El hombre que pidió que llueva

0
El verano de 1853 fue extraordinariamente calido y seco, de modo que
los
pastizales se secaron y todo presagiaba una cosecha desastrosa. Bajo
estas
circunstancias, la gran congregacion se reunio un domingo en la iglesia
de
Oberlin, como de costumbre, cuando, aunque el cielo estaba
despejado,
Finney sintio la pesada carga de orar pidiendo lluvia. En su
oracion
profundizo el clamor de angustia que provenia de cada corazon y detallo
la
prolongada sequia en mas o menos las siguientes palabras:
"Se¤or, no pretendemos dictarte que es mejor para nosotros, pero tu nos
has
invitado a que acudamos a ti como ni¤os a su padre terrenal, y te
contemos
nuestras necesidades. Necesitamos lluvia. Nuestros pastizales
estan
secos, la tierra esta boqueando de sed; el ganado vaga de un lado a otro
en
busca de agua. Aun las ardillas del bosque padecen de sed. Nuestro
ganado
morira y nuestra cosecha se perdera si no nos das agua. ­ Oh
Se¤or,
mandanos lluvia y que sea ahora mismo ! Aunque no vemos se¤al de
lluvia,
es facil para ti producirla. Enviala, Se¤or, ahora mismo, por amor
de
Cristo. Amen.

Leyo las Escrituras y comenzo a predicar, pero en unos pocos momento
tuvo
que detener su predicacion, debido al ruido producido por los truenos de
la
tormenta. Se detuvo y dijo:
- Es mejor dejar el mensaje en este punto y dar gracias al Se¤or por
la
lluvia.-- Extracto de la vida de Finney

Compartir

Más recursos

Sponsor


Suscripción gratuita

Te avisaremos cuando agreguemos nuevos recursos. No te enviaremos más de uno o dos mensajes semanales.