El Consejo de Dios
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El consejo de Dios
Proverbios 8:33 Atended el consejo y sed sabios, Y no lo menospreciéis.
Cimiento edificar hno. Pablo
Tienes que reforzar los cimientos, o se te va a caer la casa», le aconsejaron los amigos. «No se puede agregar un segundo piso a la casa si no se refuerza el cimiento», le advirtió un experto. «Hay que ponerle otros cimientos, porque los que tiene no van a aguantar», le dijeron los técnicos de la ciudad.
Pero Clancy Fegan, de Gales, Inglaterra, siguió adelante con su proyecto de agregarle un piso más a su casa. Puso en el nuevo piso, sala, dormitorio y baño. Cuando él y su esposa y su hija de dos años fueron a comprar los últimos artículos de uso doméstico, un formidable estruendo les dio aviso del terrible suceso. Se había derrumbado la casa.
A Clancy Fegan todos le aconsejaron bien. Su casita de un piso tenía el cimiento apropiado. Pero agregarle un piso más era peligroso. En efecto, el fundamento no resistió.
¿Sobre qué cimientos estamos edificando? ¿Qué base le hemos puesto a esa construcción que es nuestra vida?
Muchos afirman: «Yo edifico mi vida sobre mi fuerza de voluntad, mis talentos, mi capacidad intelectual.» Otros sostienen: «Yo estoy edificando mi vida, y la de mi familia, sobre mi propia base moral.» Otros aseguran: «Yo edifico mi vida conforme a mi religión.»
Todas son bases buenas, pero no son suficientes para sostener indefinidamente los grandes pesos de la vida. La moral puede desvanecerse, la fuerza de voluntad quebrarse, y la religión resultar hueca y falible cuando uno más la necesita.
Digámoslo de una vez: No hay otro cimiento seguro sobre el cual construir el gran edificio de la vida que Jesucristo y su Palabra eterna. Cristo es un cimiento que durante dos mil años ha probado ser lo bastante fuerte, firme y estable para construir sobre Él cualquier vida.
A través de su consejo, no únicamente aprendemos a sobrevivir si no a vivir en toda plenitud.
Todos absolutamente todos necesitamos en esta vida de consejos, desafortunadamente en ocasiones, recurrimos a consejeros y a consejos equivocados.
Este joven esposo recibió buenos consejos, pero al final los desechó, se apoyó en su manera de percibir las cosas, se apoyó en su propia prudencia, y el resultado es que la casa se le vino abajo. La Escritura nos aconseja a no apoyarnos en nuestra propia prudencia. Proverbios 3:5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Lamentablemente lo que le ocurrió a este joven esposo, nos llega a suceder en nuestra propia vida, llegamos a pedir consejo para al final de cuentas hacer lo que nosotros consideramos pertinente. Y el resultado de esa decisión, de apoyarnos en nuestra propia prudencia no es que se nos derrumbe la construcción de la casa, si no uno mismo o nuestra familia.
La Escritura nos dice: Proverbios 8:33 Atended el consejo y sed sabios, Y no lo menospreciéis.
¿Por qué necesitamos consejo?
Porque a veces hay tantos pensamientos dentro de nosotros, acerca de alguna cuestión, que nuestra mente llega a embotarse, es entonces cuando salen de nuestros labios esas palabras de “Estoy confundido”, “No se que hacer” “no sabemos a ciencia cierta que camino o decisión elegir”.
El matrimonio tiene graves problemas y sus integrantes no saben que decisiones se deben de tomar.
Entonces consultan a sus amigos, a los suegros u otras fuentes, para al final darse cuenta que la situación empeoro.
Los hijos tienen dificultad para tomar una decisión acertada, y eso los hace inseguros o a la vez imprudentes, escuchan tantas voces que en lugar de que les ayude a afirmar sus pensamientos, les confunden todavía más, y en medio de esa confusión atienden al consejo equivocado.
Al haber tantos pensamientos en lo referente a algún asunto, es bueno pedir consejo, pero un consejo lleno de sabiduría, un consejo imparcial, un consejo no que nos de gusto, sino que nos ubique en lo que nos va a servir aunque no sea de nuestro agrado.
En medio de tantos pensamientos, solo un consejo deberá prevalecer, y ese es el consejo de Dios:
Proverbios 19:21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre Mas el consejo de Jehová permanecerá.
El consejo de Dios lo podemos recibir a través de su Palabra, o a través de alguno de sus ministros.
También pudiéramos recibir un buen consejo a través de los padres o de un buen amigo, cosas que veremos más adelante.
Es bueno recibir consejo siempre y cuando la fuente sea confiable.
Usted a sido testigo, de cómo muchas personas buscan consejo de manera y en fuentes equivocadas.
Hace poco salió un reportaje en donde muchos personajes de la política, iban a consultar al brujo, al hechicero o al adivino, personajes que para la toma de decisiones importantes para nuestro país, basan sus acciones en consejeros ignorantes, en consejeros charlatanes, por ello tal vez el país está como esta.
Incluso se dice que Ronald Reagan y Nancy Reagan, consultaban a los astrólogos para la toma de decisiones importantes para los Estados Unidos.
Como vemos ellos buscaban consejo, pero en fuentes equivocadas, fuentes permeadas por el ocultismo, por el satanismo. No nada más los americanos sino incluso los políticos mexicanos.
Y es que no nada más los políticos si no quela mayoría de las personas consultan a todos menos a Dios:
Usted no tiene ninguna enfermedad Pablo
Primero sintió una molesta comezón en casi todo el cuerpo. Pensó que era alergia o picaduras de insectos. Pero la comezón siguió, y se complicó con cansancio y dolores en los brazos y las piernas.
Comenzó entonces para Patricia Delaney una larga e intensa odisea. La vieron veinticinco especialistas en Estados Unidos y Europa. Todos le dijeron lo mismo: «Usted, señora, no tiene ninguna enfermedad.» Pero la realidad era que Patricia sufría del mal de Hodgkin, cáncer glandular. Felizmente, por fin diagnosticaron su mal, y comenzó la etapa de recuperación.
Pero lo que le pasó a esta mujer, consultora industrial, le ocurre a muchas personas.
Tienen una debilidad general.
A su condición la acompañan fuertes dolores de cabeza y un desgano que no les permite estar activos. Entonces consultan médicos, recorren una ciudad tras otra y van de hospital en hospital, pero todos aseguran lo mismo: «Usted no tiene ninguna enfermedad.»
Esto es triste, y ocurre con más frecuencia de lo que las autoridades médicas están dispuestas a admitir. Pero hay algo que entristece aún más. Es cuando un hombre o una mujer van de un remedio a otro, de un consejero a otro, buscando la paz. Lo consultan todo: el horóscopo, el vaticinio, la adivinación, el augurio. Hasta se van tras religiones extrañas—el vudú, la hechicería, el satanismo—, todo para encontrar satisfacción en la vida. Y su búsqueda no produce más que desengaño.
¿Qué provecho puede uno sacar de un consejero equivocado?
Ninguno, si no más bien confusión y vergüenza.
A los que conocemos la Escritura, el Señor nos aconseja que recurramos a El, que no recurramos a cualquier persona, mucho menos a la gente que no tiene el conocimiento de Dios, Jeremías 17:5 Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.
No debemos recibir consejo sobre todo en decisiones cruciales de cualquier persona.
En situaciones relevantes, debemos buscar el consejo de Dios, ¿por qué debe ser así?
Job 12:13 Con Dios está la sabiduría y el poder Suyo es el consejo y la inteligencia.
Proverbios 8:14 Conmigo está el consejo y el buen juicio Y soy la inteligencia mío es el poder.
Salmo 33:11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
Cuando nosotros nos empapamos de la Palabra de Dios, cuando nos hemos dedicado de lleno a su estudio, la misma Palabra nos va marcando la pauta para la toma de decisiones, el consejo de Dios, está en su Palabra, y su consejo siempre nos va a llevar a recibir bendición, nuestro énfasis en este lugar es que se lea y se relea y se vuelva a releer la Palabra. El salmista decía: Salmo 119:103-105 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. 104 De tus mandamientos he adquirido inteligencia Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. 105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
A través de la Escritura el Señor nos va marcando la pauta para saber como y en donde andar y sobre todo que decisiones tomar.
Es nuestro deber anunciar todo el consejo de Dios, aunque este llegue a causar cierto malestar, porque a veces el consejo que se da no gusta a aquel que lo pide. Hechos 20:27 porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.
El consejo de Dios jamás debe de darse tratando de agradar al hombre, tratando de quedar bien con el. Gálatas 1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
El consejo puede no gustarnos, pero el consejo es bueno, yo he llegado a comparar el consejo con la medicina, y la medicina a veces tampoco nos gusta, le hacemos gestos porque sabe fea y mucho menos nos va a gustar, si el diagnóstico médico dicta una intervención quirúrgica, no nos va a gustar pero no va a servir, esa intervención incluso podría salvarnos la vida.
Pero el paciente prefiere escuchar: “No es nada de cuidado, tómese una aspirina y quedará como nuevo” entonces sale bien contento del consultorio, cuando la realidad es que su mal está tan avanzado que incluso necesita una amputación, pero eso no le gusta, y creo que a nadie nos gusta, pero a veces es necesario.
La Biblia es como el médico, o mejor dicho como el doctor, ella nos dirá nuestra enfermedad y la solución para ella.
Pero a muchos no nos gusta, y entonces recurrimos aun consejo equivocado, miremos algunos de los consejeros y consejos equivocados:
En problemas matrimoniales jamás pida consejo, a sus padres, suegros, tíos, primos, cuñados, concuños, mucho menos a los hijos y a ninguna persona que no esté casada.
Ya que si pedimos consejo con alguno de ellos, el consejo se va inclinar sobre el ser querido, si usted le pide consejo a sus papás sus papás le darán a usted la razón, porque usted es hijo, y si le pide consejo a los suegros, los suegros se inclinarán de igual manera por su hija o hijo.
En ninguna manera debemos llevar nuestros problemas matrimoniales a ningún familiar, si tenemos problemas familiares, tendré que buscar consejería matrimonial o familiar, en algún consejero ya sea espiritual, llámese pastor o ministro, o si usted lo desea hágalo de manera profesional.
Nada más que la mayoría de los profesionales, no conocen el manual de Dios, conocerán los escritos de Platón, Aristóteles filósofos griegos (428-347 a C) que afrontaron algunas cuestiones básicas de la Psicología, teorías que han y aun siguen siendo debatidas aun en estos tiempos, sin embargo, la Psicología científica como tal se inicia en el siglo XVII con los trabajos del filósofo racionalista francés René Descartes y de los empiristas (Conocimiento que se origina desde la experiencia. || 2. Sistema filosófico basado fundamentalmente en los datos de la experiencia) británicos: Thomas Hobbes y John Locke, ya en los años 1856-1939 Freud, médico neurólogo austriaco fundador del Psicoanálisis Carl Jung Psiquiatra y Psicoanalista suizo (1875-1961)
De manera que podemos decir que la psicología aun está en miras de descubrir nuevas cosas, para tratar de ayudar a las personas, mientras el consejo de Dios, ha estado desde los inicios de la creación. Usted sabrá a quien hace caso. A quién nos hizo y nos conoce a la perfección, o a los que todavía siguen experimentando, para haber que sale.
Le pongo un ejemplo sencillo, si usted tuviera un BMW nuevecito esos carros finos, elegantes y carísimos, y de pronto se le descompusiera, ¿Lo llevaría la taller de bicicletas para que se lo arreglen? ¿Oh, lo llevaría al mecánico de la esquina? ¿Verdad que no? Uno lo llevaría a la agencia, con el fabricante, no dejaríamos que cualquier persona le metiera mano.
Es lo mismo con el consejo, nada más que a diferencia del BMW, usted es mucho más importante, y a veces cuando nos descomponemos y necesitamos reparación, vamos no con nuestro fabricante el cuál es Dios, si no al taller de la esquina, que puede ser un mal consejero. Llámese, cuñada, comadre, o vecino.
Miremos que dice la escritura:
Isaías 30:1-3 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado! 2 Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto. 3 Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en vergüenza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusión.
Dios quiere que vengamos a Él, por consejo. Porque su consejo dice la Escritura que Salmo 33:11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
Job 12:13 Con Dios está la sabiduría y el poder Suyo es el consejo y la inteligencia.
Si el buen consejo está con Dios, para que buscar más.
Sin embargo, aun a pesar de que sabemos que en Dios está todo buen consejo, a veces andamos buscando consejeros de acuerdo a nuestra conveniencia, buscamos al primo, al tío, a la cuñada, al abuelito, para que nos aconsejen algo que nos deje satisfechos, buscamos un consejo, no tanto que nos ayude si no más no más bien que nos guste o nos acomode.
El consejo de Dios a veces no nos gusta, cito un ejemplo sencillo, la Biblia dice que no se deben entablar relaciones sentimentales con incrédulos, o casarse con el o con ella 2Cor 6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? Y cuando mira esto el joven, no le gusta y entonces va con su mamá y trata de ganar a través de ella su aprobación.
Otro consejo que Dios da a los casados es que no vivan en casa de sus padres, pero como eso no les conviene viven con ellos aun a expensas de desobedecer el consejo de Dios, les dice uno que no es correcto y se enojan con nosotros Mateo 19:4-5 El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, 5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?
Otro consejo que Dios da es que guarden el día de reposo, les dice uno que lo honren y se vuelven a enojar, y pretextan muchas cosas, entre ellos el que ya no están bajo la ley.
Viene la esposa a consejería pone al pobre marido barrido y regado, le dice uno el consejo de Dios, que debe tratar bien al marido y sale la esposa echando lumbre, porque no le gustó el consejo, ella quería que echará uno de una vez por todas a su marido al infierno. Cuando en ella está el mal.
O viene el esposo a quejarse amargamente de su mujer, le dice uno al marido que el tiene que cambiar ciertos hábitos y actitudes, y ya ni quiere venir a la iglesia, que porque no lo comprenden.
Y uno se pregunta, ¿Para que quieren el consejo si no lo obedecen o no les gusta?
La consejería no soluciona por arte de magia la mayoría de los problemas, si no más bien la consejería mete en un proceso al aconsejado, el cuál puede durar poco o algún tiempo, y vuelvo a tomar como ejemplo a la medicina, habrá alguna enfermedad que se cure con una inyección, pero habrá otras que necesiten todo un tratamiento, a lo mejor de semanas o incluso de años.
Pero de que funciona el consejo funciona: ¿Se quiere mirar avances en el área que se le aconsejo? Póngase a trabajar en ello, ¿Cómo me quiero curar, si no me tomo la medicina?
¿Quiénes atienden al consejo?
La gente sabia: Proverbios 8:33 Atended el consejo y sed sabios, Y no lo menospreciéis.
Proverbios 1:5 Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo,
¿Quién lo menosprecia? Proverbios 15:5 El necio menosprecia el consejo de su padre Mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente.
¿Para qué sirve el consejo?
Proverbios 4:13 Retén el consejo, no lo dejes Guárdalo, porque eso es tu vida.
Proverbios 19:20 Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez.
¿Y, si no guardo el consejo que me pasa?
Proverbios 13:18 Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo Más el que guarda la corrección recibirá honra.
Salmo 106:42-43 Sus enemigos los oprimieron, Y fueron quebrantados debajo de su mano. 43 Muchas veces los libró Mas ellos se rebelaron contra su consejo, Y fueron humillados por su maldad.
Salmo 107:10-12 Algunos moraban en tinieblas y sombra de muerte, Aprisionados en aflicción y en hierros, 11 Por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, Y aborrecieron el consejo del Altísimo. 12 Por eso quebrantó con el trabajo sus corazones Cayeron, y no hubo quien los ayudase.
El desobedecer el consejo, por lo general traerá consecuencias que no nos van a gustar y no tanto porque Dios, nos las mande si no que nosotros la provocamos, por ejemplo la cristiana que se casa con un incrédulo, al rato el incrédulo le dará una vida terrible, pero no es que Dios se lo haya ordenado, simplemente está pagando la consecuencia de su desobediencia.
Y ya de casada entonces se acuerda de Dios, y esta todo el día con Dios en su boca, pero en ocasiones pudiera ser muy tarde: Proverbios 1:24-33 Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, Sino que desechasteis todo consejo mío Y mi reprensión no quisisteis, 26 También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis 27 Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia. 28 Entonces me llamarán, y no responderé Me buscarán de mañana, y no me hallarán. 29 Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová, 30 Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía, 31 Comerán del fruto de su camino, Y serán hastiados de sus propios consejos. 32 Porque el desvío de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios los echará a perder 33 Más el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal.
Los más beneficiados al recibir el consejo somos nosotros. Pero, ¿entonces no puedo recibir consejo de otras personas? Claro que sí, siempre y cuando sea un consejo con fundamento bíblico, con un fundamento que nos va ayudar, no que nos va a solapar, usted puede recibir consejo por ejemplo de sus padres, siempre y cuando aun los hijos estén solteros, ya de casados tendrán que recurrir a la consejería pastoral.
Por favor no aconseje a los hijos ya de casados, se va a meter en problemas: con su yerno, su nuera, con los familiares de ellos o aun con su propia familia, esposo, esposa o hijos.
Entonces se puede recibir consejo de los padres: Proverbios 13:1 El hijo sabio recibe el consejo del padre Mas el burlador no escucha las reprensiones.
Proverbios 1:8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre
Cuando el hijo se le acerque a usted mamá, a contarle un problema muy grave o delicado, no lo guarde usted sola, tiene que hablar con su esposo, para que juntos puedan dar un consejo apropiado o dar la ayuda necesaria. Si usted oculta cosas de sus hijos a su marido, tendrá serios problemas.
¿Quién más nos puede aconsejar?
Proverbios 27:9 El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre.
El amigo, el que es verdaderamente amigo, nos dará un buen consejo aunque este nos duela, ya que un verdadero amigo nos hablará con la verdad, por la simple razón de que nos ama. Proverbios 27:6 Fieles son las heridas del que ama Pero importunos los besos del que aborrece.
En la novela de Miguel de Cervantes Saavedra: Don Quijote, miramos como Don quijote aconseja su fiel amigo Sancho Panza antes de irse este a gobernar la Insula Barataria
Consejos que dio Don Quijote a Sancho Panza - Miguel de Cervantes Saavedra (Novelista, poeta y dramaturgo español, 1547-1616)
Dispuesto, pues, el corazón a creer lo que te he dicho, está. ¡Oh, hijo!, atento a este tu Catón, que quiere aconsejarte, y ser norte y guía que te encamine y saque a seguro puerto de este mar proceloso donde vas a engolfarte que los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones.
Primeramente, ¡oh, hijo!, has de temer a Dios porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en nada.
Lo segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte, como la rana que quiso igualarse con el buey que si esto haces, vendrá a ser feos pies de la rueda de tu locura la consideración de haber guardado puercos en tu tierra.
Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte y préciate más de ser humilde virtuoso, que pecador soberbio.
Innumerables son aquellos que de baja estirpe nacidos han subido a la suma dignidad pontificia o imperatoria y de esta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te cansaran.
Mira, Sancho, si tomas por medio a la virtud y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los que los tienen príncipes y señores porque la sangre se hereda, y la virtud se aquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.
Siendo esto así, como lo es, que si acaso viniere a verte cuando estés en tu ínsula alguno de tus parientes, no lo deseches ni le afrentes, antes lo has de acoger, agasajar y regalar, que con esto satisfarás al cielo, que gusta que nadie le desprecie de lo que él hizo, y corresponderás a lo que debes a la naturaleza bien concertada.
Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida, con los ignorantes que presumen de agudos.
Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia que las informaciones del rico.
Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre los sollozos e importunidades del pobre.
Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al delincuente que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.
Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia.
Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún enemigo tuyo, aparta las mientes de su injuria, y ponlas en la verdad del caso.
No te ciegue la pasión propia en la causa ajena que los yerros que en ella hicieres, las más de las veces serán sin remedio, y si le tuvieren, será a costa de tu crédito y aún de tu hacienda.
Si alguna mujer hermosa viniere a pedirte justicia, quita los ojos de sus lágrimas y tus oídos de sus gemidos, y considera despacio la sustancia de lo que pide, si no quieres que se anegue tu razón en su llanto y tu bondad en sus suspiros.
Al que has de castigar con obras, no trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones,
Al culpado que cayere debajo de tu jurisdicción, considérale hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y, en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstrate piadoso y clemente porque aunque los tributos de Dios todos son iguales, más resplandece y campea, a nuestro ver, el de la misericordia que el de la justicia.
Si estos preceptos y estas reglas sigues, Sancho, serán luengos tus días, tu fama será eterna, tus premios colmados, tu felicidad indecible casarás tus hijos como quisieres títulos tendrán ellos y tus nietos vivirás en paz y beneplácito de las gentes, y, en los últimos pasos de la vida, te alcanzará el de la muerte en vejez suave y madura, y cerrarán tus ojos las tiernas y delicadas manos de tus terceros netezuelos. Esto que hasta aquí te he dicho son documentos que han de adornar tu alma.
Aunque estos personajes son producto de la Literatura, sin embargo se trasluce la sabiduría del escritor Miguel de Cervantes Saavedra expresando lo que todo amigo necesita tener en cuenta. Saber aconsejar.
Proverbios 27:9 El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre.
Busque personas, amigos que usted sabe que puede abrir su corazón, y sobre todo que sabe que el a aplicado esos consejos a su propia vida, porque a veces un matrimonio disfuncional, va a buscar consejo en otro matrimonio igual ¿Qué buen consejo o que provecho puede sacar de ahí? A veces somos tan buenos para aconsejar a otros pero no lo aplicamos a nuestra propia vida: ya lo dijo Tales de Mileto: Toma para ti los consejos que das a otro.
¿Recuerda lo que dice aquel refrán?
Consejo vendo y para mi no tengo Hno. Pablo
Durante veinte años estuvieron casados y no se separaron. Juntos ejercieron la abogacía y fueron consejeros matrimoniales. Asesoraron a varias parejas jóvenes y ayudaron a muchos a sobreponerse a sus problemas.
En el transcurso de esos veinte años adquirieron una buena posición económica y criaron tres hijos, pero ocurrió algo insólito. Olivia Howard de cuarenta y ocho años atropelló intencionalmente con su auto a Frank Howard, su esposo de cincuenta y uno, y lo mató.
Hay un proverbio que dice: «Consejos vendo, y para mí no tengo.» Es muy apropiado para ese matrimonio. Podían dar excelentes consejos a los demás, pero no los aplicaban a su propia vida. Su felicidad matrimonial era una teoría muy bonita. Pero en la práctica sólo tenían resentimiento y amargura.
Eran consejeros de otros, pero ellos mismos nunca tuvieron un consejero. Podían tratar los problemas de los demás, pero carecían de toda habilidad para tratar los suyos. El resultado fue que la esposa asesinara al marido.
Lucas 6:39 Y les decía una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?
La Biblia tiene dos consejos muy sencillos para toda pareja, los cuales bien aplicados y puestos en práctica solucionan cualquier desavenencia y problema. El primer consejo es que la esposa respete a su esposo, y el segundo, que el esposo ame a su esposa (Efesios 5:33).
Esa es verdadera sabiduría. El hombre necesita respeto. Y la mujer debe respetarlo. La mujer necesita amor, y el hombre debe amarla. Así de sencillo. Es el mejor consejo que puede darse a las parejas, y de su buena aplicación depende la felicidad matrimonial.
Si la esposa respeta al esposo, lo hará el rey del hogar, y el hombre estará satisfecho. Si el esposo ama a su esposa con amor puro y sacrificado, hará de ella la reina del hogar, y ella estará feliz.
Busque personas que le puedan bien aconsejar, pero procure no refugiarse en personas que le van a solapar, o le van a mal aconsejar, al final usted recibirá bendición si recibe un buen consejo, obviamente siempre y cuando usted lo obedezca:
Salmo 1:1-3 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado 2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae Y todo lo que hace, prosperará.
De manera que la Escritura nos dice: Proverbios 8:33 Atended el consejo y sed sabios, Y no lo menospreciéis.
Concluyo, Cuándo me acerco a pedir consejo ¿en realidad quiero ayuda o simplemente voy con el propósito de que se me justifique?
¿Buscaré un consejero para que me diga la verdad aunque me duela o buscaré un consejero que me apoye aunque este equivocado?
Llévese estos últimos consejos:
Ame al Señor con toda su alma, mente, fuerzas y a su prójimo como a usted mismo.
Esposa sujétese a su marido,
Esposos ame a su esposa y no sea áspero con ella.
Hijos obedezcan en todo a sus padres.
Padres no provoquen a ira a los hijos.
Proverbios 8:33 Atended el consejo y sed sabios, Y no lo menospreciéis.
Cimiento edificar hno. Pablo
Tienes que reforzar los cimientos, o se te va a caer la casa», le aconsejaron los amigos. «No se puede agregar un segundo piso a la casa si no se refuerza el cimiento», le advirtió un experto. «Hay que ponerle otros cimientos, porque los que tiene no van a aguantar», le dijeron los técnicos de la ciudad.
Pero Clancy Fegan, de Gales, Inglaterra, siguió adelante con su proyecto de agregarle un piso más a su casa. Puso en el nuevo piso, sala, dormitorio y baño. Cuando él y su esposa y su hija de dos años fueron a comprar los últimos artículos de uso doméstico, un formidable estruendo les dio aviso del terrible suceso. Se había derrumbado la casa.
A Clancy Fegan todos le aconsejaron bien. Su casita de un piso tenía el cimiento apropiado. Pero agregarle un piso más era peligroso. En efecto, el fundamento no resistió.
¿Sobre qué cimientos estamos edificando? ¿Qué base le hemos puesto a esa construcción que es nuestra vida?
Muchos afirman: «Yo edifico mi vida sobre mi fuerza de voluntad, mis talentos, mi capacidad intelectual.» Otros sostienen: «Yo estoy edificando mi vida, y la de mi familia, sobre mi propia base moral.» Otros aseguran: «Yo edifico mi vida conforme a mi religión.»
Todas son bases buenas, pero no son suficientes para sostener indefinidamente los grandes pesos de la vida. La moral puede desvanecerse, la fuerza de voluntad quebrarse, y la religión resultar hueca y falible cuando uno más la necesita.
Digámoslo de una vez: No hay otro cimiento seguro sobre el cual construir el gran edificio de la vida que Jesucristo y su Palabra eterna. Cristo es un cimiento que durante dos mil años ha probado ser lo bastante fuerte, firme y estable para construir sobre Él cualquier vida.
A través de su consejo, no únicamente aprendemos a sobrevivir si no a vivir en toda plenitud.
Todos absolutamente todos necesitamos en esta vida de consejos, desafortunadamente en ocasiones, recurrimos a consejeros y a consejos equivocados.
Este joven esposo recibió buenos consejos, pero al final los desechó, se apoyó en su manera de percibir las cosas, se apoyó en su propia prudencia, y el resultado es que la casa se le vino abajo. La Escritura nos aconseja a no apoyarnos en nuestra propia prudencia. Proverbios 3:5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Lamentablemente lo que le ocurrió a este joven esposo, nos llega a suceder en nuestra propia vida, llegamos a pedir consejo para al final de cuentas hacer lo que nosotros consideramos pertinente. Y el resultado de esa decisión, de apoyarnos en nuestra propia prudencia no es que se nos derrumbe la construcción de la casa, si no uno mismo o nuestra familia.
La Escritura nos dice: Proverbios 8:33 Atended el consejo y sed sabios, Y no lo menospreciéis.
¿Por qué necesitamos consejo?
Porque a veces hay tantos pensamientos dentro de nosotros, acerca de alguna cuestión, que nuestra mente llega a embotarse, es entonces cuando salen de nuestros labios esas palabras de “Estoy confundido”, “No se que hacer” “no sabemos a ciencia cierta que camino o decisión elegir”.
El matrimonio tiene graves problemas y sus integrantes no saben que decisiones se deben de tomar.
Entonces consultan a sus amigos, a los suegros u otras fuentes, para al final darse cuenta que la situación empeoro.
Los hijos tienen dificultad para tomar una decisión acertada, y eso los hace inseguros o a la vez imprudentes, escuchan tantas voces que en lugar de que les ayude a afirmar sus pensamientos, les confunden todavía más, y en medio de esa confusión atienden al consejo equivocado.
Al haber tantos pensamientos en lo referente a algún asunto, es bueno pedir consejo, pero un consejo lleno de sabiduría, un consejo imparcial, un consejo no que nos de gusto, sino que nos ubique en lo que nos va a servir aunque no sea de nuestro agrado.
En medio de tantos pensamientos, solo un consejo deberá prevalecer, y ese es el consejo de Dios:
Proverbios 19:21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre Mas el consejo de Jehová permanecerá.
El consejo de Dios lo podemos recibir a través de su Palabra, o a través de alguno de sus ministros.
También pudiéramos recibir un buen consejo a través de los padres o de un buen amigo, cosas que veremos más adelante.
Es bueno recibir consejo siempre y cuando la fuente sea confiable.
Usted a sido testigo, de cómo muchas personas buscan consejo de manera y en fuentes equivocadas.
Hace poco salió un reportaje en donde muchos personajes de la política, iban a consultar al brujo, al hechicero o al adivino, personajes que para la toma de decisiones importantes para nuestro país, basan sus acciones en consejeros ignorantes, en consejeros charlatanes, por ello tal vez el país está como esta.
Incluso se dice que Ronald Reagan y Nancy Reagan, consultaban a los astrólogos para la toma de decisiones importantes para los Estados Unidos.
Como vemos ellos buscaban consejo, pero en fuentes equivocadas, fuentes permeadas por el ocultismo, por el satanismo. No nada más los americanos sino incluso los políticos mexicanos.
Y es que no nada más los políticos si no quela mayoría de las personas consultan a todos menos a Dios:
Usted no tiene ninguna enfermedad Pablo
Primero sintió una molesta comezón en casi todo el cuerpo. Pensó que era alergia o picaduras de insectos. Pero la comezón siguió, y se complicó con cansancio y dolores en los brazos y las piernas.
Comenzó entonces para Patricia Delaney una larga e intensa odisea. La vieron veinticinco especialistas en Estados Unidos y Europa. Todos le dijeron lo mismo: «Usted, señora, no tiene ninguna enfermedad.» Pero la realidad era que Patricia sufría del mal de Hodgkin, cáncer glandular. Felizmente, por fin diagnosticaron su mal, y comenzó la etapa de recuperación.
Pero lo que le pasó a esta mujer, consultora industrial, le ocurre a muchas personas.
Tienen una debilidad general.
A su condición la acompañan fuertes dolores de cabeza y un desgano que no les permite estar activos. Entonces consultan médicos, recorren una ciudad tras otra y van de hospital en hospital, pero todos aseguran lo mismo: «Usted no tiene ninguna enfermedad.»
Esto es triste, y ocurre con más frecuencia de lo que las autoridades médicas están dispuestas a admitir. Pero hay algo que entristece aún más. Es cuando un hombre o una mujer van de un remedio a otro, de un consejero a otro, buscando la paz. Lo consultan todo: el horóscopo, el vaticinio, la adivinación, el augurio. Hasta se van tras religiones extrañas—el vudú, la hechicería, el satanismo—, todo para encontrar satisfacción en la vida. Y su búsqueda no produce más que desengaño.
¿Qué provecho puede uno sacar de un consejero equivocado?
Ninguno, si no más bien confusión y vergüenza.
A los que conocemos la Escritura, el Señor nos aconseja que recurramos a El, que no recurramos a cualquier persona, mucho menos a la gente que no tiene el conocimiento de Dios, Jeremías 17:5 Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.
No debemos recibir consejo sobre todo en decisiones cruciales de cualquier persona.
En situaciones relevantes, debemos buscar el consejo de Dios, ¿por qué debe ser así?
Job 12:13 Con Dios está la sabiduría y el poder Suyo es el consejo y la inteligencia.
Proverbios 8:14 Conmigo está el consejo y el buen juicio Y soy la inteligencia mío es el poder.
Salmo 33:11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
Cuando nosotros nos empapamos de la Palabra de Dios, cuando nos hemos dedicado de lleno a su estudio, la misma Palabra nos va marcando la pauta para la toma de decisiones, el consejo de Dios, está en su Palabra, y su consejo siempre nos va a llevar a recibir bendición, nuestro énfasis en este lugar es que se lea y se relea y se vuelva a releer la Palabra. El salmista decía: Salmo 119:103-105 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. 104 De tus mandamientos he adquirido inteligencia Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. 105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
A través de la Escritura el Señor nos va marcando la pauta para saber como y en donde andar y sobre todo que decisiones tomar.
Es nuestro deber anunciar todo el consejo de Dios, aunque este llegue a causar cierto malestar, porque a veces el consejo que se da no gusta a aquel que lo pide. Hechos 20:27 porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.
El consejo de Dios jamás debe de darse tratando de agradar al hombre, tratando de quedar bien con el. Gálatas 1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
El consejo puede no gustarnos, pero el consejo es bueno, yo he llegado a comparar el consejo con la medicina, y la medicina a veces tampoco nos gusta, le hacemos gestos porque sabe fea y mucho menos nos va a gustar, si el diagnóstico médico dicta una intervención quirúrgica, no nos va a gustar pero no va a servir, esa intervención incluso podría salvarnos la vida.
Pero el paciente prefiere escuchar: “No es nada de cuidado, tómese una aspirina y quedará como nuevo” entonces sale bien contento del consultorio, cuando la realidad es que su mal está tan avanzado que incluso necesita una amputación, pero eso no le gusta, y creo que a nadie nos gusta, pero a veces es necesario.
La Biblia es como el médico, o mejor dicho como el doctor, ella nos dirá nuestra enfermedad y la solución para ella.
Pero a muchos no nos gusta, y entonces recurrimos aun consejo equivocado, miremos algunos de los consejeros y consejos equivocados:
En problemas matrimoniales jamás pida consejo, a sus padres, suegros, tíos, primos, cuñados, concuños, mucho menos a los hijos y a ninguna persona que no esté casada.
Ya que si pedimos consejo con alguno de ellos, el consejo se va inclinar sobre el ser querido, si usted le pide consejo a sus papás sus papás le darán a usted la razón, porque usted es hijo, y si le pide consejo a los suegros, los suegros se inclinarán de igual manera por su hija o hijo.
En ninguna manera debemos llevar nuestros problemas matrimoniales a ningún familiar, si tenemos problemas familiares, tendré que buscar consejería matrimonial o familiar, en algún consejero ya sea espiritual, llámese pastor o ministro, o si usted lo desea hágalo de manera profesional.
Nada más que la mayoría de los profesionales, no conocen el manual de Dios, conocerán los escritos de Platón, Aristóteles filósofos griegos (428-347 a C) que afrontaron algunas cuestiones básicas de la Psicología, teorías que han y aun siguen siendo debatidas aun en estos tiempos, sin embargo, la Psicología científica como tal se inicia en el siglo XVII con los trabajos del filósofo racionalista francés René Descartes y de los empiristas (Conocimiento que se origina desde la experiencia. || 2. Sistema filosófico basado fundamentalmente en los datos de la experiencia) británicos: Thomas Hobbes y John Locke, ya en los años 1856-1939 Freud, médico neurólogo austriaco fundador del Psicoanálisis Carl Jung Psiquiatra y Psicoanalista suizo (1875-1961)
De manera que podemos decir que la psicología aun está en miras de descubrir nuevas cosas, para tratar de ayudar a las personas, mientras el consejo de Dios, ha estado desde los inicios de la creación. Usted sabrá a quien hace caso. A quién nos hizo y nos conoce a la perfección, o a los que todavía siguen experimentando, para haber que sale.
Le pongo un ejemplo sencillo, si usted tuviera un BMW nuevecito esos carros finos, elegantes y carísimos, y de pronto se le descompusiera, ¿Lo llevaría la taller de bicicletas para que se lo arreglen? ¿Oh, lo llevaría al mecánico de la esquina? ¿Verdad que no? Uno lo llevaría a la agencia, con el fabricante, no dejaríamos que cualquier persona le metiera mano.
Es lo mismo con el consejo, nada más que a diferencia del BMW, usted es mucho más importante, y a veces cuando nos descomponemos y necesitamos reparación, vamos no con nuestro fabricante el cuál es Dios, si no al taller de la esquina, que puede ser un mal consejero. Llámese, cuñada, comadre, o vecino.
Miremos que dice la escritura:
Isaías 30:1-3 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado! 2 Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto. 3 Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en vergüenza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusión.
Dios quiere que vengamos a Él, por consejo. Porque su consejo dice la Escritura que Salmo 33:11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
Job 12:13 Con Dios está la sabiduría y el poder Suyo es el consejo y la inteligencia.
Si el buen consejo está con Dios, para que buscar más.
Sin embargo, aun a pesar de que sabemos que en Dios está todo buen consejo, a veces andamos buscando consejeros de acuerdo a nuestra conveniencia, buscamos al primo, al tío, a la cuñada, al abuelito, para que nos aconsejen algo que nos deje satisfechos, buscamos un consejo, no tanto que nos ayude si no más no más bien que nos guste o nos acomode.
El consejo de Dios a veces no nos gusta, cito un ejemplo sencillo, la Biblia dice que no se deben entablar relaciones sentimentales con incrédulos, o casarse con el o con ella 2Cor 6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? Y cuando mira esto el joven, no le gusta y entonces va con su mamá y trata de ganar a través de ella su aprobación.
Otro consejo que Dios da a los casados es que no vivan en casa de sus padres, pero como eso no les conviene viven con ellos aun a expensas de desobedecer el consejo de Dios, les dice uno que no es correcto y se enojan con nosotros Mateo 19:4-5 El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, 5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?
Otro consejo que Dios da es que guarden el día de reposo, les dice uno que lo honren y se vuelven a enojar, y pretextan muchas cosas, entre ellos el que ya no están bajo la ley.
Viene la esposa a consejería pone al pobre marido barrido y regado, le dice uno el consejo de Dios, que debe tratar bien al marido y sale la esposa echando lumbre, porque no le gustó el consejo, ella quería que echará uno de una vez por todas a su marido al infierno. Cuando en ella está el mal.
O viene el esposo a quejarse amargamente de su mujer, le dice uno al marido que el tiene que cambiar ciertos hábitos y actitudes, y ya ni quiere venir a la iglesia, que porque no lo comprenden.
Y uno se pregunta, ¿Para que quieren el consejo si no lo obedecen o no les gusta?
La consejería no soluciona por arte de magia la mayoría de los problemas, si no más bien la consejería mete en un proceso al aconsejado, el cuál puede durar poco o algún tiempo, y vuelvo a tomar como ejemplo a la medicina, habrá alguna enfermedad que se cure con una inyección, pero habrá otras que necesiten todo un tratamiento, a lo mejor de semanas o incluso de años.
Pero de que funciona el consejo funciona: ¿Se quiere mirar avances en el área que se le aconsejo? Póngase a trabajar en ello, ¿Cómo me quiero curar, si no me tomo la medicina?
¿Quiénes atienden al consejo?
La gente sabia: Proverbios 8:33 Atended el consejo y sed sabios, Y no lo menospreciéis.
Proverbios 1:5 Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo,
¿Quién lo menosprecia? Proverbios 15:5 El necio menosprecia el consejo de su padre Mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente.
¿Para qué sirve el consejo?
Proverbios 4:13 Retén el consejo, no lo dejes Guárdalo, porque eso es tu vida.
Proverbios 19:20 Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez.
¿Y, si no guardo el consejo que me pasa?
Proverbios 13:18 Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo Más el que guarda la corrección recibirá honra.
Salmo 106:42-43 Sus enemigos los oprimieron, Y fueron quebrantados debajo de su mano. 43 Muchas veces los libró Mas ellos se rebelaron contra su consejo, Y fueron humillados por su maldad.
Salmo 107:10-12 Algunos moraban en tinieblas y sombra de muerte, Aprisionados en aflicción y en hierros, 11 Por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, Y aborrecieron el consejo del Altísimo. 12 Por eso quebrantó con el trabajo sus corazones Cayeron, y no hubo quien los ayudase.
El desobedecer el consejo, por lo general traerá consecuencias que no nos van a gustar y no tanto porque Dios, nos las mande si no que nosotros la provocamos, por ejemplo la cristiana que se casa con un incrédulo, al rato el incrédulo le dará una vida terrible, pero no es que Dios se lo haya ordenado, simplemente está pagando la consecuencia de su desobediencia.
Y ya de casada entonces se acuerda de Dios, y esta todo el día con Dios en su boca, pero en ocasiones pudiera ser muy tarde: Proverbios 1:24-33 Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, Sino que desechasteis todo consejo mío Y mi reprensión no quisisteis, 26 También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis 27 Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia. 28 Entonces me llamarán, y no responderé Me buscarán de mañana, y no me hallarán. 29 Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová, 30 Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía, 31 Comerán del fruto de su camino, Y serán hastiados de sus propios consejos. 32 Porque el desvío de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios los echará a perder 33 Más el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal.
Los más beneficiados al recibir el consejo somos nosotros. Pero, ¿entonces no puedo recibir consejo de otras personas? Claro que sí, siempre y cuando sea un consejo con fundamento bíblico, con un fundamento que nos va ayudar, no que nos va a solapar, usted puede recibir consejo por ejemplo de sus padres, siempre y cuando aun los hijos estén solteros, ya de casados tendrán que recurrir a la consejería pastoral.
Por favor no aconseje a los hijos ya de casados, se va a meter en problemas: con su yerno, su nuera, con los familiares de ellos o aun con su propia familia, esposo, esposa o hijos.
Entonces se puede recibir consejo de los padres: Proverbios 13:1 El hijo sabio recibe el consejo del padre Mas el burlador no escucha las reprensiones.
Proverbios 1:8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre
Cuando el hijo se le acerque a usted mamá, a contarle un problema muy grave o delicado, no lo guarde usted sola, tiene que hablar con su esposo, para que juntos puedan dar un consejo apropiado o dar la ayuda necesaria. Si usted oculta cosas de sus hijos a su marido, tendrá serios problemas.
¿Quién más nos puede aconsejar?
Proverbios 27:9 El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre.
El amigo, el que es verdaderamente amigo, nos dará un buen consejo aunque este nos duela, ya que un verdadero amigo nos hablará con la verdad, por la simple razón de que nos ama. Proverbios 27:6 Fieles son las heridas del que ama Pero importunos los besos del que aborrece.
En la novela de Miguel de Cervantes Saavedra: Don Quijote, miramos como Don quijote aconseja su fiel amigo Sancho Panza antes de irse este a gobernar la Insula Barataria
Consejos que dio Don Quijote a Sancho Panza - Miguel de Cervantes Saavedra (Novelista, poeta y dramaturgo español, 1547-1616)
Dispuesto, pues, el corazón a creer lo que te he dicho, está. ¡Oh, hijo!, atento a este tu Catón, que quiere aconsejarte, y ser norte y guía que te encamine y saque a seguro puerto de este mar proceloso donde vas a engolfarte que los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones.
Primeramente, ¡oh, hijo!, has de temer a Dios porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en nada.
Lo segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte, como la rana que quiso igualarse con el buey que si esto haces, vendrá a ser feos pies de la rueda de tu locura la consideración de haber guardado puercos en tu tierra.
Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte y préciate más de ser humilde virtuoso, que pecador soberbio.
Innumerables son aquellos que de baja estirpe nacidos han subido a la suma dignidad pontificia o imperatoria y de esta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te cansaran.
Mira, Sancho, si tomas por medio a la virtud y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los que los tienen príncipes y señores porque la sangre se hereda, y la virtud se aquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.
Siendo esto así, como lo es, que si acaso viniere a verte cuando estés en tu ínsula alguno de tus parientes, no lo deseches ni le afrentes, antes lo has de acoger, agasajar y regalar, que con esto satisfarás al cielo, que gusta que nadie le desprecie de lo que él hizo, y corresponderás a lo que debes a la naturaleza bien concertada.
Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida, con los ignorantes que presumen de agudos.
Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia que las informaciones del rico.
Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre los sollozos e importunidades del pobre.
Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al delincuente que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.
Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia.
Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún enemigo tuyo, aparta las mientes de su injuria, y ponlas en la verdad del caso.
No te ciegue la pasión propia en la causa ajena que los yerros que en ella hicieres, las más de las veces serán sin remedio, y si le tuvieren, será a costa de tu crédito y aún de tu hacienda.
Si alguna mujer hermosa viniere a pedirte justicia, quita los ojos de sus lágrimas y tus oídos de sus gemidos, y considera despacio la sustancia de lo que pide, si no quieres que se anegue tu razón en su llanto y tu bondad en sus suspiros.
Al que has de castigar con obras, no trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones,
Al culpado que cayere debajo de tu jurisdicción, considérale hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y, en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstrate piadoso y clemente porque aunque los tributos de Dios todos son iguales, más resplandece y campea, a nuestro ver, el de la misericordia que el de la justicia.
Si estos preceptos y estas reglas sigues, Sancho, serán luengos tus días, tu fama será eterna, tus premios colmados, tu felicidad indecible casarás tus hijos como quisieres títulos tendrán ellos y tus nietos vivirás en paz y beneplácito de las gentes, y, en los últimos pasos de la vida, te alcanzará el de la muerte en vejez suave y madura, y cerrarán tus ojos las tiernas y delicadas manos de tus terceros netezuelos. Esto que hasta aquí te he dicho son documentos que han de adornar tu alma.
Aunque estos personajes son producto de la Literatura, sin embargo se trasluce la sabiduría del escritor Miguel de Cervantes Saavedra expresando lo que todo amigo necesita tener en cuenta. Saber aconsejar.
Proverbios 27:9 El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre.
Busque personas, amigos que usted sabe que puede abrir su corazón, y sobre todo que sabe que el a aplicado esos consejos a su propia vida, porque a veces un matrimonio disfuncional, va a buscar consejo en otro matrimonio igual ¿Qué buen consejo o que provecho puede sacar de ahí? A veces somos tan buenos para aconsejar a otros pero no lo aplicamos a nuestra propia vida: ya lo dijo Tales de Mileto: Toma para ti los consejos que das a otro.
¿Recuerda lo que dice aquel refrán?
Consejo vendo y para mi no tengo Hno. Pablo
Durante veinte años estuvieron casados y no se separaron. Juntos ejercieron la abogacía y fueron consejeros matrimoniales. Asesoraron a varias parejas jóvenes y ayudaron a muchos a sobreponerse a sus problemas.
En el transcurso de esos veinte años adquirieron una buena posición económica y criaron tres hijos, pero ocurrió algo insólito. Olivia Howard de cuarenta y ocho años atropelló intencionalmente con su auto a Frank Howard, su esposo de cincuenta y uno, y lo mató.
Hay un proverbio que dice: «Consejos vendo, y para mí no tengo.» Es muy apropiado para ese matrimonio. Podían dar excelentes consejos a los demás, pero no los aplicaban a su propia vida. Su felicidad matrimonial era una teoría muy bonita. Pero en la práctica sólo tenían resentimiento y amargura.
Eran consejeros de otros, pero ellos mismos nunca tuvieron un consejero. Podían tratar los problemas de los demás, pero carecían de toda habilidad para tratar los suyos. El resultado fue que la esposa asesinara al marido.
Lucas 6:39 Y les decía una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?
La Biblia tiene dos consejos muy sencillos para toda pareja, los cuales bien aplicados y puestos en práctica solucionan cualquier desavenencia y problema. El primer consejo es que la esposa respete a su esposo, y el segundo, que el esposo ame a su esposa (Efesios 5:33).
Esa es verdadera sabiduría. El hombre necesita respeto. Y la mujer debe respetarlo. La mujer necesita amor, y el hombre debe amarla. Así de sencillo. Es el mejor consejo que puede darse a las parejas, y de su buena aplicación depende la felicidad matrimonial.
Si la esposa respeta al esposo, lo hará el rey del hogar, y el hombre estará satisfecho. Si el esposo ama a su esposa con amor puro y sacrificado, hará de ella la reina del hogar, y ella estará feliz.
Busque personas que le puedan bien aconsejar, pero procure no refugiarse en personas que le van a solapar, o le van a mal aconsejar, al final usted recibirá bendición si recibe un buen consejo, obviamente siempre y cuando usted lo obedezca:
Salmo 1:1-3 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado 2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae Y todo lo que hace, prosperará.
De manera que la Escritura nos dice: Proverbios 8:33 Atended el consejo y sed sabios, Y no lo menospreciéis.
Concluyo, Cuándo me acerco a pedir consejo ¿en realidad quiero ayuda o simplemente voy con el propósito de que se me justifique?
¿Buscaré un consejero para que me diga la verdad aunque me duela o buscaré un consejero que me apoye aunque este equivocado?
Llévese estos últimos consejos:
Ame al Señor con toda su alma, mente, fuerzas y a su prójimo como a usted mismo.
Esposa sujétese a su marido,
Esposos ame a su esposa y no sea áspero con ella.
Hijos obedezcan en todo a sus padres.
Padres no provoquen a ira a los hijos.