El Cuerpo del Espíritu
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No hace tanto tiempo, en plena celebración festiva en el Caribe, donde todo se festeja con el cuerpo y el alma nunca parece quieta,
pretendía yo invitar a la gente a adorar a Dios también con sus sentidos.
Entonces una chica me interrumpe y me dice: "Eso no es espíritual", como diciendo "los sentidos vienen del diablo"
Nunca tuve una imagen tan patente de esa dicotomía trágica y antibíblica "alma versus cuerpo".
Pero eso no es nada. La tal chica se movía con mucha gracia en los cantos, se destacaba por golpear las palmas y cuando hablaba lo
hacía con los ojos, la cara y todo el cuerpo. Y me dije para mí:
"menos mal que su teología del cuerpo es sólo palabras".
Sin embargo por mucho tiempo para mucha gente el cuerpo fue un estorbo, casi un monstruo que daba miedo. Y portavoz de ese
desastre "ecológico" fuimos tambien varias iglesias.
Y pensar que María concibió por obra del Espíritu. Y Dios tuvo cuerpo y fue Jesús. Y pensar que la resurrección de nuestros cuerpos será autoría del tal Espíritu.
Hay que estar muy lejos del Espíritu, para ser "espiritual" de esta manera. En fin, los humanos tantas veces sobresalimos por separar lo que Dios ha unido.
Por eso nada mejor nos pareció en este tiempo
del Espíritu, de Pentecostes, que descubrir el cuerpo y festejar lo sagrado de nuestros sentidos: oir, gustar, tocar, mirar, oler,
puentes de la vida por los que Dios despierta el placer de ser humanos.
El difrute de los sentidos, antes de ser manipulación y especulación de la estupidez humana (la estupidez es también un aporte del
pecado) fue un invento de Dios. Habrá que recrearlo, liberarlo otra vez para recuperar la inocencia perdida y poder entrar en el Reino.
Los "dones" (carismas, gracias) del Espíritu se disfrutan (y construyen el Cuerpo al decir de Pablo) en los ojos que aman; en la
ternura que nos toca en la caricia; en la música de las palabras que oímos; en el aroma que huele del jardín (Edén) soñado por
Dios; en el gusto de la vida que pasa por el paladar.
¿Y los pobres? ¿Qué miran, tocan, huelen, oyen, gustan?
Porque el placer de ser humano es para todos. Como el Espíritu. Por eso Dios
quiere que crezcamos hacia un Pentecostés de mayorias, latinoamericano, para saldar nuestra deuda interna.
Sería bueno como corolario ponerle CUERPO de celebración, GESTO, MOVIMIENTO, PLASTICA, al Espíritu de estas palabras (frases) sobre
los SENTIDOS.
"El que tenga OIDOS, que oiga".
"Y ponía las MANOS sobre ellos".
"Como en un espejo" (VERnos)
"El aire HUELE a..."
"Para GUSTAR la vida que da".
pretendía yo invitar a la gente a adorar a Dios también con sus sentidos.
Entonces una chica me interrumpe y me dice: "Eso no es espíritual", como diciendo "los sentidos vienen del diablo"
Nunca tuve una imagen tan patente de esa dicotomía trágica y antibíblica "alma versus cuerpo".
Pero eso no es nada. La tal chica se movía con mucha gracia en los cantos, se destacaba por golpear las palmas y cuando hablaba lo
hacía con los ojos, la cara y todo el cuerpo. Y me dije para mí:
"menos mal que su teología del cuerpo es sólo palabras".
Sin embargo por mucho tiempo para mucha gente el cuerpo fue un estorbo, casi un monstruo que daba miedo. Y portavoz de ese
desastre "ecológico" fuimos tambien varias iglesias.
Y pensar que María concibió por obra del Espíritu. Y Dios tuvo cuerpo y fue Jesús. Y pensar que la resurrección de nuestros cuerpos será autoría del tal Espíritu.
Hay que estar muy lejos del Espíritu, para ser "espiritual" de esta manera. En fin, los humanos tantas veces sobresalimos por separar lo que Dios ha unido.
Por eso nada mejor nos pareció en este tiempo
del Espíritu, de Pentecostes, que descubrir el cuerpo y festejar lo sagrado de nuestros sentidos: oir, gustar, tocar, mirar, oler,
puentes de la vida por los que Dios despierta el placer de ser humanos.
El difrute de los sentidos, antes de ser manipulación y especulación de la estupidez humana (la estupidez es también un aporte del
pecado) fue un invento de Dios. Habrá que recrearlo, liberarlo otra vez para recuperar la inocencia perdida y poder entrar en el Reino.
Los "dones" (carismas, gracias) del Espíritu se disfrutan (y construyen el Cuerpo al decir de Pablo) en los ojos que aman; en la
ternura que nos toca en la caricia; en la música de las palabras que oímos; en el aroma que huele del jardín (Edén) soñado por
Dios; en el gusto de la vida que pasa por el paladar.
¿Y los pobres? ¿Qué miran, tocan, huelen, oyen, gustan?
Porque el placer de ser humano es para todos. Como el Espíritu. Por eso Dios
quiere que crezcamos hacia un Pentecostés de mayorias, latinoamericano, para saldar nuestra deuda interna.
Sería bueno como corolario ponerle CUERPO de celebración, GESTO, MOVIMIENTO, PLASTICA, al Espíritu de estas palabras (frases) sobre
los SENTIDOS.
"El que tenga OIDOS, que oiga".
"Y ponía las MANOS sobre ellos".
"Como en un espejo" (VERnos)
"El aire HUELE a..."
"Para GUSTAR la vida que da".
