El niño al que no dejaron entrar a la iglesia
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En algún tiempo existía una iglesia verdaderamente muy grande, con muchos miembros y además adinerados. Casi, casi, el más pobre era dueño de una fábrica.
Un día llegó un niño de 12 años al que le gustaron las alabanzas y quiso entrar, pero el portero le dijo:
- ve y vístete por que así no te dejaré entrar.
El niño fue y buscó lo mejor y lo más bonito de su closet para ir a la iglesia. Lavó sus ropas y esperó el día domingo. Se levantó muy temprano. Iré más temprano para que me den un lugar, pensó.
Al llegar a la iglesia el portero no lo dejó entrar, le dijo:
- cuando seas más grandecito y tengas un trabajo podrás entrar.
El niño, conmovido, se sentó en una banca del parque y comenzó a llorar. De pronto, escuchó una voz suave que le dijo:
- ¿por qué lloras hijo mío?
El niño respondió:
- porque no me dejan entrar a esta iglesia
Entonces, la Voz le respondió:
- no te preocupes, ni a mi me dejaron entrar.
Un día llegó un niño de 12 años al que le gustaron las alabanzas y quiso entrar, pero el portero le dijo:
- ve y vístete por que así no te dejaré entrar.
El niño fue y buscó lo mejor y lo más bonito de su closet para ir a la iglesia. Lavó sus ropas y esperó el día domingo. Se levantó muy temprano. Iré más temprano para que me den un lugar, pensó.
Al llegar a la iglesia el portero no lo dejó entrar, le dijo:
- cuando seas más grandecito y tengas un trabajo podrás entrar.
El niño, conmovido, se sentó en una banca del parque y comenzó a llorar. De pronto, escuchó una voz suave que le dijo:
- ¿por qué lloras hijo mío?
El niño respondió:
- porque no me dejan entrar a esta iglesia
Entonces, la Voz le respondió:
- no te preocupes, ni a mi me dejaron entrar.