El cura y el hombre que cuidaba su auto
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Alberto estaba lavando su auto en la acera, frente a su propia casa.
Pasó por ahí como de costumbre, el señor Cura;se detuvo y felicitó a
Alberto:
- ¡Qué bonito se ve tu automóvil! tiene sus años pero lo veo siempre limpio
y brillante.
- ¡Si supiera usted, señor Cura - comentó Alberto- cuánto tiempo y trabajo
me cuesta! por lo menos una hora diaria.
El señor Cura se puso serio y dijo:
- Y para tener limpia y brillante tu alma, Juan ¿cuánto tiempo gastas
diariamente?
Juan no contestó, pues él casi nunca se da momentos para la intimidad con
Dios y la reflexión.
Entonces el Cura concluyó:
- Juan, francamente yo no quisiera ser tu alma, sino... tu automóvil.
---------------------------------
A veces no le damos importancia a lo mas importante en nuestras vidas que es
nuestra alma, y preferimos tener autos, casas, joyas y ropa impecable, que
no está mal, pero ¿realmente como está nuestro espíritu? ¿Somos acaso una
bella mansión por fuera y un tugurio por dentro?
DEDICALE TIEMPO A TU ALMA Y A TU ESPIRITU!
Pasó por ahí como de costumbre, el señor Cura;se detuvo y felicitó a
Alberto:
- ¡Qué bonito se ve tu automóvil! tiene sus años pero lo veo siempre limpio
y brillante.
- ¡Si supiera usted, señor Cura - comentó Alberto- cuánto tiempo y trabajo
me cuesta! por lo menos una hora diaria.
El señor Cura se puso serio y dijo:
- Y para tener limpia y brillante tu alma, Juan ¿cuánto tiempo gastas
diariamente?
Juan no contestó, pues él casi nunca se da momentos para la intimidad con
Dios y la reflexión.
Entonces el Cura concluyó:
- Juan, francamente yo no quisiera ser tu alma, sino... tu automóvil.
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A veces no le damos importancia a lo mas importante en nuestras vidas que es
nuestra alma, y preferimos tener autos, casas, joyas y ropa impecable, que
no está mal, pero ¿realmente como está nuestro espíritu? ¿Somos acaso una
bella mansión por fuera y un tugurio por dentro?
DEDICALE TIEMPO A TU ALMA Y A TU ESPIRITU!