Huellas.
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Una noche soñé
que caminaba por la playa.
Al caminar veía,
reflejadas en la pantalla de la noche
escenas de mi vida.
Con cada escena,
dos pares de pisadas se veían dibujadas en la arena:
unas eran mis huellas y las otras del Señor.
Al aparecer la última escena,
miré hacia atrás y observé que,
en algunos trechos de mi vida,
solo había un par de huellas.
También me dí cuenta que estos trechos
correspondían a los tiempos más difíciles de mi vida.
Le reclamé al Señor:
"Tú me dijiste que si te seguía,
me acompañarías en todo el camino.
Pero me doy cuenta que en los momentos más difíciles
de mi vida, solo aparecen un par de pisadas.
No comprendo por qué,
cuando más te necesitaba, me abandonaste."
El Señor me respondió:
" Hija/o mía/o, te amo y nunca te he abandonado.
En los momentos más difíciles,
cuando veías solo un par de pisadas,
eran las mías.
Es que yo te he llevado en mis brazos."
que caminaba por la playa.
Al caminar veía,
reflejadas en la pantalla de la noche
escenas de mi vida.
Con cada escena,
dos pares de pisadas se veían dibujadas en la arena:
unas eran mis huellas y las otras del Señor.
Al aparecer la última escena,
miré hacia atrás y observé que,
en algunos trechos de mi vida,
solo había un par de huellas.
También me dí cuenta que estos trechos
correspondían a los tiempos más difíciles de mi vida.
Le reclamé al Señor:
"Tú me dijiste que si te seguía,
me acompañarías en todo el camino.
Pero me doy cuenta que en los momentos más difíciles
de mi vida, solo aparecen un par de pisadas.
No comprendo por qué,
cuando más te necesitaba, me abandonaste."
El Señor me respondió:
" Hija/o mía/o, te amo y nunca te he abandonado.
En los momentos más difíciles,
cuando veías solo un par de pisadas,
eran las mías.
Es que yo te he llevado en mis brazos."