Hebreos 9:11-15
0
0
Presentación y ampliación: Ricardo Pietrantonio
Ex 24,3-8; Mc 14,12-16, 22-26; Sal 116,12-13,15-18
Introducción General
Hebreos es considerada una composición homilética, dentro del judeocristianismo de influencia alejandrina. Autores: ¿Apolos?, ¿Priscilla y Aquila?, ¿Bernabé?; son los nombres con mayor consenso. Estilo elaborado, afín a la teología paulina pero diferente en su modo de argumentar, sus imágenes y modo de expresión.
En cuanto a su estructura, se ha propuesto (A. Vanhoye) una formulación concéntrica con su eje en 8:1-9:28: Cristo es el Sumo Sacerdote de los bienes venideros. Nuestro texto, la nueva institución, estaría en el mismo núcleo de la epístola.
Crítica textual
Hay una variante de importancia en el v. 11: los bienes que han venido (RV) o los bienes que comienzan a ser (BJ). Me inclino por la 2da. variante. Es el anuncio de un pacto que se inaugura, que anuncia una herencia nueva. Hace más sentido pensar en algo que está llegando a ser, más que algo que ha sido.
Tradiciones y paralelos
La imagen del Sacerdocio, del tabernáculo, del sacrificio, son abundantes en el AT. Se corresponden más con la imagen propuesta por el Levítico que con las prácticas reales del Templo en ese momento.
La imagen de Jesús como Sumo Sacerdote es propia de Hebreos y no tiene paralelos neotestamentarios. (Ver Comentario).
Comentario
La teología de Hebreos se nutre de una imaginería desarrollada sobre la concepción de sacerdocio y sacrificio. Mediante una exégesis típico-alegórica expone lo que quizás sea la cristología más abstracta del NT. La interacción entre el modelo sacerdotal y la acción de Jesús se organiza de tal manera que se esfuman las lecturas de la historicidad crística. En ese sentido es una construcción fuertemente simbólica (aún más que Juan), y su esfera privilegia lo “religioso” como el trasfondo de comprensión de la misión de Jesús. Esta concepción se funda en una visión sacrificial de la religioso, enmarcada en la dimensión de la violencia simbólica, que se nota principalmente en el v. 15. “interviene la muerte para la remisión”: la muerte es llevada a la dimensión de ley. Por otro lado, se invoca el Dios de la vida. Esta tensión, sólo hay vida a través de la muerte, propia de la teología israelita de la pureza, es usada aquí para señalar la caducidad del culto sacrificial. Pero, sin embargo, se deja vigente el principio sacrificial de ese discurso.
El presente texto, incluido en el leccionario en una teología sacrificial de la Eucaristía y vinculada con la festividad de Corpus Christi (ver texto del día), es un testigo de esta ambigüedad. Trata de explicar el ministerio de Cristo dentro del sistema religioso israelita, alterándolo en su contenido pero no en su principio organizador. Esto ha posibilitado recuperar dentro del cristianismo la violencia simbólica del sacrificio. Si se ha de trabajar homiléticamente este texto, cabría destacar la idea de un mediador de la Alianza más que el modo sacrificial de esa mediación. Señalar el acceso que nos abre a la comunión con el Dios de vida porque hace morir las obras muertas, o las obras de muerte, aún al precio de su propia entrega. Rescatar el núcleo histórico por encima del sacramental. Lo sacramental adquiere sentido por lo histórico y no al revés.
COMENTARIOS HECHOS EN EL GRUPO:
La epístola no dice quién es el autor. De todas maneras, fue incorporada al ‘corpus ‘ paulino. Es un texto judeo-helenístico y esto implica poseer conocimientos de las tradiciones judías ya que, de lo contrario, no puede percibirse con claridad lo que el mismo quiere transmitir. La comunidad que se pone en juego aquí tiene similitudes con la comunidad qumranita. En esta última, los modelos mesiánicos son real y sacerdotal como en un escrito encontrado en el Cairo (luego se vio que éste era qumranita, cuyo modelo de mesías era sacerdotal). Es así, que la epístola a los Hebreos debe ser leída en función de estas ideas. Aquí, el modelo mesiánico básico es fuertemente sacerdotal. Cristo es mediador, lo mismo que un sacerdote.
El tema de los macabeos creó un gran conflicto: la comunidad qumranita se crea por el rechazo al templo de Jerusalén usurpado por sacerdotes no auténticos (según los que luego serán los qumranitas). Idea básica del ‘pueblo de Dios’: es un proceso, nunca existe sino que va existiendo.
En el grupo, se produjo una gran discusión porque la cuestión del sacrificio da lugar a la idea de la expiación: Cristo tenía que morir para expiar, ya que Dios quiere que Cristo “pague” por todos/as. Pietrantonio rechaza la cuestión expiatoria, ya que ésta no parece ser teológicamente correcta: no habría un Dios sediento de pagas. Para Romanos, la paga del pecado es la propia muerte: “si peco, muero”. La dádiva de Dios es gracia, vida eterna. Toma la cuestión de Cristo en este segundo sentido: Cristo vino a este mundo para nuestra vida, no para nuestra muerte. La carga de nuestros pecados no significa, necesariamente, que Dios requiera que Cristo salde deudas que nunca contrajo. En este pasaje, se hace mención a una expiación.
Desde el punto de vista histórico, Jesús muere porque se dan una serie de condiciones. Desde el punto de vista teológico, muere para resucitar y ser el primogénito entre muchos hermanos. Muere para vencer la muerte. No es sólo la muerte propiamente dicha sino la resurrección. El destino final de Jesús es estar sentado a la derecha de Su Padre, para la Gloria de Dios Padre.
El grupo discute sobre el concepto de la Trinidad. La unidad de “tres” es difícil de entender, porque cada uno tiene una determinada “tarea” y “significación”. Dios es justo: no hace acepción de personas. Le hace justicia a la persona pobre. No tenemos parámetros para ver la justicia de Dios.
Una distinción fuertemente marcada entre Protestantismo y Catolicismo es que el único lenguaje de sacerdote que tiene el primero es de comunidad y no de un individuo único, personal. La fórmula católica es: Dios – sacerdote – pueblo; la fórmula protestante: Dios – pueblo.
Ex 24,3-8; Mc 14,12-16, 22-26; Sal 116,12-13,15-18
Introducción General
Hebreos es considerada una composición homilética, dentro del judeocristianismo de influencia alejandrina. Autores: ¿Apolos?, ¿Priscilla y Aquila?, ¿Bernabé?; son los nombres con mayor consenso. Estilo elaborado, afín a la teología paulina pero diferente en su modo de argumentar, sus imágenes y modo de expresión.
En cuanto a su estructura, se ha propuesto (A. Vanhoye) una formulación concéntrica con su eje en 8:1-9:28: Cristo es el Sumo Sacerdote de los bienes venideros. Nuestro texto, la nueva institución, estaría en el mismo núcleo de la epístola.
Crítica textual
Hay una variante de importancia en el v. 11: los bienes que han venido (RV) o los bienes que comienzan a ser (BJ). Me inclino por la 2da. variante. Es el anuncio de un pacto que se inaugura, que anuncia una herencia nueva. Hace más sentido pensar en algo que está llegando a ser, más que algo que ha sido.
Tradiciones y paralelos
La imagen del Sacerdocio, del tabernáculo, del sacrificio, son abundantes en el AT. Se corresponden más con la imagen propuesta por el Levítico que con las prácticas reales del Templo en ese momento.
La imagen de Jesús como Sumo Sacerdote es propia de Hebreos y no tiene paralelos neotestamentarios. (Ver Comentario).
Comentario
La teología de Hebreos se nutre de una imaginería desarrollada sobre la concepción de sacerdocio y sacrificio. Mediante una exégesis típico-alegórica expone lo que quizás sea la cristología más abstracta del NT. La interacción entre el modelo sacerdotal y la acción de Jesús se organiza de tal manera que se esfuman las lecturas de la historicidad crística. En ese sentido es una construcción fuertemente simbólica (aún más que Juan), y su esfera privilegia lo “religioso” como el trasfondo de comprensión de la misión de Jesús. Esta concepción se funda en una visión sacrificial de la religioso, enmarcada en la dimensión de la violencia simbólica, que se nota principalmente en el v. 15. “interviene la muerte para la remisión”: la muerte es llevada a la dimensión de ley. Por otro lado, se invoca el Dios de la vida. Esta tensión, sólo hay vida a través de la muerte, propia de la teología israelita de la pureza, es usada aquí para señalar la caducidad del culto sacrificial. Pero, sin embargo, se deja vigente el principio sacrificial de ese discurso.
El presente texto, incluido en el leccionario en una teología sacrificial de la Eucaristía y vinculada con la festividad de Corpus Christi (ver texto del día), es un testigo de esta ambigüedad. Trata de explicar el ministerio de Cristo dentro del sistema religioso israelita, alterándolo en su contenido pero no en su principio organizador. Esto ha posibilitado recuperar dentro del cristianismo la violencia simbólica del sacrificio. Si se ha de trabajar homiléticamente este texto, cabría destacar la idea de un mediador de la Alianza más que el modo sacrificial de esa mediación. Señalar el acceso que nos abre a la comunión con el Dios de vida porque hace morir las obras muertas, o las obras de muerte, aún al precio de su propia entrega. Rescatar el núcleo histórico por encima del sacramental. Lo sacramental adquiere sentido por lo histórico y no al revés.
COMENTARIOS HECHOS EN EL GRUPO:
La epístola no dice quién es el autor. De todas maneras, fue incorporada al ‘corpus ‘ paulino. Es un texto judeo-helenístico y esto implica poseer conocimientos de las tradiciones judías ya que, de lo contrario, no puede percibirse con claridad lo que el mismo quiere transmitir. La comunidad que se pone en juego aquí tiene similitudes con la comunidad qumranita. En esta última, los modelos mesiánicos son real y sacerdotal como en un escrito encontrado en el Cairo (luego se vio que éste era qumranita, cuyo modelo de mesías era sacerdotal). Es así, que la epístola a los Hebreos debe ser leída en función de estas ideas. Aquí, el modelo mesiánico básico es fuertemente sacerdotal. Cristo es mediador, lo mismo que un sacerdote.
El tema de los macabeos creó un gran conflicto: la comunidad qumranita se crea por el rechazo al templo de Jerusalén usurpado por sacerdotes no auténticos (según los que luego serán los qumranitas). Idea básica del ‘pueblo de Dios’: es un proceso, nunca existe sino que va existiendo.
En el grupo, se produjo una gran discusión porque la cuestión del sacrificio da lugar a la idea de la expiación: Cristo tenía que morir para expiar, ya que Dios quiere que Cristo “pague” por todos/as. Pietrantonio rechaza la cuestión expiatoria, ya que ésta no parece ser teológicamente correcta: no habría un Dios sediento de pagas. Para Romanos, la paga del pecado es la propia muerte: “si peco, muero”. La dádiva de Dios es gracia, vida eterna. Toma la cuestión de Cristo en este segundo sentido: Cristo vino a este mundo para nuestra vida, no para nuestra muerte. La carga de nuestros pecados no significa, necesariamente, que Dios requiera que Cristo salde deudas que nunca contrajo. En este pasaje, se hace mención a una expiación.
Desde el punto de vista histórico, Jesús muere porque se dan una serie de condiciones. Desde el punto de vista teológico, muere para resucitar y ser el primogénito entre muchos hermanos. Muere para vencer la muerte. No es sólo la muerte propiamente dicha sino la resurrección. El destino final de Jesús es estar sentado a la derecha de Su Padre, para la Gloria de Dios Padre.
El grupo discute sobre el concepto de la Trinidad. La unidad de “tres” es difícil de entender, porque cada uno tiene una determinada “tarea” y “significación”. Dios es justo: no hace acepción de personas. Le hace justicia a la persona pobre. No tenemos parámetros para ver la justicia de Dios.
Una distinción fuertemente marcada entre Protestantismo y Catolicismo es que el único lenguaje de sacerdote que tiene el primero es de comunidad y no de un individuo único, personal. La fórmula católica es: Dios – sacerdote – pueblo; la fórmula protestante: Dios – pueblo.