El Otro

0
Hace un tiempo recibimos una grave noticia, que a muchos y muchas de los hermanos y hermanas de mi iglesia les causó profunda tristeza. Fue motivo de tremendo dolor en nuestra comunidad de fe esta semana, cuando nos informaron de la repentina muerte de uno de los más activos miembros: “el otro”.
El vacío que ha creado la muerte de “el otro” difícilmente será llenado. “El otro” ha estado con nosotros durante años y en todo este tiempo ha trabajado más que un miembro normal. Cada vez que se hablaba de liderazgo se buscaba al “otro”, tanto para la inspiración como también para obtener resultados. Cuando había un trabajo para hacer, una clase para enseñar o una reunión a la cual asistir, siempre se decía: “Que lo haga ‘el otro’”.
Además, todos tenían conocimiento de que “el otro” era uno de los ofrendantes más generosos en la iglesia. Cada vez que había una necesidad económica, todos y todas asumían que “el otro” pondría todo lo que fuera necesario para solucionar el problema. Esperaban de “el otro” más de lo que correspondía.
Ahora “el otro” se ha ido. ¿Qué haremos? Ya no podemos depender más de “el otro” para ministrar. ¿Quién hará los trabajos a los que el Señor nos llama y que siempre quisimos dejar a “el otro”? ¿Los haré yo? ¿Los harás vos? ¿Los haremos juntos?

Compartir

Más recursos

Sponsor


Suscripción gratuita

Te avisaremos cuando agreguemos nuevos recursos. No te enviaremos más de uno o dos mensajes semanales.