Esta voluntad es mía

(Poema encontrado en la guarda de la Biblia de un misionero que murió en el África, traducido por Howard S. Coffey)

Puesto en Tu altar, Oh mi Señor Divino,
Recibe este don por amor de Jesús hoy;
No tengo joyas para adornar Tu trono,
Ni un sacrificio de fama mundial doy;
Pero si aquí Te traigo en manos temblorosas,
Esta voluntad mía, que parece ser tan poco
Y entenderlo, Oh Señor, solo Tú podrás,
Que cuando Te la rindo, Te rindo mi todo.

Escondidas allí Tu mirada escondida ve
Luchas de pasiones, visiones de gozos,
Todo lo que poseo, o que soy, o aún seré,
Amores profundos, esperanzas, y anhelos infinitos;
Ha sido mojada con lagrimas, y con suspiros ofuscada,
Estrujada en mi mano, y así despojada de beldad;
Ahora yace en plena derrota ante Tus santas gradas
De donde la plegaria asciende, "Hágase Tu Voluntad".

Acéptala, Oh Padre, antes que falte mi valor,
Y que se funda tal con Tu voluntad que aún
Cuando en algún momento desesperado rija mi clamor,
Y me devuelvas mi voluntad, que de algún
Modo sea tan transformada, tan pura, de tanta gracia,
Tan una con la Tuya, tan llena de sacra paz será,
Que no la conoceré ni la sentiré como la mía,
Sino, al lograr de nuevo mi voluntad, Tuya aun reinará.