Juan 13:1-17
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Jueves Santo
Éxodo 12:1–4 [5–10] 11–14; Salmo 116:1,10–17; I Cor 11:23–26; Jn 13:1–17
Forma/Estructura/Escenario
Los vv 1-30 del pasaje tiene dos secciones mayores: vv 1-20 que describe el lavatorio de los pies de los discípulos por Jesús, y vv 21-30 el anuncio por parte Jesús de la traición inminente por un discípulo.
Los vv 1-3 forma como una referencia especial al lavacro de los pies y un exordio a los discursos de despedida. Y el incidente mismo está en 4-11. Seguido de una interpretación en 12-20 cuya significación es un “ejemplo” hypodeigma (v 15). Sin embargo, la narración tiene profundas dimensiones especialmente en las palabras dichas Pedro: “si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte” y la indicación en el v. 10 de que el lavamiento de los pies es equivalente a un baño que lo hace a uno completamente limpio. Por siglos los cristianos han leído un sentido sacramental, y así una referencia a la eficacia del bautismo o aún a éste y a la cena del Señor juntos.
Los más recientes estudiosos creen que la narrativa es un compuesto y consiste en un primer relato, más corto, que se extendió para incluir un significado secundario. El primero como una acción profética, simbólica del Señor que va hacia la muerte por otros, y el segundo una interpretación moral. Es una cuestión complicada. No todos están persuadidos en distinguir dos interpretaciones diversas y de asignárselos a escritores diferentes.
En los vv 21-30 tiene lugar un breve diálogo de dramática intensidad, en donde Jesús hace conocido que uno de los discípulos a la mesa lo traicionará y precipitará el acto de traición por sus palabras en v 27b: realiza pronto lo que tienes que hacer.
Menciones topográficas y temporales
13:1-14:31, 6-7 de Abril del año 30 d.C., 13:1 “antes de la fiesta de la Pascua (6 de Abril del año 30 d.C., Jueves a la noche, técnicamente en el sentido judío luego de la puesta del sol, ya es Viernes), 13:2 “y cuando cenaban ..., 13:4 “se levantó de la cena ...”, 13:12 “después ... volvió a la mesa ...”, 13:21 “uno de ustedes me va a entregar ...”, 13:30 “él (Judas) tomó el trozo y salió enseguida, era de noche ...”, 13:31 “cuando hubo salido”, 13:33 “adonde yo (Jesús) voy...” 13:36 “le dijo Simón Pedro: ‘Señor a dónde vas...’”, 13:37 “por qué no te puedo seguir ahora? ...”, 14:31 “Levántense, vamos de aquí ...”.
13:1 – 17. Lavatorio de los pies
Jn. no dice una palabra clara para indicar o describir el lugar de la última cena, pero da un dato: tanto aquí como en 18:28, indica claramente que los sanedritas no estaban comiendo la cena pascual mientras Jesús estaba reunido con los suyos en la sala de la cena (cenáculo). A no ser que supongamos una traslación oficial, poco probable, de la fiesta de pascua de aquel año, las fechas debieron de ser del modo siguiente: Jesús celebró la pascua en el anochecer que daba principio al 14 de nisán en el calendario oficial; fue crucificado hacia el mediodía del 14 de nisán; la pascua de los judíos con la comida del cordero, empezó el 15 de Nisán luego de la caída del sol, una hora o dos después del entierro de Jesús. Jesús comió la comida después de la puesta del sol que ponía fin al jueves 13 de nisán, y murió un viernes 14 de nisán, combinación que da mucha probabilidad al 7 de abril del año 30 d.C. como fecha de la redención.
Gesto de amor y servicio total (13:17)
Antes de la fiesta de la Pascua, sabía “su hora” (con una alusión a la pascua) como la hora de su paso de este mundo al Padre. La última prueba de ese amor con la expresión griega “hasta el fin” significa Él les dio la suprema prueba de su amor. La cena estaba en marcha (deipnou ginomenou), mas el diablo había sembrado la perfidia en el corazón de uno de los doce, que es llamado aquí “Judas Iscariote, hijo de Simón”. Jn había ya denunciado a Judas como traidor al tratar del día de la promesa eucarística, Jn. 6:72. 3. La bajeza de Judas frente a la sublime dignidad de Jesús. Y otro rasgo que acentúa todavía más el contraste se ve cuando Jesús se levanta de la mesa para llevar a cabo un acto servil, ejecutado en cada uno, incluyendo a Judas, mientras estaban recostados junto a la mesa (con los pies hacia fuera). Jesús intenta una lección de servicio como modelo para el ministerio. El ceremonial de costumbre exigía un lavatorio de manos, pero Jesús añadió el lavatorio de los pies de sus discípulos. Jesús empieza por Simón Pedro, pues no cabe imaginar al impetuoso apóstol conteniendo su protesta, si el Señor hubiera empezado lavando los pies a cualquiera de los demás. La expresión negativa llena de asombro proviene de aquel que había llamado a Jesús “el Mesías, el Hijo del Dios vivo”. Incluso cuando Jesús insiste y formula la promesa de que después Pedro sabrá lo que aquello significaba, el apóstol permanece obstinado y pronuncia un “jamás”: “Si no te lavare, no tendrás parte conmigo”, con su negativa se excluye de la sociedad de Jesús. El temor de separarse lleva al apóstol a otro extremo, al de ofrecer sus manos y su cabeza para que también sean lavadas. El que se ha dado un baño no necesita otros lavatorios parciales, porque la limpieza total excluye la necesidad de purificaciones parciales. Jesús da a entender que sabe la traición de Judas, subraya el acto, diciendo: “Ustedes están limpios, pero no todos”. Toma de nuevo sus vestidos, después ocupa su sitio junto a la mesa, y les explica la lección. Los discípulos le llamaban el Maestro y el Señor, y lo era en realidad. Lo que deben aprender de este único Maestro y Señor es el prestarse unos a otros los servicios más humildes (el lavatorio de los pies es imagen de todos ellos).
Comentario
I. 13:1-14:31- Antes de la Pascua de los Judeos, Jesús, que había celebrado otra Pascua en Galilea (6:1-15), tiene una comida con los discípulos. El tesorero del grupo (12:1-8) que es un diablo (6:70, 13:2, 21-30) traiciona a Jesús (18:1-11) quien lo predijo (6:70-71). Jesús atraviesa el mismo sitio por el que el gran rey huyó en desgracia (II Sam 15:30-37)pero de distinto modo (14:30-31) con los suyos.
La hora ha llegado (elthon autou he hora) para la mudanza de este mundo al Padre, aún en ella, y por esa misma hora, Jesús ama a los suyos hasta el extremo, el límite (eis telos (13:1). Estamos en el sexto día, antes de la Pascua. Se celebra una comida (deipnon) la principal del día (13:2). El amigo más intimo a la derecha, el honorable y principal a la izquierda: el amado, Judas. La amistad y la traición juntas. El bocado que Jesús dio a Judas más adelante, no lo debe haber entendido nadie, porque el Judas querido por tanto tiempo, no podía ser el entregador (13:18, 21-30). Sólo en el cap. 18 (v.5) los discípulos entienden.
¿Qué pasó con Judas realmente? Como señalamos más arriba, en la literatura apócrifa y pseudoepigráfica – mayormente apocalíptica – Satán era el ángel más amado, casi el hijo de Dios; manejaba los asuntos del cielo, hasta que un día se preguntó por qué tenía que ser segundo en rango y organizó una revuelta contra Dios; pero falló. Satán fue arrojado afuera y comenzó a desequilibrar la creación. Judas aquí, como Satán, desequilibra los sucesos y Jesús tiene que luchar contra estas fuerzas malignas. Judas debe haber perdido perspectiva al tratar asuntos de dinero, que mayormente dan poder, y debe haber entendido que él mismo era más importante que Jesús.
Jesús, por otro lado, muestra cuál es el camino: el servicio amoroso. El gesto del Rabbí entre los vv. 4 y ss señala la senda mesiánica. Un gesto que pocos podían captar, cegados por especulaciones mesiánicas triunfalistas. Las palabras de Jesús sobre el servicio desinteresado de los vv. 16ss corroboran cuál es el verdadero advenimiento mesiánico. No puede haber verdadero seguimiento sin pasar por la cruz (13:36-38).
El cap. 13 juega como una amplia introducción a los llamados discursos de despedida (14-16), con un corte en 14:31 como gesto de la salida de Jerusalén, al igual que el rey David.
La estructura del relato amplio muestra un movimiento entre la traición y la unidad, afuera o aun adentro de la comunidad. El cap. 13 y el cap. 17 actúan como los polos extremos de este movimiento entre la entrega y la fidelidad de los escogidos. El ‘Judas’ del cap. 13, demuestra la actitud del mundo hacia los discípulos de Jesús, estructuralmente hablando, los creyentes-en-el-mundo del cap. 17. Dentro de la comunidad de Jesús actúan y conviven también los traidores que entregan a sus hermanos y amigos a la persecución y a la muerte. Ambos caps, abren (13) y cierran (17) el movimiento entre la traición y la unidad. En medio de estos dos puntos máximos de tensión se halla el gozne, las advertencias de Jesús sobre el sufrimiento en la persecución (15:18-16:4a). Por lo tanto, aun en los discursos de despedida el hilo conductor temático es el sufrimiento y la muerte, en este caso, de los seguidores del que va a la muerte: porque las palabras están dichas en función de la situación de los discípulos en el mundo en un entorno de persecución.
Reflexión teológica
El seguimiento, el discipulado, pasa por la gloria de la cruz y no la gloria del prestigio. Con su gesto Jesús enseña cuál debe ser la actitud de su comunidad: la koinonía del amor mutuo. Es todo lo contrario de la traición que siempre actúa no desde afuera sino desde adentro.
Pistas para la predicación
Sería muy valioso mostrar la conexión que tiene el lavacro con la cena, el servicio con la eucaristía. Esta última tiene muchos nombres, Cena del Señor, Comunión, Eucaristía, Santa Cena, Última Cena, Partimiento del Pan etc. En el lavacro se conectan muy bien Bautismo (lavacro) y Eucaristía (Cena).
Literatura consultada
M. E. Boismard, “Le lavement des pieds {Jn XIII:1-17)”, Revue Biblique 71:1 (1964), p. 5-24.
Desportes, “Jeudi Saint. Le lavement des pieds. De l'évangile a la liturgie”, AmiCler 75 (1975), p. 187-191.
E. Lohmeyer, “Die Fusswaschung”, ZNW (1939) p. 74-94.
G. Richter, “Die Fusswaschung, Joh 13.1-20”, Münchner Theologische Zeitschrift 16:1-2 (1965), p. 13-26.
Weiser, “Joh 13:12-20; Zufügung eines späteren Herausgebers?”, Biblische Zeitschrift 12:2 (1968) p. 252-257.
J. D. M. Derrett, “Domine, tu mihi lavas pedes?, Studio su Giovanni 13:1-30”, BibOr 21:1 (1979) p. 13-42.
G. G. Nicol, “Jesús 'Washing the Disciples' Feet: ¿A Model for Johannine Christology?” Expository Times 91:1 (1979) p. 20-21.
G. F. Snyder, “John 13:16 and the Antipetrinism of the Johannine Tradition”, BibRest 16 (1971) p. 5-15.
J. D. G. Dunn, “The Washing of the Disciples' Feet in John 13:1-20”, ZNW 61:34 (1970) p. 247-252.
H. Weiss, “Foot Washing in the Johannine Community”, Novum Testamentum 21:4 (1979) p. 298-325.
R. Pietrantonio, “El sufrimiento en la persecución por causa de la Palabra”.
Cf. H. Müller, “El Sermón de despedida y la oración sacerdotal”, Revista Bíblica, 31:1 (1969) p. 16-25.
Éxodo 12:1–4 [5–10] 11–14; Salmo 116:1,10–17; I Cor 11:23–26; Jn 13:1–17
Forma/Estructura/Escenario
Los vv 1-30 del pasaje tiene dos secciones mayores: vv 1-20 que describe el lavatorio de los pies de los discípulos por Jesús, y vv 21-30 el anuncio por parte Jesús de la traición inminente por un discípulo.
Los vv 1-3 forma como una referencia especial al lavacro de los pies y un exordio a los discursos de despedida. Y el incidente mismo está en 4-11. Seguido de una interpretación en 12-20 cuya significación es un “ejemplo” hypodeigma (v 15). Sin embargo, la narración tiene profundas dimensiones especialmente en las palabras dichas Pedro: “si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte” y la indicación en el v. 10 de que el lavamiento de los pies es equivalente a un baño que lo hace a uno completamente limpio. Por siglos los cristianos han leído un sentido sacramental, y así una referencia a la eficacia del bautismo o aún a éste y a la cena del Señor juntos.
Los más recientes estudiosos creen que la narrativa es un compuesto y consiste en un primer relato, más corto, que se extendió para incluir un significado secundario. El primero como una acción profética, simbólica del Señor que va hacia la muerte por otros, y el segundo una interpretación moral. Es una cuestión complicada. No todos están persuadidos en distinguir dos interpretaciones diversas y de asignárselos a escritores diferentes.
En los vv 21-30 tiene lugar un breve diálogo de dramática intensidad, en donde Jesús hace conocido que uno de los discípulos a la mesa lo traicionará y precipitará el acto de traición por sus palabras en v 27b: realiza pronto lo que tienes que hacer.
Menciones topográficas y temporales
13:1-14:31, 6-7 de Abril del año 30 d.C., 13:1 “antes de la fiesta de la Pascua (6 de Abril del año 30 d.C., Jueves a la noche, técnicamente en el sentido judío luego de la puesta del sol, ya es Viernes), 13:2 “y cuando cenaban ..., 13:4 “se levantó de la cena ...”, 13:12 “después ... volvió a la mesa ...”, 13:21 “uno de ustedes me va a entregar ...”, 13:30 “él (Judas) tomó el trozo y salió enseguida, era de noche ...”, 13:31 “cuando hubo salido”, 13:33 “adonde yo (Jesús) voy...” 13:36 “le dijo Simón Pedro: ‘Señor a dónde vas...’”, 13:37 “por qué no te puedo seguir ahora? ...”, 14:31 “Levántense, vamos de aquí ...”.
13:1 – 17. Lavatorio de los pies
Jn. no dice una palabra clara para indicar o describir el lugar de la última cena, pero da un dato: tanto aquí como en 18:28, indica claramente que los sanedritas no estaban comiendo la cena pascual mientras Jesús estaba reunido con los suyos en la sala de la cena (cenáculo). A no ser que supongamos una traslación oficial, poco probable, de la fiesta de pascua de aquel año, las fechas debieron de ser del modo siguiente: Jesús celebró la pascua en el anochecer que daba principio al 14 de nisán en el calendario oficial; fue crucificado hacia el mediodía del 14 de nisán; la pascua de los judíos con la comida del cordero, empezó el 15 de Nisán luego de la caída del sol, una hora o dos después del entierro de Jesús. Jesús comió la comida después de la puesta del sol que ponía fin al jueves 13 de nisán, y murió un viernes 14 de nisán, combinación que da mucha probabilidad al 7 de abril del año 30 d.C. como fecha de la redención.
Gesto de amor y servicio total (13:17)
Antes de la fiesta de la Pascua, sabía “su hora” (con una alusión a la pascua) como la hora de su paso de este mundo al Padre. La última prueba de ese amor con la expresión griega “hasta el fin” significa Él les dio la suprema prueba de su amor. La cena estaba en marcha (deipnou ginomenou), mas el diablo había sembrado la perfidia en el corazón de uno de los doce, que es llamado aquí “Judas Iscariote, hijo de Simón”. Jn había ya denunciado a Judas como traidor al tratar del día de la promesa eucarística, Jn. 6:72. 3. La bajeza de Judas frente a la sublime dignidad de Jesús. Y otro rasgo que acentúa todavía más el contraste se ve cuando Jesús se levanta de la mesa para llevar a cabo un acto servil, ejecutado en cada uno, incluyendo a Judas, mientras estaban recostados junto a la mesa (con los pies hacia fuera). Jesús intenta una lección de servicio como modelo para el ministerio. El ceremonial de costumbre exigía un lavatorio de manos, pero Jesús añadió el lavatorio de los pies de sus discípulos. Jesús empieza por Simón Pedro, pues no cabe imaginar al impetuoso apóstol conteniendo su protesta, si el Señor hubiera empezado lavando los pies a cualquiera de los demás. La expresión negativa llena de asombro proviene de aquel que había llamado a Jesús “el Mesías, el Hijo del Dios vivo”. Incluso cuando Jesús insiste y formula la promesa de que después Pedro sabrá lo que aquello significaba, el apóstol permanece obstinado y pronuncia un “jamás”: “Si no te lavare, no tendrás parte conmigo”, con su negativa se excluye de la sociedad de Jesús. El temor de separarse lleva al apóstol a otro extremo, al de ofrecer sus manos y su cabeza para que también sean lavadas. El que se ha dado un baño no necesita otros lavatorios parciales, porque la limpieza total excluye la necesidad de purificaciones parciales. Jesús da a entender que sabe la traición de Judas, subraya el acto, diciendo: “Ustedes están limpios, pero no todos”. Toma de nuevo sus vestidos, después ocupa su sitio junto a la mesa, y les explica la lección. Los discípulos le llamaban el Maestro y el Señor, y lo era en realidad. Lo que deben aprender de este único Maestro y Señor es el prestarse unos a otros los servicios más humildes (el lavatorio de los pies es imagen de todos ellos).
Comentario
I. 13:1-14:31- Antes de la Pascua de los Judeos, Jesús, que había celebrado otra Pascua en Galilea (6:1-15), tiene una comida con los discípulos. El tesorero del grupo (12:1-8) que es un diablo (6:70, 13:2, 21-30) traiciona a Jesús (18:1-11) quien lo predijo (6:70-71). Jesús atraviesa el mismo sitio por el que el gran rey huyó en desgracia (II Sam 15:30-37)pero de distinto modo (14:30-31) con los suyos.
La hora ha llegado (elthon autou he hora) para la mudanza de este mundo al Padre, aún en ella, y por esa misma hora, Jesús ama a los suyos hasta el extremo, el límite (eis telos (13:1). Estamos en el sexto día, antes de la Pascua. Se celebra una comida (deipnon) la principal del día (13:2). El amigo más intimo a la derecha, el honorable y principal a la izquierda: el amado, Judas. La amistad y la traición juntas. El bocado que Jesús dio a Judas más adelante, no lo debe haber entendido nadie, porque el Judas querido por tanto tiempo, no podía ser el entregador (13:18, 21-30). Sólo en el cap. 18 (v.5) los discípulos entienden.
¿Qué pasó con Judas realmente? Como señalamos más arriba, en la literatura apócrifa y pseudoepigráfica – mayormente apocalíptica – Satán era el ángel más amado, casi el hijo de Dios; manejaba los asuntos del cielo, hasta que un día se preguntó por qué tenía que ser segundo en rango y organizó una revuelta contra Dios; pero falló. Satán fue arrojado afuera y comenzó a desequilibrar la creación. Judas aquí, como Satán, desequilibra los sucesos y Jesús tiene que luchar contra estas fuerzas malignas. Judas debe haber perdido perspectiva al tratar asuntos de dinero, que mayormente dan poder, y debe haber entendido que él mismo era más importante que Jesús.
Jesús, por otro lado, muestra cuál es el camino: el servicio amoroso. El gesto del Rabbí entre los vv. 4 y ss señala la senda mesiánica. Un gesto que pocos podían captar, cegados por especulaciones mesiánicas triunfalistas. Las palabras de Jesús sobre el servicio desinteresado de los vv. 16ss corroboran cuál es el verdadero advenimiento mesiánico. No puede haber verdadero seguimiento sin pasar por la cruz (13:36-38).
El cap. 13 juega como una amplia introducción a los llamados discursos de despedida (14-16), con un corte en 14:31 como gesto de la salida de Jerusalén, al igual que el rey David.
La estructura del relato amplio muestra un movimiento entre la traición y la unidad, afuera o aun adentro de la comunidad. El cap. 13 y el cap. 17 actúan como los polos extremos de este movimiento entre la entrega y la fidelidad de los escogidos. El ‘Judas’ del cap. 13, demuestra la actitud del mundo hacia los discípulos de Jesús, estructuralmente hablando, los creyentes-en-el-mundo del cap. 17. Dentro de la comunidad de Jesús actúan y conviven también los traidores que entregan a sus hermanos y amigos a la persecución y a la muerte. Ambos caps, abren (13) y cierran (17) el movimiento entre la traición y la unidad. En medio de estos dos puntos máximos de tensión se halla el gozne, las advertencias de Jesús sobre el sufrimiento en la persecución (15:18-16:4a). Por lo tanto, aun en los discursos de despedida el hilo conductor temático es el sufrimiento y la muerte, en este caso, de los seguidores del que va a la muerte: porque las palabras están dichas en función de la situación de los discípulos en el mundo en un entorno de persecución.
Reflexión teológica
El seguimiento, el discipulado, pasa por la gloria de la cruz y no la gloria del prestigio. Con su gesto Jesús enseña cuál debe ser la actitud de su comunidad: la koinonía del amor mutuo. Es todo lo contrario de la traición que siempre actúa no desde afuera sino desde adentro.
Pistas para la predicación
Sería muy valioso mostrar la conexión que tiene el lavacro con la cena, el servicio con la eucaristía. Esta última tiene muchos nombres, Cena del Señor, Comunión, Eucaristía, Santa Cena, Última Cena, Partimiento del Pan etc. En el lavacro se conectan muy bien Bautismo (lavacro) y Eucaristía (Cena).
Literatura consultada
M. E. Boismard, “Le lavement des pieds {Jn XIII:1-17)”, Revue Biblique 71:1 (1964), p. 5-24.
Desportes, “Jeudi Saint. Le lavement des pieds. De l'évangile a la liturgie”, AmiCler 75 (1975), p. 187-191.
E. Lohmeyer, “Die Fusswaschung”, ZNW (1939) p. 74-94.
G. Richter, “Die Fusswaschung, Joh 13.1-20”, Münchner Theologische Zeitschrift 16:1-2 (1965), p. 13-26.
Weiser, “Joh 13:12-20; Zufügung eines späteren Herausgebers?”, Biblische Zeitschrift 12:2 (1968) p. 252-257.
J. D. M. Derrett, “Domine, tu mihi lavas pedes?, Studio su Giovanni 13:1-30”, BibOr 21:1 (1979) p. 13-42.
G. G. Nicol, “Jesús 'Washing the Disciples' Feet: ¿A Model for Johannine Christology?” Expository Times 91:1 (1979) p. 20-21.
G. F. Snyder, “John 13:16 and the Antipetrinism of the Johannine Tradition”, BibRest 16 (1971) p. 5-15.
J. D. G. Dunn, “The Washing of the Disciples' Feet in John 13:1-20”, ZNW 61:34 (1970) p. 247-252.
H. Weiss, “Foot Washing in the Johannine Community”, Novum Testamentum 21:4 (1979) p. 298-325.
R. Pietrantonio, “El sufrimiento en la persecución por causa de la Palabra”.
Cf. H. Müller, “El Sermón de despedida y la oración sacerdotal”, Revista Bíblica, 31:1 (1969) p. 16-25.