elección de vida o muerte

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Texto: Lucas 23:13-25
Introducción: Si a algo nos tiene acostumbrados esta sociedad moderna es a la posibilidad de elegir frente a muchas opciones. El mercado de las religiones no se ha quedado atrás. Hoy nos ofrece una gran cantidad de formas de acercarnos a Dios, encontrar la paz y la felicidad. Muy distinto es el panorama en la Palabra de Dios. Siempre nos encontramos sólo con dos opciones: vida o muerte, cielo o infierno, Jesús o Barrabás. ¿Cuál hubiese sido nuestra elección de haber estado en medio de la multitud que debió elegir entre Jesús y Barrabás?

Desarrollo

I. Anhelo de un Mesías

El pueblo de Israel se encontraba en un momento en que anhelaba la pronta venida del tan anunciado Mesías. Mas aún cuando se encontraban bajo el dominio de los romanos.

a) Por una lado estaba Jesús, en quien muchos vieron el esperado líder militar que instauraría nuevamente el tiempo de grandeza que vivió Israel en el tiempo de David.
b) Por el otro lado estaba Barrabás, quien seguramente aburrido de esta espera, se levantó contra la autoridad. Incluso fue echado a la cárcel por asesinar en una revuelta junto a otros.

Cada uno de ellos era distinto en su forma de actuar y el pueblo finalmente eligió:

a) Escogieron la ilegalidad en lugar de la ley: En lugar de Jesús eligieron a un delincuente. Una de las palabras que se usa para pecado en el Nuevo Testamento es “anomía” que significa “falta de ley”. En el corazón humano existe una constante naturaleza que se revela contra toda ley, norma o disciplina que de alguna manera trate de limitar su “libertad”. Muchos hoy, al igual que la multitud rechazan la ley para dejarse llevar por todo aquello que les produzca placer. No importando si es moralmente correcto o no. Aquellos que levantan la voz proclamando que la Palabra de Dios debe ser la ley que conduzca la vida del hombre, son calificados como anticuados. Muchos hoy al igual que la multitud siguen prefiriendo la ilegalidad en lugar de la ley.
b) Escogieron la violencia en lugar de la paz: Escogieron a un asesino que al Príncipe de Paz. La violencia es algo natural de nuestra naturaleza caída. La violencia como solución a los problemas es algo que observamos ya en Caín cuando mata a su hermano Abel. La vemos hoy en Irak, pero también la podemos ver en muchos hogares. Pero hoy como ayer vemos que la violencia sólo trae destrucción y más violencia al ser humano.
c) Escogieron el odio en lugar del amor: Barrabás fue impulsado a actuar por el odio a los gobernantes. Jesús fue impulsado por el amor a los pecadores. Seguir el camino del odio no resulta tan difícil, sólo debemos dejarnos guiar por nuestros impulsos propios de una naturaleza alejada de Dios. En cambio el camino del amor significa sacrificio. Ya que debemos amar aún cuando no se nos corresponda. Implica buscar el bien del otro antes que el mío.


II. Implicancias de la elección

Al ver detalladamente las implicancias de esta elección, nos damos cuenta que no sólo fue la elección de unos pocos judío, sino que siguen siendo las mismas elecciones de muchos hoy en día.
Pero esta elección, además implicó seguir el camino de aquel a quien eligieron:

a) El camino de Barrabás: No sabemos si Barrabás siguió formando revueltas o no. Lo que sabemos es que la opción de las armas como camino a la libertad, fue algo que estuvo presente en muchos. Pero en el año 70 d. C. Jerusalén fue destruida. Que pertinentes suenas las palabras del Salmo 118: 8-9. En el transcurso de la historia, muchos se han levantado anunciando tener la gran solución para los problemas del hombre. Pero finalmente han fracasos en su intento. Así muchos siguen esperando que el gobierno de turno les traiga la tan anhelada tranquilidad y felicidad. Pero al igual que esta gente del primer siglo, muy pronto ven destruidas sus esperanzas.
b) El camino de Jesús: No concluyó allí, sino que siguió hasta la cruz. Y frente a la cruz debemos reflexionar en dos aspectos:

1. Vemos a Jesús muriendo en lugar del culpable. Sostenido en la cruz, no por la fuerza de los clavos sino por la fuerza de su amor.
2. Además, observamos que es inevitable seguir a Jesús y subirnos a la cruz. No como los filipinos que se crucifican cada viernes santo. Ni tampoco porque debamos hacer algún mérito. Si creemos y entendemos que Jesucristo fue el sacrificio único y aceptado por Dios, debemos responder a esa creencia muriendo al Yo. Morir al dominio de nuestras vidas y no seguir viviendo según lo que yo creo que esta bien. Como bien lo dijo Pablo en Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por nosotros”

Hemos observado a muchos a la salida de los cines después de ver “La pasión de Cristo”. Varios salen conmovidos hasta las lágrimas al ver la crudeza de las escenas. Es bueno preguntarse ¿Cuántos se quedarán mirando y llorando al ver al Cristo crucificado y cuantos responderán a su llamado y se subirán a la cruz? Muchos prefieren no subir ya que esto como dice 1 Cor. 1:18 “Es la locura de la cruz” y prefieren no ser parte de esta locura.

Jesucristo para resucitar primero tuvo que morir, de igual manera si queremos seguir la ruta del maestro, es inevitable morir para poder resucitar a una nueva vida. Donde podremos ser ciudadanos del Reino de Dios.

No importa cuan cerca estemos de la cruz, debemos responder al llamado de Jesucristo y seguirle a ese lugar. De lo contrario es muy probable que como muchos sigas siendo un “ateo religioso”, creyendo que Dios existe, pero viviendo como si no existiera.


Conclusión.

Pudiendo estar en medio de esta multitud que elige entre Jesús o Barrabás ¿A quien elegimos? ¿A Barrabás, para seguir haciendo las cosas a nuestra manera? O ¿A Jesús muriendo a nuestra autosuficiencia y colocándolo como Señor de nuestra vidas?



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