir un poco para cada una de las muchísimas personas allí congregadas. Andrés encontró a un muchacho que tenía cinco panes de cebada (comida de pobres) y dos peces, salados quizá en Tariquea, la “ciudad de las salazones de pescado”. Como se necesitaban tres de aquellos panes palestinenses pequeños y aplastados para dar a un hombre una comida relativamente abundante, la provisión descubierta hubiera constituido una merienda para dos o tres, o todo lo más para cinco personas. De aquí la reflexión de Andrés: ¿Qué es esto para tantos? Juan nota la existencia de hierba verde en el lugar. La hierba indica también que estaban en primavera. Cinco mil hombres se sentaron o se echaron en grupos. Jesús tomó los panes. Jn emplea eujaristésas. El verbo, repetido deliberadamente en el 23, debe considerarse como clara alusión al significado eucarístico del signo. La distribución fue hecha por los discípulos y el pan se multiplicaba, o bien antes de distribuirlo, o bien al pasar de las manos de Jesús, o bien en manos de los apóstoles. Tanto pan como pescado, todos recibieron cuanto quisieron, y no el “pedacito” que Felipe había calculado. El recoger los fragmentos era un acto de economía reverente respecto del don de Dios. El lugar de los doce es evidenciado por medio de los 12 cestos.
Detalles
Juan se refiere al mar (lago) de Galilea, o sea de Tiberias (1), nombre que posiblemente se usaba para referirse al mar de Galilea en época tan temprana como la de Jesús, y que era común en el tiempo en que Juan escribió. Las multitudes respondieron a la evidencia de las señales, que aquí se refieren a curaciones (2). Juan las denomina “señales” porque llevaban a la gente a buscar más allá del mero acto de Jesús. Como habían cruzado al lado occidental del lago, el monte mencionado (3) sería lo que ahora se conoce como Arbela. Juan menciona que la Pascua estaba cerca porque relaciona la discusión siguiente sobre el pan celestial con la fiesta (cf. v. 51, que se hace más comprensible con el trasfondo de la Pascua). Una comparación con el relato en los Sinópticos muestra que, mientras que éstos presentan a los discípulos tomando la iniciativa, Juan indica que Jesús mismo la tomó (5). Juan también nombra a Felipe y a Andrés, comparados con la mención más general de “los discípulos” en los Sinópticos. En el v. 6 Juan agrega un comentario destinado a remover cualquier duda en la mente de los lectores en cuanto a que Jesús no supiera qué hacer. La respuesta de Felipe a la pregunta de Jesús muestra un sentido natural pero muy humano de la ocasión. Era sumamente práctico en sus cálculos (7). Andrés estuvo algo mejor, al informar a Jesús de los recursos disponibles, desesperadamente inadecuados. También enfocó las cosas literalmente. Pero ninguno de los discípulos podía saber lo que había en la mente de Jesús.
Todos los registros relatan que Jesús dio gracias antes de distribuir la comida (11). El verbo que usa Juan es el mismo de los Sinópticos en el relato de la última cena. Esto es digno de notarse frente al hecho de que Juan no incluye la última cena en su Evangelio. Juan subraya que todos quedaron satisfechos (12), lo que significa que se trató de una verdadera comida y no meramente de un acto simbólico. Las doce canastas de trozos tenían un sentido simbólico para referirse a la provisión de Dios para las tribus de Israel. Pero cabe mejor en el contexto el verlo como una prueba de la desbordante provisión de Dios como en el Éxodo. Juan describe el milagro como una señal o mejor signo (14) y lo relaciona con la referencia del pueblo al profeta, que es una alusión a la predicción de Deut 18:15. Este pasaje algunas veces ha sido interpretado como mesiánico. A la luz del v. 15 parecería que este episodio fue entendido así. Sólo en este Evangelio se menciona el propósito de hacer rey a Jesús. Esto explicaría por qué en Mt y Mc Jesús urgió a los discípulos a subir al barco. Pareciera que el principal propósito de la multitud era asegurarse por medio de Jesús una provisión continua de comida gratis, más bien que cualquier cuidadoso enfoque de su posibilidad mesiánica.
Efecto.
La muchedumbre identifica al profeta (como Moisés) de Deut 18:15, quizás por la fama creciente de Jesús el fervor de aquel tiempo próximo a la pascua contribuyó a precipitar una resolución popular. Al identificar a Jesús con el profeta para colocarle en el trono de David hizo que Jesús se escapara subrepticiamente – este gesto se repetirá cuando la gente interpreta algún gesto en relación con alguna expectativa mesiánica en forma errónea (cf. 12:36b) – otra vez al monte Él solo.
Jesús: Yo soy, no teman (6:16 – 21)
Los discípulos bajaron hacia la costa y se embarcaron solos en Tariquea. El viaje hasta Cafarnaum era de suroeste hacia el norte sólo de unos 10 Km. El viento adverso que agitó el mar soplando de frente mientras ellos remaban era, evidentemente, un viento del NE fuerte aunque no tempestuoso. Alrededor de las tres de la mañana, sólo habían recorrido unos 5 ó 6 Km cerca de la costa, cuando vieron sobre las aguas a Jesús, caminando y acercándose a la barca, y se asustaron. “Soy yo, no temáis”. Los discípulos, entonces, con gran gusto lo querían tomar en la barca pero “al instante” la barca llegó a tierra ‘a dónde iban’. El lugar de desembarco es indicado de manera general por Mt y Mc al decir que fue en Genesaret (en algún lugar al norte de Magdala).
Juan describe este asunto como una señal. Podemos preguntarnos por qué incluye este episodio aquí, ya que no hace comentarios sobre sus efectos. Podemos colegir que se trata de la similitud con el Éxodo en cuanto al agua del cruce y l acción de Dios para que no teman. La sugerencia de que los discípulos vieron a Jesús caminando por la orilla por sobre el agua ya que ellos estaban en ella muy cerca de la costa no debe ser rechazada. Las palabras: ¡Yo soy no temáis! (20) deben considerarse con el valor que comunican otros grandes dichos en Juan que comienzan con un “Yo soy”. Es una aparición teofánica que podía dar lugar al temor reverencial como siempre pasa cuando hay una manifestación divina. Aquí el mensaje es que el temor fue desterrado ante la presencia del propio Jesús al que conocían. La explicación más razonable del v. 21 es que la barca estaba mucho más cerca de la orilla de lo que imaginaban los apóstoles. Los vv. 23 y 24 explican cómo muchos de los que fueron testigos de la alimentación de las multitudes estaban presentes en Capernaum para oír las discusiones. Juan quiere que sus lectores conecten estas discusiones con el milagro-signo de la alimentación.
6:1–15 La alimentación de las multitudes
Menciones topográficas y temporales: 6:1, c. 7-10 de Abril, año 29 d.C., “después de estas cosas, Jesús se fue al otro lado del Mar de Galilea, en la región de Tiberias”
6:2-15, c. 12 de Abril, año 29 d.C., 6:2 “mucha gente... viene hacia él” (6:5), 6:3 “subió al monte (Arbela) con sus discípulos”, 6:4 “estaba cerca la Pascua de los judíos”, 6:10 “había mucha hierba en el lugar”, 6:15b “Jesús se retiró a la montaña otra vez, él solo”, (¿horas del mediodía? 6:7) donde “queda hasta la noche” (6:17b), 6:15ª “pretenden ir a él y arrebatarlo” 6:16-25, c. 12-13 de Abril, del año 29 d.C. 6:16 “al anochecer bajaron sus discípulos a la costa”, 6:17 “se embarcaron en un bote para ir al otro lado del mar hacia Capernaum”, es de noche, Jesús no se les unió (cf. 6:15ab, 6:24), 6:18 “viento muy grande en el mar”, 6:19 “ven a Jesús sobre el mar caminando (o “sobre la costa del mar, caminando”) y acercándose hacia la barca”, 6:21 “desearon recibirlo en la barca pero enseguida la barca tocó tierra, hacia donde se dirigían”,
El pan de vida
El intervalo de tiempo entre los cc 5 y 6, según el sistema cronológico adoptado, es de unos seis meses. Este episodio – el trozo más largo del ministerio galileo en Jn. – incluye: (1) la multiplicación de los panes, 1 – 15, y la marcha de Jesús visto sobre las aguas, 16 – 21 (2) el discurso eucarístico en Cafarnaum, 26 – 59 (60), con un prólogo narrativo en que se describen las circunstancias en que tuvo lugar, 22 – 25, y un epílogo, “el discernimiento de los espíritus” con el tema del pan de vida, 60 (61) – 71 (72).
Multiplicación de los panes el maná
Este milagro es el único narrado por los cuatro evangelistas. Jn añade la pregunta dirigida a Felipe y el descubrimiento hecho por Andrés. La dirección del viaje a través del lago va desde la desembocadura del lago en el Jordán al sur hasta la orilla occidental cerca de Tiberias (ciudad que edificó en su orilla occidental Herodes Antipas, entre 26 y 28 d.C. por el nombre del emperador entonces reinante, Tiberio) quizás al puerto pesquero de Magdala (Tariquea) situada en el ángulo SO del lago, para luego subir a la montaña de Arbela. El entusiasmo popular había ido creciendo mucho, y los milagros obrados sobre los enfermos hicieron que la muchedumbre de esa región lo siguiera. El promontorio está en la garganta de Arbela, región famosa por levantamientos y escondrijos, allí se sentó Jesús y sus discípulos. Se señala la proximidad de la pascua ‘de los judíos’. Jesús se ocupó hasta el mediodía en adoctrinar a la muchedumbre (‘se sentó’), y quizás en sanar a los enfermos. Jesús contempla a la gran muchedumbre y pregunta a Felipe acerca de la posibilidad de comprar pan para darles de comer. La pregunta dirigida a Felipe era de sondeo ya que Jesús sabía bien lo que había de hacer. Felipe estimó que el sueldo de un obrero que trabajase seis días a la semana durante ocho meses no sería suficiente para conseguir un poco para cada una de las muchísimas personas allí congregadas. Andrés encontró a un muchacho que tenía cinco panes de cebada (comida de pobres) y dos peces, salados quizá en Tariquea, la “ciudad de las salazones de pescado”. Como se necesitaban tres de aquellos panes palestinenses pequeños y aplastados para dar a un hombre una comida relativamente abundante, la provisión descubierta hubiera constituido una merienda para dos o tres, o todo lo más para cinco personas. De aquí la reflexión de Andrés: ¿Qué es esto para tantos? Juan nota la existencia de hierba verde en el lugar. La hierba indica también que estaban en primavera. Cinco mil hombres se sentaron o se echaron en grupos. Jesús tomó los panes. Jn emplea eujaristésas. El verbo, repetido deliberadamente en el 23, debe considerarse como clara alusión al significado eucarístico del signo. La distribución fue hecha por los discípulos y el pan se multiplicaba, o bien antes de distribuirlo, o bien al pasar de las manos de Jesús, o bien en manos de los apóstoles. Tanto pan como pescado, todos recibieron cuanto quisieron, y no el “pedacito” que Felipe había calculado. El recoger los fragmentos era un acto de economía reverente respecto del don de Dios. El lugar de los doce es evidenciado por medio de los 12 cestos.
Detalles
Juan se refiere al mar (lago) de Galilea, o sea de Tiberias (1), nombre que posiblemente se usaba para referirse al mar de Galilea en época tan temprana como la de Jesús, y que era común en el tiempo en que Juan escribió. Las multitudes respondieron a la evidencia de las señales, que aquí se refieren a curaciones (2). Juan las denomina “señales” porque llevaban a la gente a buscar más allá del mero acto de Jesús. Como habían cruzado al lado occidental del lago, el monte mencionado (3) sería lo que ahora se conoce como Arbela. Juan menciona que la Pascua estaba cerca porque relaciona la discusión siguiente sobre el pan celestial con la fiesta (cf. v. 51, que se hace más comprensible con el trasfondo de la Pascua). Una comparación con el relato en los Sinópticos muestra que, mientras que éstos presentan a los discípulos tomando la iniciativa, Juan indica que Jesús mismo la tomó (5). Juan también nombra a Felipe y a Andrés, comparados con la mención más general de “los discípulos” en los Sinópticos. En el v. 6 Juan agrega un comentario destinado a remover cualquier duda en la mente de los lectores en cuanto a que Jesús no supiera qué hacer. La respuesta de Felipe a la pregunta de Jesús muestra un sentido natural pero muy humano de la ocasión. Era sumamente práctico en sus cálculos (7). Andrés estuvo algo mejor, al informar a Jesús de los recursos disponibles, desesperadamente inadecuados. También enfocó las cosas literalmente. Pero ninguno de los discípulos podía saber lo que había en la mente de Jesús.
Todos los registros relatan que Jesús dio gracias antes de distribuir la comida (11). El verbo que usa Juan es el mismo de los Sinópticos en el relato de la última cena. Esto es digno de notarse frente al hecho de que Juan no incluye la última cena en su Evangelio. Juan subraya que todos quedaron satisfechos (12), lo que significa que se trató de una verdadera comida y no meramente de un acto simbólico. Las doce canastas de trozos tenían un sentido simbólico para referirse a la provisión de Dios para las tribus de Israel. Pero cabe mejor en el contexto el verlo como una prueba de la desbordante provisión de Dios como en el Éxodo. Juan describe el milagro como una señal o mejor signo (14) y lo relaciona con la referencia del pueblo al profeta, que es una alusión a la predicción de Deut 18:15. Este pasaje algunas veces ha sido interpretado como mesiánico. A la luz del v. 15 parecería que este episodio fue entendido así. Sólo en este Evangelio se menciona el propósito de hacer rey a Jesús. Esto explicaría por qué en Mt y Mc Jesús urgió a los discípulos a subir al barco. Pareciera que el principal propósito de la multitud era asegurarse por medio de Jesús una provisión continua de comida gratis, más bien que cualquier cuidadoso enfoque de su posibilidad mesiánica.
Efecto.
La muchedumbre identifica al profeta (como Moisés) de Deut 18:15, quizás por la fama creciente de Jesús el fervor de aquel tiempo próximo a la pascua contribuyó a precipitar una resolución popular. Al identificar a Jesús con el profeta para colocarle en el trono de David hizo que Jesús se escapara subrepticiamente – este gesto se repetirá cuando la gente interpreta algún gesto en relación con alguna expectativa mesiánica en forma errónea (cf. 12:36b) – otra vez al monte Él solo.
Jesús: Yo soy, no teman (6:16 – 21)
Los discípulos bajaron hacia la costa y se embarcaron solos en Tariquea. El viaje hasta Cafarnaum era de suroeste hacia el norte sólo de unos 10 Km. El viento adverso que agitó el mar soplando de frente mientras ellos remaban era, evidentemente, un viento del NE fuerte aunque no tempestuoso. Alrededor de las tres de la mañana, sólo habían recorrido unos 5 ó 6 Km cerca de la costa, cuando vieron sobre las aguas a Jesús, caminando y acercándose a la barca, y se asustaron. “Soy yo, no temáis”. Los discípulos, entonces, con gran gusto lo querían tomar en la barca pero “al instante” la barca llegó a tierra ‘a dónde iban’. El lugar de desembarco es indicado de manera general por Mt y Mc al decir que fue en Genesaret (en algún lugar al norte de Magdala).
Juan describe este asunto como una señal. Podemos preguntarnos por qué incluye este episodio aquí, ya que no hace comentarios sobre sus efectos. Podemos colegir que se trata de la similitud con el Éxodo en cuanto al agua del cruce y l acción de Dios para que no teman. La sugerencia de que los discípulos vieron a Jesús caminando por la orilla por sobre el agua ya que ellos estaban en ella muy cerca de la costa no debe ser rechazada. Las palabras: ¡Yo soy no temáis! (20) deben considerarse con el valor que comunican otros grandes dichos en Juan que comienzan con un “Yo soy”. Es una aparición teofánica que podía dar lugar al temor reverencial como siempre pasa cuando hay una manifestación divina. Aquí el mensaje es que el temor fue desterrado ante la presencia del propio Jesús al que conocían. La explicación más razonable del v. 21 es que la barca estaba mucho más cerca de la orilla de lo que imaginaban los apóstoles. Los vv. 23 y 24 explican cómo muchos de los que fueron testigos de la alimentación de las multitudes estaban presentes en Capernaum para oír las discusiones. Juan quiere que sus lectores conecten estas discusiones con el milagro-signo de la alimentación.