El misterio de la Navidad

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La primera Navidad fue muy pequeña, pero muy grande. María, José y el Niño nos enseñan que no importa lo que uno tenga, cuando se quiere, cualquier lugar es bueno para unir a todo el genero humano. Los reyes y los pobres pastores, que no se juntaban nunca, fueron familia en el pesebre de Nazaret. Si uno se decide a dar el primer paso para compartir los dones que posee, toda la realidad se transforma. Los reyes compartieron sus bienes, y los pastores armaron la fiesta. Jesús, José y María abrieron el camino para que nos amáramos de corazón y formáramos una gran familia. En esta Navidad, no esperemos a última hora, demos el primer paso, para que la luz del pesebre nos una y renazca entre nosotros la hermandad.
Para meditar mejor este adviento, les ofrecemos una poesía para reflexionar y compartir en familia.

El misterio de la Navidad

La eternidad y el tiempo
se besan en un niño
y su cuerpo se estremece
en un solo latido.

Vibran las campanas del orbe
y la inmensidad se concentra
en un punto transparente
que une el cielo y la tierra.

Las preguntas del hombre
en la simplicidad se develan,
todo el universo
cabe en una cuna pequeña.

La esperanza se agita
en el día que llega
no podrán matarla,
Dios nace despojado
en medio de la miseria.

Y hace el milagro deseado
de juntar a los hombres:
los reyes con sus dinero
comparten con los pastores.

Los que no tenían nada,
lo dieron todo,
la buena voluntad
es el más grande tesoro.

Hermanados, contemplan
el sentido de la vida,
que, sin solidaridad,
la existencia es vacía.

Navidad es un grito
que nos llena de luz
para que el hombre de hoy
trabaje por el bien común.

Contribución :Familia Faber

E-mail: familia_faber@yahoo.com.ar

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